Tras las paritarias el consumo volverá a acelerarse

Lun 11 12:19 hs.-En un año signado por el proceso electoral, las negociaciones paritarias de 2011 se desarrollaron en un escenario complejo: las empresas se encontraron con escaso margen para afrontar mayores salarios sin trasladarlos a precios y los gremios reclamaron aumentos para cubrir la inflación pasada y futura. Las elevadas expectativas inflacionarias y el contexto electoral afectaron aún más las negociaciones. Por ello, no sorprende el alza en la conflictividad laboral.

Para evitar un desborde salarial y fijar una pauta algo más acotada, el Ejecutivo envió una señal al resto de los sectores a partir del acuerdo de 24% logrado con el gremio de camioneros. Sin embargo, la idea no funcionó y la mayoría de los sectores lograron subas salariales por encima de 24%.
 Tomando los 28 principales gremios se observa, en promedio, un incremento de 28,3%, apenas 2 décimas por encima de la mejora otorgada el año pasado.
 Si bien casi la totalidad de las negociaciones paritarias están cerradas, es posible que algunos acuerdos vuelvan a revisarse hacia fin de año, en especial si la inflación se acelera. En este sentido, al no existir un indicador oficial confiable, las expectativas inflacionarias (promedian 30%) serán la referencia.
 En los últimos meses, se observó cierta moderación en el incremento del gasto de las familias. Más aún, especialistas en consumo masivo puntualizan un freno en mayo que sería parcialmente revertido en junio.
 Diversos factores explican el menor dinamismo del gasto. Entre ellos se destaca la inflación, que erosiona los ingresos nominales. Las subas salariales otorgadas generan inicialmente una mejora del poder adquisitivo de los trabajadores que luego se diluye mes a mes por la persistente suba de precios.
 De todas formas, gracias a los aumentos acordados en las negociaciones paritarias, entre junio y julio casi todos los trabajadores cobraron mayores sueldos (y el medio aguinaldo).
 La mejora nominal de ingresos revitalizará el consumo pues los trabajadores formales representan una parte sustancial del gasto agregado. Además, desde marzo los haberes de jubilados y pensionados aumentaron 17,3%.
 Resta conocer la performance de los ingresos de los sectores rezagados. Lo más probable, es que el gobierno apuntale los beneficios de diversos planes sociales (Asignación Universal por hijo, Plan trabajar, etc.) antes de las elecciones.
 Por todo esto, esperamos que el incremento nominal de los ingresos revitalice en el corto plazo el gasto de las familias y con ella, las presiones inflacionarias. De todas formas, sostener el boom del consumo requiere que la inyección de recursos se vuelque a la compra de bienes y no de dólares.

Sin aceleración en paritarias
En un año signado por el proceso electoral, las negociaciones paritarias de 2011 se desarrollaron en un escenario complejo. Por un lado, las empresas se encontraron con escaso margen para afrontar mayores salarios sin trasladarlos a precios. Por el otro, los gremios reclamaron aumentos para cubrir la inflación pasada y también la esperada.
La falta de un índice de precios púbico confiable y las elevadas expectativas inflacionarias afectaron aún más las negociaciones. Además, por ser este un año electoral, no sorprende el alza en la conflictividad laboral: según un informe de Tendencias Económicas, la cantidad de conflictos laborales registrados en la primera mitad del año se incrementó 69% con respecto al mismo período de 2010 y 35,8% contra enero-junio de 2009.
El primer acuerdo de peso en 2011 mostró una aceleración de la puja distributiva. A fines de febrero los gremios docentes del ámbito nacional firmaron un incremento escalonado de 27,2%, casi 4 p.p. por encima de la suba acordada en 2010 (23,5%).
Esta recomposición se transformó rápidamente en un piso para los reclamos de los maestros provinciales y los empleados públicos. Por caso, en Buenos Aires los docentes consiguieron subas de 30% y los estatales una cifra apenas inferior. Más allá de que el Gobierno no deseaba que la suba de 27,2% se trasladara al sector privado, los reclamos empezaron a tomar dicha cifra como referencia.
Para evitar un desborde salarial y fijar una pauta algo más acotada, el Ejecutivo envió una señal al resto de los sectores a partir del acuerdo de 24% logrado con el gremio de camioneros. Cabe destacar que si se considera el ingreso adicional por vacaciones, la suba se asemeja a la alcanzada por los docentes nacionales.
De todas formas, la idea de implementar dicha pauta como referencia para el resto de los gremios no funcionó. De hecho, la mayoría de los sectores lograron subas salariales por encima de 24%.
Incluso, diversos sindicatos (farmacéuticos, frigoríficos, textiles, pesqueros, alimentación, panaderos, entre otros) acordaron un aumento superior al 30%. Asimismo, los últimos dos acuerdo cerrados (muy importantes debido a la gran cantidad de trabajadores que nuclean), fueron el de los empleados de comercio, que negoció una mejora salarial de 30% y el de gastronómicos (34%).
Cabe destacar que, al igual que en 2010, los aumentos escalonados y las sumas adicionales no remunerativas fueron una constante en estas negociaciones paritarias.
Un repaso rápido por las cifras de los distintos acuerdos arroja un aumento promedio similar al de 2010. En efecto, tomando los 28 principales gremios se observa, en promedio, un incremento de 28,3%, apenas 2 décimas por encima de la mejora otorgada el año pasado.
Asimismo, los dos sindicatos que consiguieron la mayor diferencia respecto a la mejora alcanzada en 2010 son Bancarios y Docentes, justamente, los más “perjudicados” en las paritarias pasadas. Vale recordar que el año anterior estos dos gremios habían cerrado sus acuerdos antes del shock de la carne, cuando las expectativas de inflación eran significativamente menores.

Por otro lado, las mejoras salariales conseguidas se ubicaron en un punto intermedio entre lo ofrecido por los empresarios (en torno de 25%) y el reclamo de los trabajadores (cerca de 30%).
Cabe destacar que si bien casi la totalidad de las negociaciones paritarias están cerradas, es posible que algunos acuerdos vuelvan a revisarse hacia fin de año, en especial si la inflación se acelera. En este sentido, al no existir un indicador oficial confiable, las expectativas inflacionarias, que actualmente promedian 30%, serán la referencia.

El impacto sobre el consumo
En los últimos meses, se observó cierta desaceleración en el crecimiento del gasto de las familias. Más aún, especialistas en consumo masivo puntualizan un freno en mayo que sería parcialmente revertido en junio.
Diversos factores explican el menor dinamismo del gasto. Entre ellos destaca la inflación, que erosiona los ingresos nominales. Las subas salariales otorgadas generan inicialmente una mejora del poder adquisitivo de los trabajadores que luego se diluye mes a mes por la persistente suba de precios.
En este sentido, durante el segundo trimestre se pudo percibir cierto deterioro del salario real respecto de los meses previos. De todas formas, gracias a los aumentos acordados en las negociaciones paritarias, entre junio y julio casi todos los trabajadores cobraron mayores sueldos (y el medio aguinaldo).
Un factor puntual a tener en cuenta es que gracias a los nuevos feriados oficiales, en marzo las familias disfrutaron de dos fines de semana largos de cuatro días cada uno. El mayor gasto de ese mes -especialmente en esparcimiento y turismo-, pudo haber generado menores excedentes para los meses siguientes.
Por último, pese a que la confianza de los consumidores se encuentra en niveles elevados, parecería estar estabilizándose. De hecho, a nivel minorista se observa una creciente demanda de dólares. Esto no implica necesariamente un menor consumo –se pueden estar dolarizando ahorros existentes- pero es un llamado de atención.

Como ya mencionamos, a partir de junio-julio la mayoría de los asalariados percibirá mejoras salariales. Este shock nominal de ingresos revitalizará el consumo pues los trabajadores formales representan una parte sustancial del gasto agregado. Además, por ley de movilidad previsional, desde marzo los haberes de jubilados y pensionados aumentaron 17,3%.
Resta aún conocer la performance de los sectores de menores ingresos. De persistir un menor dinamismo del consumo, la respuesta del Gobierno será -muy probablemente- elevar los beneficios de los diversos planes sociales (Asignación Universal por hijo, Plan trabajar, etc.) para atizar la demanda.
Por todo esto, esperamos que el incremento nominal de los ingresos revitalice en el corto plazo el gasto de las familias y con ella, las presiones inflacionarias. De todas formas, sostener el boom del consumo requiere que la inyección de recursos se vuelque a la compra de bienes y no de dólares. Tratar de despejar la incertidumbre de los agentes es el principal desafío del Ejecutivo hasta que finalice el período electoral.

Fuente:Ecolatina.
Director:Econmista Roberto Lavagna.

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