Ya es bien conocido por todos este tema del “impuestazo tecnológico”: suba de impuestos para diversos productos electrónicos. Y muchas voces se han hecho sentir, a favor y en contra. Pero la mayoría de las repercusiones en los medios, y hasta el momento, siguen siendo contrarias. Entendible, teniendo en cuenta que con estas pretensiones el valor de venta de los productos tecnológicos aumentaría hasta un 34 por ciento. Y que desde la visión del gobierno los usuarios de tecnología somos “adinerados”, cuando es todo lo contrario. Un golpe más al bolsillo de los consumidores.
La medida es básicamente lo siguiente: un proyecto presentado por el ministerio de Producción de la Nación que amplía el listado de productos gravados con impuestos internos al tiempo que también eleva el porcentaje de IVA a varios productos electrónicos, tales como celulares, notebooks, pantallas de LCD, monitores o cámaras digitales. Originalmente fue presentada como tendiente a reforzar la competitividad de Tierra del Fuego.
Entonces, el “impuestazo tecnológico” contempla el retoque en dos impuestos: los internos y el IVA. En el caso de los internos, se aplicará para estos productos una tasa del 17 por ciento cuando sean importados, frente a un 6,5 por ciento cuando sean producidos en Tierra del Fuego. Por el lado del IVA, se subirá la alícuota al 21 por ciento desde los 10,5 por ciento actuales.
Visto de esta forma, lo único que lograría este proyecto es frenar el consumo interno.
Por otra parte, este proyecto de ley genera dudas por diversos motivos. Si consideramos que productos como los celulares son consumidos prácticamente por casi todos los argentinos a partir de determinada edad e independientemente del nivel socio económico, cuesta creer que sea más justo que todos paguen más por ellos para favorecer a la industria electrónica en Tierra del Fuego, cuyos dirigentes estiman permitirá la creación de 1.500 puestos de trabajo. Que millones de argentinos vean un encarecimiento superior al 25 por ciento en determinados productos para generar 1.500 puestos, no parece una relación muy justa.
Y paralelo a esto surge la duda de qué pasará con empresas que ya están fabricando, pero no en Tierra del Fuego. Tal el caso de PC Arts (Banghó), Cicsa (Olivetti) y otras tantas.
¿Pagaremos todos el impuesto interno para favorecer a la fabricación en Tierra del Fuego?
Las voces institucionales
Las voces se hicieron sentir y llegaron a los medios de todo el país. Una de las principales críticas viene por el lado de la incoherencia. Es decir, por un lado la ponderada Agenda Digital y el Plan Mi PC y por otro el acceso a la tecnología mediante la suba de impuestos.
Una de las primeras voces institucionales fue la de los importadores de cámaras digitales, Cacieife (Cámara Argentina de comercio e importación de equipos de imagen, fotografía y electrónica) y les siguió Camoca (Cámara Argentina de máquinas de oficina, comerciales y afines), Cicomra (Cámara de informática y comunicaciones de la República Argentina). Es decir, una medida que puso a toda la industria en su contra.
Por otro lado, el presidente de Afarte (Asociación de fabricantes argentinos de terminales electrónicas), entidad que agrupa a los fabricantes de Tierra del Fuego, declaró a medios nacionales como Clarín y Página/12 que los industriales habían llegado a un acuerdo por la provincia fueguina y además mencionaba que: “la notebook no es un producto suntuario, es una herramienta de trabajo para personas de ingresos altos”.
Si se analiza esta situación entendemos que: si bien acepta que la notebook es una herramienta de trabajo, la asocia con personas de ingresos altos. ¿Será que no se enteró de que también las empresas, de todo tamaño, compran notebooks? ¿Tampoco se enteró de que cada vez son más los integrantes de sectores medios que compran notebooks? Una demostración de desconocimiento del mercado.
La voz de los usuarios consumidores
A través de Internet, y mediante la utilización de los medios con mas repercusiones, entre ellos: Redes Sociales, Foros, Blogs, etc, los usuarios se hicieron escuchar en su posición frente al “impuestazo”.
De esta forma, se crearon espacios con el fin de advertir a la gente y de sumar más adherentes. En Facebook, un grupo de usuarios formó el grupo “Digámosle NO al impuestazo a celulares, notebooks y Pcs. ¿Así mejoraremos el acceso de los Argentinos, a las Tecnologías de la Información? Increíble”, con la idea de mas marcha atrás a este proyecto.
Más de 3.700 personas se unieron a esta causa y allí se pueden encontrar desde empresarios, periodistas, usuarios de internet y consumidores finale.
Otra de las iniciativas es el blog llamado “No al impuestazo tecnológico”. Allí se exponen diferentes artículos relacionados con la temática, con la única idea de pedir que rechacen el nuevo impuesto.
Un freno
Por suerte, el tratamiento de la ley en el Congreso no progresó por no lograr el quórum necesario y dicen -quienes siguen de cerca el acontecer parlamentario- que no será tratada hasta después de las elecciones. ¿Qué sucederá? No lo sabemos
Lo cierto es que el proyecto de ley generó una oposición cerrada y que no debemos dejar de hacer sentir nuestras voces.
Detalles del impuestazo
Objetivo: hacer “que los que más tienen ayuden a paliar la crisis financiera” y, más que nada, “incentivar el desarrollo del polo tecnológico de Tierra del Fuego”.
Aceptación: poca, por suerte. La oposición no apoya este proyecto como así tampoco gran parte del cuerpo de diputados oficialistas, excepto los fueguinos. Por lo tanto, el debate sobre este proyecto se prorrogó para después del 28 de junio, fecha en que se realizarán las próximas elecciones.
Impacto: esto significa un aumento en el costo final de entre 30 y 40 por ciento en cualquier producto tecnológico. Aspecto que ensancharía aún más la brecha digital impidiendo el acceso a la tecnología y la comunicación a los sectores más carenciados. Por ejemplo, una notebook de $2000 pasaría a costar $2500.
