La gestión del guanaco revela enfoques contrastantes en la Patagonia. Chile impulsa proyectos para posicionar su carne como alternativa saludable y patrimonial, mientras Argentina enfrenta polémicas por superpoblación que, según algunos referentes, acelera degradación de pastizales y afecta producción ovina.
En este contexto, en Región de Magallanes, surgió una iniciativa que apunta al aprovechamiento productivo. La iniciativa, respaldada por Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y ejecutada por INIA Kampenaike, se basa en la propuesta de la Mesa Técnica del Guanaco, y aseguran que fortalece manejo sustentable. El proyecto aborda la alta densidad en comunas como San Gregorio y Timaukel, donde genera preocupación entre criadores ovinos.
El objetivo principal equilibra población y diversifica matriz alimentaria con carne nativa magra, de alto valor nutricional. El plan estratégico incluye narrativa de origen para marca regional, estrategias de comercialización, transferencia de capacidades y articulación sectorial.
Irene Ramírez Mérida, de Agricultura, resalta posicionamiento como alimento propio de Magallanes bajo criterios sustentables. De hecho, el guanaco permanece como especie clave en estepas, regulada por Ley de Caza con respaldo técnico permanente.
Este enfoque transforma competencia potencial en oportunidad económica, agregando valor a recurso nativo y mitigando conflictos ganaderos mediante extracción autorizada y mercados ampliados.
Debate argentino: Superpoblación y desertificación
En Patagonia argentina, particularmente Santa Cruz, la población guanaco genera una controversia intensa. Estimaciones indican que hay entre 2,8 y 3 millones de ejemplares, superando ovejas (alrededor de 2,3 millones) y compitiendo por el forraje, que es escaso.
En este contexto, productores ovinos denuncian aceleración de desertificación, con estudios de INTA y EEA Santa Cruz, mostrando reducción en cobertura vegetal y diversidad pastizales donde domina guanaco. Vale agregar que el stock ovino cayó 32% en últimas dos décadas, agravado por competencia y depredación asociada.
Expertos como Martín Roa destacan causas históricas: manejo inadecuado pasado, baja rentabilidad en años 80-90, fenómenos volcánicos, tipo de cambio y cambio climático con menores nevadas post-1995. Sin embargo, crecimiento anual guanaco intensifica presión actual.
La polémica opone productores, que ven negligencia en control, a sectores conservacionistas. El Plan Nacional de Manejo Sustentable enfrenta críticas por trabas comercialización, caza clandestina y limitaciones de mercado. Santa Cruz avanza en comisión asesora para aprovechamiento, pero persiste percepción de plaga.
Contrastes y lecciones compartidas
Chile prioriza valor agregado y narrativa patrimonial para carne guanaco, con exportaciones y consumo regional en ascenso. Argentina enfrenta barreras mayores, con comercialización incipiente en Santa Cruz pese a avances provinciales.
Ambos países reconocen rol ecológico guanaco en estepas frágiles. Iniciativa magallánica ofrece modelo potencial para mitigar conflictos argentinos mediante planes integrales que equilibren conservación, control poblacional y beneficios económicos.
El desafío quizá radica en articular visiones: transformar superpoblación en recurso sustentable sin comprometer biodiversidad ni producción tradicional. Experiencias cruzadas podrían inspirar estrategias binacionales para Patagonia resiliente.
La gestión guanaco refleja dilemas patagónicos mayores: sostenibilidad ambiental versus viabilidad productiva. Mientras Chile posiciona carne como patrimonio saludable, Argentina busca resolver urgencia desertificación. Diálogo regional aparece esencial para armonizar enfoques y preservar ecosistemas compartidos.
Fuente: La Mañana de Neuquén



