Sin embargo el Dr. Darío Rojas decidió rifar todo eso y sentarse a negociar con el martinismo y dejar de lado todo aquello que había logrado para pasar de candidato a intendente a empleado del IPAUSS a las ordenes de Jorge Martín.
Una verdadera pena, una decepción, que ni siquiera pone en duda la honestidad del Dr Rojas, sino todo lo que representa el intendente Jorge Martín, las denuncias, las sospechas, y lo que ha sido probado. Nadie calificaría al Dr Rojas, nadie pone en duda su hombría de bien, pero al sentarse con Martín y sus amigos perdió cualquier viso de credibilidad que pudiera haber tenido en este tiempo en cual muchos creímos en el discurso independiente del neumonologo, en su postura irreductible, hoy todo eso esta en duda y ha dejado a muchos radicales sin candidato, a otros tantos sin expectativas y a otros con el amargo sabor de la decepción.
Es inevitable no relacionarlo ahora con todo esto que ha pasado en los últimos dias y sobre lo cual no se expresó, es responsable de una solicitada donde todo un municipio mas una parte de la UCR se enfrentan a un portal de noticias y asi y todo siguen si poder responder uno solo de nuestros requerimientos y el sabe porque, quiza porque comparte la política de apriete a los medios, que no comulgan con el municipio, quiza porque es mejor jubilarse como empleado del IPAUSS, lamentamos esto que en otro momento seguramente hubiera salido a repudiar pero hoy no solo no se expresa sino que lo comparte.
Nos causa un gran dolor perder a otra persona que habia logrado cierto grado de confianza de muchos vecinos de la ciudad.
La dolorosa voltereta del Dr Darío Rojas
Era el único radical que había ido en dos internas contra el aparato municipal, era el único que había prometido una auditoria externa antes de entrar al municipio, era el único que les había ganado una interna desde el llano, a fuerza de militancia, contra todos los pronósticos, había generado confianza como para ser el posible intendente que asegurara algún grado de transparencia en una gestión municipal.
