Longhi y la política cultural de la guitarrita

No pudo con el genio el Concejal Gustavo Longhi, hombre de ideas claras y larga trayectoria en la política fueguina y como ya es costumbre apareció en la presentación de la Filial de ANAP Tierra del Fuego, seguramente invitado por las autoridades de la nueva entidad, escuchó atentamente las exposiciones de los invitados al debate y como seguramente no soportó que no se mencionara ni al Concejo Deliberante, ni a Su gobierno, ni a el en particular al momento de hablar de políticas culturales se levantó, tomo el micrófono y habló.

Y fue, como hace siempre, para salir a cruce de lo que a el no le gusta, es decir, quedar fuera de la foto.
Ninguno de los 4 panelistas había siquiera hecho mención al gobierno, ni a su política, ni a ninguna institución del estado provincial o municipal. Solo se había tratado de buscar alternativas, aportes ante al diversidad cultural, la necesidad de consultar a la sociedad sobre cuales eran las políticas de estado a aplicar en este sentido, contar con espacios privados para que los artistas locales tuvieran un lugar que no siempre debía ser oficial o del estado, tratar de que la legislación vigente permitiera que los artistas locales tuvieran mas locales, también se hablo de la difusión en los medios, ni siquiera se hizo mención a lo que se esta haciendo, porque de echo ni siquiera en las reuniones previas se había tratado el tema.
Se trataba de encontrar opciones y aportes e incluso se propuso la creación de un grupo, asociación o como se lo quiera llamar, de artistas independientes riograndeses que pueda como entidad contener a todos aquellos que necesitan actuar porque les gusta, lo necesitan o viven de ello.
En síntesis, cero critica, cero cuestionamiento, cero menciones, como no sea que las políticas culturales siempre han sido iniciativa de los gobiernos y que nunca fueron políticas de estado, que en algunos casos ni siquiera cuentan con un presupuesto conocido.
Hasta aquí todo venia fantástico, mientras el edil escuchaba y hacia gestos acompañado de su compañera de bloque y quienes ofician de “hagamos numero para los actos”. Entonces pidió la palabra, y con la soberbia que lo caracteriza, dijo entre otras cosas que las políticas culturales del gobierno, cuando no, iban mas allá de buscar un lugar para tocar la guitarra, para tras cartón hacer un discurso demagógico que nada tenia que ver con el debate ni con lo que se había dicho.
Descalifico sin nombrar como siempre a los 4 panelistas diciendo que se hablaba sin saber nada, cuando al menos dos de los que estábamos ahí éramos funcionarios cuando el señor concejal aun ni siquiera sabía que iba a hacer de su vida, pero ese es un detalle, Longhi no perdió oportunidad de mostrarse, sumar un poco mas de rechazo y desmerecer cualquier opinión que no sea aplaudir al gobierno, ni siquiera su gestión como concejal, el gobierno, le molestó quizá no ser convocado al panel para exponer sobre la carrada de proyectos de políticas de estado destinadas a la cultura que desbordan los estantes de su despacho, quizás que no se lo mencionara, quizá se lo impulsó a desmerecer un debate donde se podría haber seguido tratando de encontrar desde la base algún tipo de aporte a la cultura. No sabemos, si sabemos que dirigentes políticos como este poco bien le hacen a la cultura, y si me callara todo esto seria un hipócrita porque el que calla otorga y la verdad están logrando un nivel de hartazgo que en mi caso ya no puedo ni quiero disimular. Mas aun porque cuando se refirió a los de la guitarrita me sentí involucrado, como todos aquellos que sin vivir del estado nos las rebuscamos como podemos sin pedirles nada porque no esperamos nada sencillamente. No todos los que andamos con la guitarrita tuvimos la suerte de saltar de la nada a ocupar un cargo público, mas allá de que yo me haya dado el gusto de renunciar a la administración publica porque no me banco precisamente personas como esta. Porque las conozco del otro café, porque se de sus actitudes, se de esto de mandar mensajes por terceros, de apretar a quienes están cerca por alguna cosa que dije o escribo, pero no al responsable siempre por elevación, a través de, espero que esto lo haya aprendido ya que como verán acá no puede dar ordenes, ni imponer nada sinceramente porque no se lo permitimos ni a el ni a nadie.
Esto seguramente es políticamente incorrecto para todos aquellos que le hacen la corte, lo aplauden o le festejan este tipo de actitudes, yo no tengo necesidad de hacerlo.
Esta es una demostración clara de cuales son las cosas que diferencian a algunos supuestos nuevos dirigentes de los viejos, la edad, nada más que eso.
Para mi fue un orgullo haber sido invitado por la ANAP para poder dar mi humilde opinión sobre lo que yo creo de las políticas culturales, con aciertos y errores después de 23 años de estar en los medios, pero evidentemente ante un iluminado como el señor Longhi, solo se trató de encontrar un lugar para tocar la guitarrita.
Lamentable, sinceramente lamentable.

Armando Cabral

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