El resultado refleja la evolución dispar del alza de gastos e ingresos. Por el lado de los recursos, se observa una leve pero sostenida desaceleración en el ritmo de incremento anual. Asimismo, las erogaciones crecen fuerte (por encima del 30% i.a.) pero aún no se percibe la aceleración típica de otros años electorales.
ü Los gastos primarios treparon 33,3% i.a. en el primer semestre, en torno al incremento registrado en 2010 (33,9% i.a.). Pero si clasificamos las erogaciones en tres grandes grupos se observan dinámicas muy dispares.
ü Para el segundo semestre proyectamos que el gasto primario trepe por lo menos 40% i.a. y que el alza de los ingresos no supere el 30% i.a. Por la mayor expansión de las erogaciones respecto de los recursos (brecha superior a 10 p.p.) el resultado primario cerraría en rojo en la segunda mitad del año.
ü A diferencia de otros años electorales, la expansión del gasto no se concentraría en el rubro capital y las transferencias a las provincias, sino en transferencias directas de ingresos a los consumidores (incluidos los subsidios).
ü De concretarse este escenario, el superávit fiscal primario de 2011 sería nulo y el resultado financiero deficitario. A esto se le suma que el saldo de la cuenta corriente será neutro y que el tipo de cambio real dejó de ser competitivo. Más allá de su signo político, el próximo presidente electo se encontrará sin los tres principales pilares (competitividad cambiaria y superávits gemelos) en que se basó la salida de la peor crisis económica de nuestra historia.
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