Este accionar violento, que tuvieron propio de otros años de la historia Argentina, no merece más que el enérgico repudio de todos los sectores sociales y políticos de la Provincia de Tierra del Fuego, porque lo que ha ocurrido, no es sólo la presión sindical para revertir una posición política de 15 Legisladores, por el contrario, ha sido uno de los hecho más aberrante de la vida democrática de nuestra Provincia.
Lamentablemente, este grupo de inadaptados, que no entienden el sistema democrático, que desprestigian a las instituciones políticas y sociales, creen que con su accionar patoteril le hacen bien a la democracia.
Asimismo, nos solidarizamos con los afiliados y dirigentes del Movimiento Popular Fueguino, quienes son víctimas de este accionar violento y nefasto.
