Si bien podemos entender la situación que atraviesa el mundo en general consideramos arbitrario que disfracen de solidaridad el recorte salarial que hemos soportados las y los estatales. Seguidos de 4 años de congelamiento salarial, el actual gobernador llegó a la Casa de Gobierno de la mano de la promesa de la recuperación del salario. Incumplida, por supuesto, como tantas otras. Y hasta el momento no han hecho más que declarar emergencias, garantizar las jugosas dietas de los flamantes funcionarios y preparar planes de salvataje para empresarios cercanos al poder legislativo.
Casi como una burla y jugando con el poder que le confirió el Pueblo, nos mantienen en vilo con rumores de un bono (que nada se diferencia de la gestión anterior) abortando el acuerdo hecho en paritarias y dejando en el olvido la recuperación del salario. Mientras entre bambalinas continúa la fiesta de nombramientos con cargos dibujados en pagos de favores políticos y despreciando nuestros trabajos sin siquiera dándonos la posibilidad de continuar trabajando para combatir este virus invisible. Nuevas contrataciones para atención del 107 dejan en evidencia que, una vez más, subestiman la capacidad de los hombres y mujeres que le ponemos el cuerpo y el corazón a la provincia.
A días de cumplir los 6 meses de gestión vemos que las persecuciones dentro de las áreas, bajas de cargos y nombramientos caprichosos se han convertido en una práctica habitual de este gobierno que llegó con promesas salomónicas las cuales no dudo tirar por la borda una vez instalado en el poder.
Poner en valor el trabajo de las compañeras y compañeros de Salud no es una acción que deba celebrarse, este reconocimiento debería haber llegado hace tiempo y junto con el, los elementos necesarios para cuidar a nuestros trabajadores. La tarea de las médicas y médicos, enfermeras y enfermeros, técnicos y bioquímicos es crucial pero ninguna de ellas podría desarrollarse sin los administrativos, sin mucamas o choferes, sin mantenimiento ni cocina. El equipo de salud son todas las personas que día a día se vienen exponiendo a este virus pero también a la desidia de los gobiernos. Es por eso que no celebramos ni festejamos lo que corresponde. Párrafo aparte merece la indiferencia que han tenido con los docentes que ni un solo día han dejado de estar cerca de nuestras hijas e hijos. Docentes que, con las pocas herramientas proporcionadas, han logrado estar presentes en el día a día de nuestras niñas y niños. Y esta misma indiferencia es la que padecemos todas las trabajadoras y trabajadores del escalafón seco, los más castigados y menos reconocidos.
Invitamos al gobernador o cualquiera de sus funcionarios a vivir con un salario muy por debajo de la canasta básica, a cubrir todas las necesidades con un sueldo de miseria. Los invitamos a ser empáticos a ver si de una vez por todas nos dejan de pedir esfuerzos, nos dejan de obligar ser comprensivos escondiéndose en números dibujados y casi ilegibles mientras la orgia de ingresos al estado continúa con nombramientos onerosos en cumplimiento de favores políticos. Los invitamos a dejar de prostituir el Estado en nombre de sus intereses y comenzar a gobernar. Los invitamos a dejar de endeudar nuestra provincia y de una vez por todas empiecen a discutir seriamente sobre la renegociación de la explotación de nuestros recursos naturales que solo benefician a un puñado de empresarios dejando migajas en Tierra del Fuego. La timba petrolera ha desfinanciado nuestra provincia y todas las banderas políticas que han pasado miraron hábilmente para un costado. Los miles de millones saqueados de nuestro mar. Los cotos de pesca exclusivos para extranjero y los miles de dólares anuales que se engullen los estancieros que mantienen miles de hectáreas de nuestras tierras pagando impuestos ridículamente obscenos. Y así podemos seguir mencionando como nos saquean a la vista de todas y todos y pareciera no importar.
Al gobernador Gustavo Melella le decimos que estamos dispuestos a trabajar en conjunto para buscar alternativas económicas para nuestra provincia que mejoren la calidad de vida laboral de las trabajadoras y trabajadores, no solo somos POMyS y PAyT, somos quienes conocemos el estado como nadie, somos los que movemos este engranaje enorme, los que aprendimos a trabajar sin recursos y aun así ponemos lo mejor de cada una y cada uno todos los días. Porque amamos el Estado, porque nuestro trabajo son los derechos de todas las personas que habitan nuestra provincia, somos los que estábamos antes de que llegaran con sus promesas efímeras y somos los que vamos a seguir estando.
FUENTE: Prensa ANUSATE