PRECISAMOS INDUSTRIALES GRANDES Y FUERTES

Sab 4 11:07 hs.-El mundo se ha vuelto amigable para los argentinos . El contexto internacional que presenta, entre otras realidades, países demandantes de nuestros productos, constituye una oportunidad que no debe ser desaprovechada para tener una Argentina diferente . En 1975 la Argentina era la primera potencia industrial de América latina y hoy somos apenas la tercera, detrás de Brasil y México.

Si esos países nos han aventajado viviendo en el mismo mundo que nosotros, lo que nos pasa no puede ser sino resultado de las políticas argentinas de los últimos cuarenta años. La actividad fabril es compleja y refinada, las fábricas no se organizan de la noche a la mañana y sus trabajos internos son refinados a lo largo de años por los empresarios, entrenando al personal, buscando y contratando a ingenieros y técnicos de excelencia, equipándose con máquinas eficientes, montando departamentos de ingeniería y organizando políticas comerciales de cada empresa, para cada producto, en mercados nacionales e internacionales muy competitivos. Y este trabajo difícil ha sido desarmado, dinamitado, por las políticas antiindustrialistas de la dictadura y de la política económica del menemismo . En menos de veinte años esas dos políticas argentinas han destruido la mayor parte de nuestro aparato industrial.

No es la eficiencia de nuestros hombres y mujeres de la industria lo que debe ponerse en duda, es la actitud destructiva de nuestros gobiernos lo que hay que juzgar.

Y ahora sí, poner en marcha una gran política industrial que se convierta definitivamente en una política de Estado. Si no hay una Argentina industrial no tendremos paz social y bienestar interno, ni poderío internacional.

Esa nueva política industrial la haremos con los obreros, con los obreros especializados que ahora faltan porque no se los formó, con los técnicos, con los ingenieros que ahora no están saliendo en número suficiente de nuestras universidades y escuelas terciarias, con los empresarios que fueron desalentados o incluso quebrados, y con los inversores argentinos que a falta de mejor refugio optan por comprar divisas extranjeras alimentando la fuga de capitales.

Cuarenta mil millones de dólares han salido del país en los últimos años . ¡Qué industria podríamos haber hecho con esos fondos debidamente estimulados para que se inviertan en el país! La industria tiene un insumo crítico: la energía. Solo con energía provista con eficiencia y usada con racionalidad podremos competir. Y necesitaremos empresarios pequeños, medianos y grandes. Precisamos industriales grandes y fuertes para que hagan de punta de lanza en los mercados llevando en su exportación los productos que les proveen medianos y pequeños.

Fuente:Clarin.

loading...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *