Incluso con recursos extraordinarios, el resultado financiero consolidado (Nación + Provincias) en 2010 fue deficitario por segundo año consecutivo. No obstante, se observó una mejora respecto de 2009 (no hubo pagos por el cupón del PBI).
Además, pese al favorable contexto internacional y la cosecha récord, la Cuenta Corriente –aún superavitaria- exhibió un marcado deterioro el año pasado.
Preocupa la salud de los superávits gemelos en 2011. El fuerte incremento del gasto público en un año electoral más el pago del cupón del PBI por el crecimiento de 2010, abultarán el déficit fiscal.
Además, la pérdida de competitividad junto con un mayor dinamismo de la demanda interna respecto de la producción local tenderá a reducir el superávit comercial, llevando el saldo de la Cuenta Corriente a cero este año.
En 2010 el superávit primario del sector público nacional se ubicó en torno de $ 25.100 millones (1,7% del PBI), pero si se excluyen recursos extraordinarios el saldo se reduce a sólo $ 4.000 millones (0,3% del PBI). Igualmente, se observa una leve mejoría con los respectivos valores de 2009 (1,5% y 0,3% del PBI).
or menores pagos de intereses (no aplicó el cupón PBI), el resultado financiero de la nación fue superavitario en casi $ 3.100 millones (0,2% del PBI), mientras que en 2009 arrojó un rojo de $ 7.100 millones (-0,6% del PBI).
Si excluyen los ingresos extraordinarios, el resultado financiero de 2010 se convierte en un déficit de $ 18.000 millones (-1,2% del PBI). De todas formas se observa una mejora respecto de la cifra corregida de 2009 (-1,8% del PBI).
El resultado del intercambio de bienes con el exterior volvió a superar la barrera de US$ 10.000 millones en 2010. Sin embargo, el superávit alcanzado (US$ 12.057 millones), es 30% inferior al conseguido en 2009 y el más bajo en términos del producto tras la salida de la convertibilidad (sólo 3,2% PBI).
El año pasado la Cuenta Corriente finalizó con un superávit equivalente a 1% del PBI, el valor más bajo de la última década. Tanto la balanza de bienes, como el resultado de rentas y servicios contribuyeron a la disminución del saldo.
El resultado fiscal y comercial en perspectiva
Luego de la crisis de la convertibilidad se implementó un modelo productivo que descansaba sobre un tipo de cambio real competitivo con ahorro externo y fiscal. Estos pilares consolidaron un proceso de crecimiento sostenido que no fue afectado por las restricciones y problemas de décadas pasadas.
El ordenamiento de las cuentas del sector público permitió, entre otros beneficios, disminuir la carga de deuda e incrementar la eficiencia de las medidas oficiales. Por su parte, la política de tipo de cambio competitivo alentó la producción local y las ventas al exterior, generando empleo y un elevado ingreso de divisas.
Así, los superávits gemelos (fiscal y de cuenta corriente) brindaron autonomía a las decisiones del Estado y respaldo para minimizar el impacto de shocks o factores exógenos a la acción de la política económica. Sobre esta base de previsión la recuperación fue veloz y el crecimiento elevado.
El año pasado, y pese a recursos extraordinarios, el resultado fiscal consolidado (Nación + Provincias) fue deficitario, por segundo año consecutivo. Si bien se observó una mejora, ésta responde principalmente al no pago del cupón del PBI por la recesión de 2009. Además, pese al favorable contexto internacional y la cosecha récord, la Cuenta Corriente –aún superavitaria- exhibió un marcado deterioro.
En el año en curso la situación tenderá a empeorar. El fuerte incremento del gasto público en un año electoral más el pago del cupón del PBI por el crecimiento de 2010, abultarán el déficit fiscal. Además, la pérdida de competitividad junto con un mayor dinamismo de demanda interna respecto de la producción local tenderá a reducir el superávit comercial, llevando el saldo de la Cuenta Corriente a cero.
Resultado Fiscal 2010
El año pasado las cuentas fiscales registraron una leve mejora tanto a nivel nacional como provincial. Ésta se debe, en última instancia, a la excelente performance de los ingresos que permitió sostener la creciente expansión del gasto.
De hecho, la recaudación nacional trepó un notable 34,4% en 2010, por el crecimiento de la actividad, la aceleración de la inflación y la mejora del comercio exterior. Los tributos provinciales también crecieron fuerte, pero a un ritmo menor.
Vale destacar, que el alza de los derechos a las exportaciones (+42,2% i.a.)
–explicada por la recuperación de los precios y la cosecha agrícola– benefició tanto a la Nación como las Provincias (Fondo Solidario de la soja mediante). En cambio, el traspaso de utilidades del BCRA y las rentas provenientes de la ANSES sólo apuntalaron las arcas de la administración central.
Por la excelente performance de la recaudación y los recursos no tributarios, los ingresos totales del Sector Público Nacional (SPN) treparon 34,7% i.a.. Más aún, éstos alcanzaron 24,1% del PBI, muy por encima del valor de 2009 (22,7% PBI).
Asimismo, el año pasado el gasto primario del SPN –que no contabiliza el pago de intereses- aumentó 33,9% i.a., apenas por debajo del incremento de los ingresos totales. En relación al PBI las erogaciones alcanzaron 22,4%, superando el nivel alcanzado en 2009 (21,2%).
En este contexto, el superávit primario nacional se ubicó en torno de $ 25.100 millones (1,7% del PBI), pero si se excluyen los recursos extraordinarios el saldo se reduce a sólo $ 4.000 millones (0,3% del PBI). De cualquier forma, se observa una mínima mejoría con los respectivos valores de 2009 (1,5% y 0,3% del PBI).
Además, por menores pagos de intereses (no aplicó el cupón PBI) los gastos totales de la Nación aumentaron 30% i.a. en 2010. Este incremento es elevado pero 5 puntos porcentuales menor que el observado en los ingresos totales. Por ello, con o sin recursos genuinos, se observó una mejora en el resultado financiero.
De hecho, el año pasado el resultado financiero del SPN fue superavitario en casi $ 3.100 millones (0,2% del PBI), mientras que en 2009 arrojó un rojo de $ 7.100 millones (-0,6% del PBI). Si excluyen los ingresos extraordinarios, el saldo positivo de 2010 se convierte en un déficit de $ 18.000 millones (-1,2% del PBI). Pero igualmente se observa también una mejora respecto de la cifra corregida de 2009 (rojo de $ 21.000 millones o -1,8% del PBI).
Aún no hay información del cierre de las cuentas provinciales, pero se estima que los ingresos crecieron levemente por encima de los gastos en 2010. Agregando el resultado de las 24 jurisdicciones, el déficit primario habría cerrado en torno de 0,5% del PBI y el financiero en 0,7% del PBI. En ambos casos se habría observado una mejora respecto del déficit de 2009 (-0,7% y -1% del PBI, respectivamente).
Por último, a partir del resultado de la Nación y la estimación del cierre fiscal de las Provincias, se obtiene la performance del Sector Público Consolidado. Más allá de incluir o no los recursos extraordinarios, se observa una leve mejora en el resultado primario y una recuperación más marcada en el resultado financiero, que igualmente sigue en terreno deficitario.
Resultado Comercial 2010
El resultado del intercambio de bienes con el exterior volvió a superar por noveno año consecutivo la barrera de US$ 10.000 millones en 2010. Además, tanto las exportaciones como las importaciones crecieron a tasas que se ubican entre las más elevadas de la última década. Después de la recesión local e internacional que afectó al comercio en 2009, este rebote fue mejor de lo esperado.
Sin embargo, el superávit alcanzado el año pasado (US$ 12.057 millones) es 30% inferior al conseguido en 2009. Y si bien esa comparación está distorsionada
–el saldo de aquel año había sido apuntalado con trabas a las importaciones–, el superávit de 2010 es, de todas formas, el más bajo en términos del PBI desde que se abandonó la convertibilidad (3,2%).
La disminución del saldo comercial se explica por el veloz crecimiento de las importaciones por sobre el aumento de las exportaciones, ello pese a la formidable suba de las commodities agrícolas y la cosecha récord de soja y maíz. La brecha creciente entre la demanda interna y la producción local se cubrió en mayor medida con productos extranjeros.
Esta situación fue posible gracias a la relajación de las restricciones aduaneras que habían sido impuestas en 2009 para evitar una mayor salida de divisas. Al moderarse la fuga de capitales a mediados del año pasado y mejorar los ingresos por exportaciones, el incremento de las importaciones sirvió para restar presión a la baja del tipo de cambio. Vale destacar, que la estabilidad nominal del Dólar es central para la política económica actual.
Pero el esfuerzo oficial descuidó la inflación (+26,6% i.a. en 2010) y el tipo de cambio real (TCR) continuó apreciándose. A fines de este año el TCR respecto del dólar se ubicará en niveles de fines de la convertibilidad, quitando competitividad a los bienes transables e incentivando la sustitución de productos nacionales por importaciones.
De hecho, esto se ve en el saldo comercial de manufacturas de origen industrial. El déficit histórico que se mantiene en el rubro volvió a crecer fuerte el año pasado (+60% i.a.). Además, en términos de volumen las cantidades importadas fueron 4% superiores al récord anterior registrado en 2008.
Asimismo, el deterioro de la competitividad externa resiente el resultado de la Cuenta Corriente (CC), que es la medida de ahorro externo del país. El año pasado la CC finalizó con un superávit equivalente a 1% del PBI, el valor más bajo de la última década y se estima que sea nulo en 2011.
Todos los componentes de la CC contribuyeron a la disminución del saldo. Como fuera mencionado, el superávit comercial se contrajo US$ 4.800 millones. Además, tanto el resultado del intercambio de servicios como el de rentas de la inversión (donde se registran los giros de utilidades) ampliaron sus déficits. La apreciación real del Peso también abarata los servicios contratados en el exterior y permite presentar a las empresas mayores ganancias en Dólares a sus casas matrices.
En resumen, el ahorro externo se está diluyendo y en 2010 sólo se sostuvo por factores exógenos tales como, la excelente cosecha, la fuerte suba de las commodities y el “súper” Real brasileño, entre otros. El último pilar en pie del otrora modelo productivo está a punto de caer.
Fuente:Ecolatina.
Director Economista:Dr.Roberto Lavagna.
