Un 4 de copas que por esas cosas del destino llega ¿llega o lo meten a presión?, al Ministerio de Economía, la meca de todo medio pelo, el objetivo de cualquier ambicioso desmedido, poco comprometido y políticamente torpe, la luz al final del túnel, la salvación eterna, este “cartón” puede nublar la visión de cualquiera, cualquiera que crea que sabe donde esta parado, y de repente descubre que no tiene idea, o si la tiene pero ideas para encarajinar todo de tal manera que termine percutado al infinito por no haber podido contener esa lengua que se mueve mas rápido que el cerebro.
Esto a simple vista, pero mirando mamirando mas detenidamente y escuchando las voces del mas acá, uno descubre que en realidad el 4 de copas no era tan cuatro de copas, que detrás de el se mueve una bandita que ya hemos citado en este medio y de la que los mas avezados analistas de la realidad no ven ni cuadrada. Muy grave seria que no la quisieran ver
Ahora viene lo mejor, decíamos un cuatro de copas, Ministerio de Economía, y torpe, las dos primeras si, la tercera no, de torpe nada,¿ como se comprueba esto?, cuando en el mismo momento que le están pegando un boleo en el tujes, un importante empresario te pregunta en un café de Ushuaia, ¿me lo echaron a fulanito?, ¿ perdón?.
Primera señal, ¿ como el empresario sabia en el mismo momento que lo estaban echando, lo que ocurría en Casa de Gobierno?.
El, “me lo echaron”, como sacaron a nuestro hombre.
El fue el único que nos entendió.
El que me soluciono el problema.
¿No es mucho?
Evidentemente la relación iba un poco más allá de lo conveniente.
El sentido de pertenencia no pasa desapercibido para el interlocutor, de pertenencia al estabishment económico, no al gobierno.
Tampoco pasa desapercibido el grupete al que pertenecía o decía pertenecer, ¿o sigue perteneciendo?.
Pero seguimos el rastro y llegamos a otra situación, recordemos que estamos suponiendo, “el de lengua incontenible, se había encargado desde hace 10 días a la fecha de divulgar por toda la casa de gobierno que iba a ser el Ministro de Economía. Nosotros habíamos señalado que al menos tres nombres eran sus referentes, un legislador, un concejal, un secretario y un ministro, quienes se mueven en un circulo donde evidentemente se sienten muy cómodos y a gusto, digamos que fácil de transitar, ninguna preocupación, consultas por arriba, ninguna incriminación, alguna gacetilla con giladas, pero en el fondo, siempre hay un fondo, algo no cierra.
No cierran los interlocutores, los mismos de siempre que hacen como que los cuestionan pero en realidad, no.
No cierran las reuniones con ciertos personajes.
No cierra el impulso a una petrolera fantasma..
No cierra algún vale de nafta.
No cierra nada, a decir verdad.
Los que estudiamos lenguaje gestual sabemos esto, cuando no podes sostener la mirada estas en problemas, algunos de ellos, te saludan de lejos, otros te niegan y las mas torpes salen a criticarte a través de terceros, todo esto si no te sumas al grupete, obviamente. También existe el alejamiento temporario, pero están todos sospechados y eso no se puede negar ni aun a oscuras, convengamos que ningún corrupto se acerca a nadie que no sea corrupto como el, es decir para que haya un hecho de corrupción tiene que haber al menos dos, uno que corrompe y otro que se deja corromper.
No decimos que sea este el caso, estamos suponiendo, supongamos que en sus ansias de crecimiento, el cuatro de copas impulsado por sus referentes, ya había tirado algunas líneas y hasta se atreve a organizar una reunión con su Jefe directo para mostrar delante del legislador con cara de Ken, sus habilidades economicistas.
Resultado de la reunión, bronca generalizada y primera escaramuza, las presiones del grupete obligan a sostener al cuatro de copas, pero este abre la boca y solo genera problemas, esta seguro que la escalera a la salvación eterna esta a sus pies. Error, fatal error.
N° 1 no esta de acuerdo, no lo quiso antes y no lo quiere ahora, comienza una investigación interna y descubren que el cuatro de copas, tenia la cara pero no era, ya tenia jefes afuera y adentro hacia como que, respondía a afuera. Las ganas de tener unas botas de carpincho y una gorra inglesa como su amigo lo llevaron al desastre, y como siempre hay un traidor y uno que paga mas, el entierro fue armado con lujo de detalles, percutado y sospechado, es decir quemado como un bonzo y con todo el grupete haciéndose el distraído, y en ese breve tiempo el también aprendió, y aprendió que si te traicionan, también podes traicionar y allá vamos, siempre en el marco de las suposiciones, habrá supuesto, ¿si todos se enriquecieron en los gobiernos anteriores porque yo no? Y es lógico, es el pensamiento mágico, es el pensamiento de los doble discursistas como el grupete al que el pertenece que dicen una cosa y hacen otra, hablan de valores y meten a toda la familia en el estado, hablan de las necesidades de la gente pero si andas en auto japonés mejor, te haces el honesto pero dejas huellas por todos lados, te juntas cuanto corruptito ambicioso anda dando vueltas, pero como la impunidad reina crees que a vos también te ampara y en realidad ya no. Pones cara de culo cuando te conviene, y te enfundas en el bronce pero en realidad son un envase vacío, una porquería impresentable que solo puede servir para mandadero y rompe cosas, aunque esas cosas incluyan entre otras cosas el futuro de la gente. Un pequeño corrupto, un principiante de la buchoneria de los que tienen mas que vos, un indigno, un servil que entregaría hasta su madre para parecer, porque no vas a ser nunca.
Ya esta, suponiendo que el traicionado, traicione y descule que puede salvarse si vuelve a abrir la boca, inmediatamente, antes que siquiera lo analice, le ofrecen trabajo seguro, ¿Dónde?, en la legislatura, ¿Quién?, el hombre con cara de Ken, circulo cerrado, aquí no ha pasado nada, solo fue un tropezón, se levantaran e irán por mas. Todo obviamente en el marco de las suposiciones, nosotros solo suponemos, y nos hemos equivocado tantas veces al suponer cosas que ahora preferimos seguir suponiendo, pero las suposiciones se parecen cada vez mas a la realidad,¿no?.
Armando Cabral.
