A su vez, la creación de puestos de trabajo se cayó fuertemente, y según el Índice de Demanda Laboral el ritmo de contracción promedió más de 30% en el segundo trimestre del año.
De esta manera, la continua destrucción neta de puestos de trabajo y la mayor participación laboral (que se eleva en épocas de crisis), impulsaron nuevamente el desempleo a los dos dígitos.
Como paliativo, el Gobierno Nacional prorrogó por séptimo año consecutivo el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) y reglamentó el blanqueo laboral con el fin de regularizar trabajadores en negro.
La intensidad con la que la recesión golpeó a los diversos sectores económicos fue distinta. El empleo formal en servicios ascendió 1% i.a. en el segundo trimestre del año, mientras que en la producción de bienes cayó 4% i.a.
A pesar que el Mega Plan de Obras Públicas suponía duplicar el número de trabajadores en la construcción, el empleo cayó fuerte en este sector. En este sentido, si bien el gobierno anunció en agosto el Plan de Ingreso Social con Trabajo, habrá que esperar a su implementación para distinguir su impacto.
Los primeros datos del tercer trimestre muestran algunos indicios de que la caída en el mercado laboral se está suavizando. Los despidos promediaron en julio y agosto casi la mitad registrada en los meses del segundo trimestre.
En síntesis, la desocupación continuará creciendo lo que resta del año por la baja creación de nuevos puestos de trabajo, los continuos despidos y el ingreso de nuevos participantes al mercado laboral.
A futuro, el ciclo ascendente del desempleo podría revertirse en 2010 sólo si la actividad crece a un ritmo elevado. No obstante, existe el riesgo de que la economía argentina se desacople del crecimiento proyectado para los países emergentes, por la acumulación de problemas internos.
El desempleo otra vez en dos dígitos
El deterioro económico registrado desde fines de 2008 en el país y en el mundo fue muy profundo, al igual que su impacto en el empleo.
Los primeros efectos sobre el mercado laboral argentino empezaron a fines del año pasado cuando la brusca contracción de la demanda derivó, en una primera instancia, en suspensiones generalizadas, reducción de horas extras y acortamiento de la jornada laboral.
Lógicamente, ante el shock la reacción inicial fue transitoria a la espera de un repunte en las ventas. Dado que la demanda no recuperó los niveles pre-crisis y se estabilizó en un menor nivel, parte del personal suspendido comenzó a ser despedido.
Según Tendencias Económicas en el cuarto trimestre de 2008 la cantidad de trabajadores suspendidos alcanzó su máximo nivel desde mediados de 1999 (139.129 personas). Las suspensiones se extendieron al primer trimestre del año (128.772 trabajadores) y recién descendieron en el segundo. Pero precisamente es ese período cuando la destrucción de puestos de trabajo fue la mayor desde fines de 2002, alcanzando a 118.800 trabajadores.
La evolución de la demanda de trabajo temporario –segmento altamente procíclico- confirma el panorama. Según datos de la Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporario (FAETT), en el segundo trimestre del año la contracción fue de 76% i.a., muy por encima de la caída del cuatro trimestre de 2008 (-38% i.a.) y el primero de 2009 (-63% i.a.).
Además, la creación de puestos se contrajo fuertemente a lo largo de todo el período analizado. Según el Índice de Demanda Laboral (IDL), elaborado por la UTDT, la contracción promedió más de 30% en el segundo trimestre del año, y en Capital y GBA los pedidos de empleo se ubicaron en niveles similares a los de 2001.
Este deterioro también es puesto en evidencia por datos de empleo registrado de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP): el empleo registrado cayó 0,7% en el segundo trimestre, a pesar del blanqueo.
Como paliativo, el Gobierno Nacional prorrogó por séptimo año consecutivo el Programa de Recuperación Productiva (REPRO) que concede a los trabajadores de sectores en crisis una suma fija mensual no remunerativa de hasta $600, destinada a completar el sueldo de su categoría laboral. Además, fue reglamentado el blanqueo laboral con el fin de regularizar trabajadores en negro.
En síntesis, la continua destrucción de puestos de trabajo y la mayor participación laboral (en crisis tiende a aumentar el número personas que sale a buscar empleo) impulsaron nuevamente el desempleo a los dos dígitos.
El sector productor de bienes, el más castigado
La recesión golpeó con distinta intensidad a los diversos sectores económicos. Mientras que el empleo formal en servicios ascendió 1% i.a. en el segundo trimestre del año, en la producción de bienes cayó 4% i.a.
En efecto, según datos de AFIP, la construcción –sector intensivo en mano de obra- fue uno de los sector más castigados por la crisis: el empleo registrado cayó 8,2% i.a en el segundo trimestre de 2009. Más aún, según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), la contracción fue 14,1% i.a. en dicho período.
La industria experimentó una dinámica similar. El Índice de Obreros Ocupados elaborado por el INDEC cae desde fines de 2008 al igual que el de horas trabajadas. En el segundo trimestre del año ambos índices se contrajeron 5,3% i.a. y 8,8% i.a. respectivamente.
La destrucción de puestos de trabajo es aún mayor en la industria minorista. Según un relevamiento realizado por Observatorio PYME, el empleo lleva cuatro trimestre consecutivos de caída y se estima que en la primer mitad del año se contrajo 10% i.a.
Cabe destacar, que esto sucedió a pesar que la industria fue el principal receptor de subsidios otorgados por el REPRO: entre octubre de 2008 y mayo de 2009 el sector acaparó más de 80% del monto asignado. Además, los fondos otorgados casi se cuadruplicaron en el primer semestre respecto del año pasado.
Otros sectores productores de bienes que experimentaron contracciones del empleo registrado respecto del segundo trimestre del año pasado fueron: el sector agropecuario (-3% i.a.) y la pesca (-8% i.a.).
En servicios la dinámica es diferente. Si bien el empleo registrado creció en el segundo trimestre –en parte por el blanqueo-, al interior de éste se observa una gran heterogeneidad. Los servicios de intermediación financiera y los inmobiliarios cayeron 7% y los servicios comunitarios y personales 2%. En cambio, los restantes rubros crecieron a un ritmo promedio de 4% .
Vale destacar que de los 330.547 puestos de trabajo regularizados entre marzo y agosto del corriente año por el blanqueo laboral, el 65% corresponden al sector de servicios.
La desocupación seguirá en ascenso
Los primeros datos del tercer trimestre muestran algunos indicios de que el mercado laboral está suavizando su caída. La destrucción de puestos de trabajo se estaría moderando respecto al pico registrado en el segundo trimestre.
Según relevamientos de Tendencias Económicas, los despidos promediaron 20.500 por mes en julio y agosto, casi la mitad de la media registrada en el segundo trimestre (cerca de 40.000).
Sin embargo, por el lado de la creación de nuevos puestos de trabajo, las noticias no son alentadoras. Si bien la demanda laboral (IDL) repuntó en agosto, en julio se ubicó en niveles mínimos.
Por caso, en Capital Federal y GBA las solicitudes de empleo registraron en agosto una suba mensual del 9,5% tras alcanzar en julio el mínimo de los últimos 6 años. En cambio en la región Noroeste y Mendoza se observó una mejoría en ambos meses, mientras que en Rosario la demanda cayó tanto en julio como en agosto.
En suma, los despidos se ralentizaron pero la demanda de trabajo continúa anémica, ratificando que la destrucción neta de empleo se extiende al tercer trimestre. Para fines de año esperamos que la pérdida de puestos de trabajo continúe desacelerándose y en el mejor de los casos se frene.
A futuro, las expectativas son menos pesimistas. Por un lado una encuesta realizada por Manpower, refleja que para el cuarto trimestre del año: 12% de los empresarios espera elevar su dotación de empleo contra un 9% que prevé una disminución. Asimismo, según los datos de julio de Fundación Mercado mejoró 5 p.p. la expectativa de empleo con respecto al mes anterior.
Más allá de un menor ritmo de destrucción del empleo, la desocupación continúa en franco ascenso. En el segundo trimestre alcanzó nuevamente los dos dígitos (se ubicaría en torno de 11%) y continuará creciendo en lo que resta del año por la baja creación de nuevos puestos de trabajo, los continuos despidos y el ingreso de nuevos participantes al mercado laboral.
El Plan de Ingreso Social con Trabajo lanzado a mediados de agosto, puede ayudar a estabilizar el mercado laboral. Este programa propone generar 100.000 puestos de trabajo en cooperativas, inicialmente de localidades bonaerenses con alta vulnerabilidad social con un costo fiscal de $ 1.500 millones.
Habrá que esperar para ver si el anuncio se concreta en la práctica, pues el Mega Plan de Obras Públicas -que suponía duplicar el número de trabajadores en la construcción-, no se está llevando a cabo por falta de recursos. De hecho, como vimos en la sección anterior, la construcción es el sector donde más cae el empleo formal.
A futuro, el ciclo ascendente del desempleo podría revertirse en 2010 sólo si la actividad crece a un ritmo elevado. Pero, como mencionamos , existe el riesgo de que la economía argentina se desacople del crecimiento proyectado para los países emergentes, por la acumulación de problemas internos.
