La industria automotriz sigue batiendo récords

Mart 22 07:14 hs.-Tras el impasse de 2009, la producción de autos no sólo creció 41% respecto de un año atrás, sino que también superó en 21% los niveles de 2008. Las exportaciones –que representaron 62% de la producción del año pasado– y las ventas al mercado interno también alcanzaron nuevos récords. La extraordinaria performance del sector fue impulsada por el fuerte incremento de la demanda, tanto local como internacional.

La demanda de Brasil impulsada por la apreciación real de su moneda constituyó un pilar fundamental para el crecimiento del sector. De hecho, el 86% de las ventas externas tienen ese destino.
 El mercado local también se muestra muy dinámico gracias al aumento del ingreso, la apreciación del tipo de cambio real y la falta de alternativas rentables de inversión en un contexto inflacionario.
 La oferta acompañó el boom de demanda con el incremento de las horas trabajadas. De esta forma, el sector automotriz tuvo en 2010 su mejor año y fue responsable de casi la mitad del crecimiento de toda la industria.
 En 2011 los principales drivers que impulsan a la industria automotriz se mantendrán dinámicos. Si bien las tasas de crecimiento serán más moderadas dada la elevada base de comparación, los niveles de producción, exportaciones y ventas internas volverán a marcar récords.
 Las condiciones del mercado interno serán similares a las de 2010, aunque en el segundo semestre la incertidumbre propia de las elecciones podría fomentar el ahorro precautorio y postergar las decisiones de compra de automóviles.
 El pilar de Brasil permanecerá firme. Pese a que este año estará signado por medidas del gobierno orientadas a morigerar la demanda local, las ventas de autos crecerán en ese mercado por encima de 5%.
 En este marco la oferta responderá al incremento de la demanda reduciendo el margen en el uso de la capacidad instalada del sector.
 De todos modos existen algunos riesgos: la creciente apreciación real del Peso reduce la competitividad externa y los elevados y crecientes costos laborales también encienden una luz amarilla.
 Si bien estos condicionantes representan desafíos hacia adelante, no empañarán la excelente performance esperada de la industria automotriz. La producción estaría creciendo entre 12% y 16% este año, superando las 800.000 unidades.

Un excelente 2010

Tras el impasse de 2009, la producción de autos alcanzó un nuevo récord el año pasado. La industria recuperó el fuerte dinamismo que exhibe desde la salida de la convertibilidad (crecimiento promedio anual de 23%).
La extraordinaria performance del sector fue impulsada por el fuerte incremento de la demanda, tanto local como internacional. En este contexto, la producción no sólo creció 41% respecto de un año atrás, sino que también superó en 21% el récord anterior registrado en 2008.
Asimismo, las exportaciones –que representaron 62% de la producción del año pasado– y las ventas al mercado interno también fueron récord. De hecho los envíos a Brasil constituyen un pilar fundamental para el crecimiento de la industria. El principal socio comercial fue destino de 86% del total de las ventas externas, mientras que en 2005 sólo representaba el 35% de las mismas.

En este sentido, la apreciación real de la moneda brasileña constituye un atractivo para los fabricantes locales. La ventaja cambiaria hace que incluso resulte más rentable exportar la producción hacia ese destino que volcarla al mercado interno.
Al mismo tiempo la demanda del país vecino sigue dando muestras de su fortaleza. A pesar de que fueron quitados los incentivos fiscales para la adquisición de automóviles, las compras alcanzaron el récord de 3,5 millones de unidades el año pasado.
Por su parte, el mercado local –al cual se destinó 38% de la producción– también se muestra muy dinámico. Según el relevamiento que realiza la Universidad Di Tella, la intención de compra de automóviles y casas fue 63% superior a la de un año atrás y 17% a la de 2008.
Varias causas explicaron este fenómeno que todavía se mantiene vigente. El aumento del ingreso hace que se destine cada vez más proporción del mismo a bienes de mayor valor. Además, la apreciación del tipo de cambio real abarata el precio relativo de los bienes transables (en este caso los automóviles) y por ende aumenta su demanda.
Por otra parte, la falta de alternativas rentables de inversión en un contexto de elevada inflación y Dólar estable promueve la compra de bienes durables. En particular, los autos sirven como refugio de valor en esta coyuntura.
Es decir, la demanda encontró múltiples factores de estímulo que se plasmaron en un nuevo récord de patentamientos. En este sentido, vale destacar que cuatro de cada diez autos patentados son de industria nacional.
La oferta no tuvo mayores dificultades para acompañar este boom de demanda gracias al incremento de las horas trabajadas (se implementaron turnos adicionales). No obstante, existieron restricciones energéticas y trabas a la importación de autopartes que ahora vuelven a estar en escena.
En síntesis, el sector automotriz tuvo en 2010 su mejor año y fue responsable de casi la mitad del crecimiento de toda la industria.

Buenas perspectivas para el sector

Los principales drivers que impulsan a la industria automotriz se mantendrán dinámicos, al menos en el corto plazo. Si bien las tasas de crecimiento serán más moderadas dada la elevada base de comparación, los niveles de producción, exportaciones y ventas internas volverán a marcar récords este año.
En el primer bimestre estas variables exhibieron fuertes incrementos interanuales. No obstante, estos valores podrían abultados porque las empresas estarían trasladando sus paradas técnicas anuales en vista de la cantidad de feriados de marzo.
Las condiciones del mercado interno serán similares a las de 2010, aunque con matices. La incertidumbre propia de las elecciones podría fomentar el ahorro precautorio y postergar las decisiones de compra de automóviles. De todos modos, volverá a ser un incentivo la mejora del ingreso, la apreciación real y también el contexto inflacionario (refugio de valor).
Además, el fuerte avance del crédito privado puede favorecer la dinámica actual. En particular, los préstamos prendarios en pesos exhiben un fuerte avance (+45% i.a. en febrero) y se acentuarían en los próximos meses, dando un impulso adicional a la demanda que enfrenta el sector.
A su vez, el pilar de Brasil también permanecerá firme. Pese a que este año estará signado por medidas del gobierno orientadas a morigerar la demanda local, las ventas de autos crecerán por encima de 5%. Además, la confianza del consumidor y la intención de compra de bienes durables superan incluso los niveles de un año atrás (según la Fundación Getulio Vargas).
En este sentido, la fortaleza del Real seguirá siendo un factor clave: se espera que la moneda brasileña se ubique cerca de 1,70 R/US$ a fin de año. Esto, mantendrá elevado el poder de compra de los consumidores y la rentabilidad de los productores que coloquen su mercadería en ese país.
De hecho, ese destino concentra prácticamente la totalidad de las exportaciones de automóviles producidos en el país, generando una elevada dependencia para el sector. Si bien se busca incrementar la complementariedad bilateral, debería de igual forma priorizarse la inserción en nuevos mercados.
En síntesis, la demanda de autos se mantendrá en alza. Si bien en el segundo semestre podría haber una ralentización en el mercado doméstico, ésta no llegará a afectar su expansión este año.
En este marco la oferta deberá responder nuevamente al incremento de la demanda. Para ello, todavía existe margen en el uso de la capacidad instalada del sector, permitiendo elevar la producción sin mayores inversiones. De todos modos, sin nuevos planes no será posible a futuro mantener el ritmo de crecimiento de los últimos años.
En este sentido, las buenas perspectivas generaron en 2010 anuncios de inversiones por $ 5.000 millones para los próximos tres años, destinados en parte a elevar la capacidad de producción.
Más allá de restricciones que afecten directamente a la producción (energéticas o trabas a la importación de autopartes), existen problemas que pueden mermar el avance del sector. En particular, la creciente apreciación real del Peso reduce la competitividad externa.
Asimismo, los costos laborales también encienden una luz amarilla en el sector. Medidos en Dólares no sólo superan significativamente los niveles de los últimos diez años, sino que además este año cerrarán con un incremento de dos dígitos.
Si bien estos condicionantes representan desafíos hacia adelante, no empañarán la excelente performance esperada de la industria automotriz. La producción estaría creciendo entre 12% y 16% este año, superando las 800.000 unidades.

Fuente:Ecolatina
Dir Economista: Dr Roberto Lavagna.

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