Impulsados por el alza de precios de los combustibles, los gastos de logística crecen por encima de 20% i.a. El gasoil sufrió subas cercanas a 24% en los últimos 12 meses.
Entre los rubros que más se desaceleraron se destacan la medicina prepaga, el servicio de comedor para empleados y el de taxis y remises.
El contexto de retracción del consumo deja en un delicado equilibrio a las empresas para no trasladar el aumento de sus costos y comprometer aún más a una demanda anémica.
Las ventas de supermercados y centros de compras (deflactadas por el IPC Ecolatina) ya se encuentran en terreno negativo.
Las empresas comenzaron a ajustar la producción, lo que conlleva adicionalmente a la cancelación de decisiones de inversión y a efectos negativos en el mercado laboral.
Al considerar que la demanda acumula casi un año de retracción y los costos empresariales continúan en alza, se torna muy difícil contener un ajuste en los precios de venta.
El escenario de estanflación seguirá vigente en el corto plazo y la indexación de la economía continuará operando en ausencia de una política antiinflacionaria integral.
Pese a la recesión continúan las presiones inflacionarias
La contracción de la actividad económica no ha alcanzado para desarticular completamente la inflación. Efectivamente, el ritmo de aumento de los precios es menor en relación a 2007 y 2008, pero aún existen múltiples factores que mantienen el incremento mensual en un piso elevado.
Entre ellos destacamos los costos empresariales, que todavía absorben importantes incrementos asociados al funcionamiento de la estructura operativa, al proceso de producción e incluso a la mayor presión impositiva.
En el actual contexto de retracción del consumo –interno y externo– las empresas transitan un delicado equilibrio para no trasladar el aumento de sus costos y comprometer aún más a la demanda. Pero el deterioro en la rotación de las ventas afecta negativamente a la rentabilidad, generando una continua presión sobre los precios.
Al deflactar las ventas de supermercados y centros de compras por el IPC Ecolatina se observa que ya se encuentran en terreno negativo. Además, las ventas al exterior de manufacturas industriales acumulan a junio una disminución de 10% en cantidades. Frente a este escenario las empresas comenzaron a ajustar la producción: la UIA informó que en el primer semestre la actividad industrial registró una caída de 8,7% i.a..
En este marco, la reducción del nivel de producción conlleva adicionalmente la cancelación de decisiones de inversión y a efectos negativos en el mercado laboral.
Es importante señalar que si bien la desaceleración del consumo es generalizada, los márgenes de venta no son similares entre las actividades productivas. El poder de mercado, la integración de las cadenas de valor, el grado de utilización de componentes importados y la participación de las exportaciones, son algunos de los factores que permiten acotar la presión sobre los precios.
Sin embargo, al considerar que la demanda acumula casi un año de retracción y los costos empresariales continúan en alza, se torna muy difícil contener un ajuste en los precios de venta. Las empresas han asumido una reducción del margen de venta y, según el Observatorio PyME, hacia 2010 más de 5 de cada 10 firmas estiman que la rentabilidad será inferior que la obtenida.
Lamentablemente, el escenario de estanflación seguirá vigente en el corto plazo y la indexación de la economía continuará operando en ausencia de una política antiinflacionaria integral.
Los costos empresariales aún crecen a ritmo elevado
La mayoría de los costos de las empresas se desaceleraron en el último año, aunque crecen a un ritmo promedio cercano a 15% i.a. Si bien esto representa una baja sustancial con respecto a julio de 2008 –en torno de 10 p.p. – los valores son aún muy elevados.
Entre los rubros que más desaceleraron se destacan la medicina prepaga y el servicio de taxis y remises.
Mientras que en 2008 aquellas compañías que proveen a sus empleados de servicios de atención médica vieron incrementar sus gastos 32%, este año se registró una suba de apenas 5%. De todas maneras, se esperan nuevos aumentos para septiembre y diciembre, una vez que se resuelvan los pedidos ya gestionados por las empresas de medicina prepaga.
Los taxis y remises son especialmente utilizados por empresas del sector servicios y representan una parte no menor en su estructura de costos. A julio el aumento de las tarifas ronda 7,4% i.a., 28 p.p. menos que un año atrás. Sin embargo, aquí también se esperan posibles incrementos para los próximos meses, fundamentalmente si el precio de los combustibles continúa aumentando.
Otro de los rubros que presenta una fuerte desaceleración con respecto al año pasado es el servicio de comedor para empleados. Esto se debe principalmente al menor ritmo de suba de los precios de los alimentos, en especial en frutas, verduras, carnes, aceites y productos panificados. Aunque en los últimos meses el repunte de las commodities agropecuarias ha comenzado a presionar nuevamente sobre los alimentos.
En contrapartida, los costos de la energía eléctrica crecieron muy por encima del registro de julio de 2008. Si bien no sufrieron subas de la magnitud percibida por las familias (ya venían ajustando en los años previos), las tarifas industriales se elevaron 17,6% en el último año.
Por su parte, con los salarios del sector formal de la economía creciendo 20% i.a. en promedio, el costo laboral se mantiene aún en valores elevados, similares a los del año pasado. Las implicancias de ello son sensibles, ya que la plantilla salarial es uno de los principales gastos en la estructura de las empresas.
Además, teniendo en cuenta que la pauta salarial acordada en estos meses se ubicó en torno de 17% para el promedio de las actividades, este rubro clave seguirá impactando fuertemente en los costos de las firmas.
Otro componente de suma gravitación son los gastos de logística. Impulsado por el alza de precios de los combustibles, este rubro crece actualmente por encima de 20% i.a. El gasoil, que representa el principal insumo del transporte de carga automotor, sufrió subas cercanas a 24% en los últimos 12 meses. No obstante, se observa una clara desaceleración con respecto al año pasado.
En conclusión, si bien la presión sobre los costos evidencia cierta desaceleración y la caída en la demanda acota el margen de acción de los empresarios, el traslado a precios resulta inevitable. En este contexto, es poco probable que los problemas inflacionarios se desvanezcan, al menos en el corto plazo.
Fuente:Ecolatina.
