De todas formas, las expectativas de crecimiento siguen siendo positivas aunque en los próximos años los países avanzados crecerán moderadamente.
Por más que existan riesgos que pueden suavizar el crecimiento, las bases para una nueva fase expansiva están sentadas y en gran medida descansan en la dinámica de las economías emergentes.
Brasil es ya la octava economía mundial y China finalizará 2010 con el segundo mayor PBI. Ello constituye una excelente noticia para la Argentina en función de la relación comercial que mantiene con las dos potencias.
Se estima que ambos países finalizarán el año con tasas de crecimiento elevadas y mantendrán un buen ritmo en 2011, dinamizando a los emergentes y apuntalando a la economía mundial.
La discusión actual en Brasil gira en torno a los riesgos inflacionarios derivados de un posible sobrecalentamiento de la economía y al nivel en el que se debe ubicar el tipo de cambio (Real/Dólar).
En el vecino país la inflación luce bajo control y para 2011 se proyecta que el tipo de cambio nominal se mantenga estable, con una leve apreciación real. El encendido mercado interno y la inversión continuarán siendo los principales motores del crecimiento en Brasil.
El ritmo de crecimiento de la economía china sigue en niveles elevados, con la política monetaria y la recuperación de las exportaciones explicando gran parte del incremento.
La discusión en China gira en torno al nivel adecuado del tipo de cambio. Según el Índice Bic Mac el Yuan se encuentra 50% devaluado artificialmente. Si el Yuan vuelve a fortalecerse contra el Dólar, la Argentina recibirá un plus de competitividad y demanda de parte de la potencia asiática.
La desaceleración del crecimiento no implica una recaída
Los signos de desaceleración en la recuperación mundial reavivaron la incertidumbre en los mercados financieros. Diversos datos sobre la performance de los países avanzados alentaron movimientos contractivos, refundaron dudas sobre la sustentabilidad fiscal y reanimaron la discusión acerca de una posible recaída.
Si bien la volatilidad de los mercados puede amplificar el ciclo, en este caso responde a un comportamiento propio del período post crisis, donde las reacciones son exageradas pero rápidamente desalentadas por otras noticias. Actualmente, estos movimientos se extreman dada la abundante liquidez resultante de los programas de estímulo aplicados.
En este sentido, los cimbronazos financieros de las últimas semanas son en gran medida resultado de la nueva fase de crecimiento lento, luego de un primer semestre de reactivación acelerada.
La desaceleración en la recuperación de las economías avanzadas responde principalmente a una base de comparación interanual mayor a la de los primeros meses del año, a la debilidad del mercado laboral y a la lenta reacción del consumo privado, ya con escaso margen para ser compensado por el consumo público.
De todas formas, las expectativas de crecimiento siguen siendo positivas. En los próximos años los países avanzados crecerán moderadamente sin caer en recesión: Estados Unidos avanzará 3% este año y 2,8% en 2011, mientras que la zona del Euro lo hará 1% y 1,5%, respectivamente.
En particular, Estados Unidos desaceleró su tasa de crecimiento en el segundo trimestre (de 3,7% anualizado en el primero a 1,6%). Por ello la FED continúa exhibiendo políticas activas para evitar una recesión, sin atender por el momento a los potenciales problemas inflacionarios que se puedan generar.
Los esfuerzos apuntan a mejorar el mercado laboral, para fortalecer los ingresos y el consumo de bienes durables (especialmente inmuebles). Efectivamente, estos componentes son los que limitan –por ahora– una recuperación más vigorosa.
Por su parte, en el viejo continente lograron disipar la desconfianza en el bloque y en la moneda común. Sin embargo, el corsé de la política monetaria comunitaria sumada a los programas de ajuste castigan con mayor fuerza a los países de la periferia, por su impacto en la competitividad y el crecimiento. Los países más grandes son los que están recuperando el terreno perdido con mayor velocidad.
En resumen, la moderación de la recuperación mundial no debe confundirse con una caída. La incertidumbre es propia de la fase actual luego de la crisis global más profunda de la historia. Por más que existan riesgos que pueden suavizar el crecimiento, las bases para una nueva fase expansiva están sentadas y en gran medida descansan en la dinámica de las economías emergentes.
Brasil y China dinamizan a las economías emergentes
El desempeño de los países emergentes suma un nuevo hito a escala global: Brasil está superando a España para posicionarse como octava economía mundial y China finalizará 2010 en el segundo puesto, debajo de los Estados Unidos y relegando a Japón al tercer lugar.
El sostenido crecimiento que exhiben estos mercados ratifica su importancia para la recuperación de la demanda mundial y permite vislumbrar un mejor escenario internacional hacia 2011. Ello constituye una excelente noticia para la Argentina en función de la relación comercial que mantiene con las dos potencias.
Prácticamente tres cuartas partes de las exportaciones argentinas tienen como destino países en desarrollo, siendo Brasil el más importante pues concentra por sí sólo 20% de las ventas externas del país. Luego se encuentra China que explica otro 10% de los envíos al exterior registrados en el transcurso de 2010 .
Se estima que ambos países finalizarán el año con tasas de crecimiento elevadas y mantendrán un buen ritmo en 2011, dinamizando a los emergentes y apuntalando a la economía mundial. Sin embargo, la discusión económica en cada uno de estos dos países difiere, por lo que merecen ser identificadas para comprender la tendencia.
BRASIL
El mayor socio del MERCOSUR está atravesando un año electoral que finalizará con las presidenciales del 3 de octubre. Según diversas encuestas, a la fecha no habría segunda vuelta y el oficialismo mantendría en ejercicio del poder, dando cierta continuidad a la política económica llevada adelante desde 2003.
Pero la discusión actual –que preocupa en el mediano plazo– gira en torno a los riesgos inflacionarios derivados de un posible sobrecalentamiento de la economía y al nivel en el que se debe ubicar el tipo de cambio (Real/Dólar).
En Brasil se maneja un esquema de metas de inflación, en el cual el Banco Central fija la tasa de aumento de precios que está dispuesto a tolerar. A partir de esta evaluación administra la tasa de interés de referencia (SELIC), entre otros mecanismos, para desarticular presiones que desaliñen la inflación real del objetivo.
En los primeros meses del año los precios exhibieron un sostenido incremento asociado al fuerte descenso del desempleo (bajó de 8% a 7% en el primer semestre) y a la suba de los alimentos. Ello motivó al Banco Central a subir la tasa de interés 2 puntos porcentuales (p.p.) desde fines de abril para llevarla a 10,75%.
En junio y julio los precios no variaron, permitiendo que la inflación acumulada en los últimos doce meses sea de 4,6%, cuando la tasa objetivo es de 4,5% (±2 p.p.). Si bien existen presiones alcistas por la mejora en el nivel de ingresos o algunos riesgos climáticos para la producción de alimentos, se estima que la inflación finalizará el año levemente sobre la meta fijada (5,1%).
Esta variable luce bajo control en Brasil también hacia futuro. A partir de la desaceleración en el ritmo crecimiento esperado en 2011 y la confianza en la autoridad monetaria (subiría la SELIC 1 p.p.), las expectativas de mercado arrojan un aumento de los precios de 4,8% el próximo año.
El otro punto gira en torno del tipo de cambio entre el Real y el Dólar, pues actualmente se encuentra muy apreciado en términos históricos. De hecho, el cambio real (descontada la inflación de ambos mercados) es similar al nivel previo a la devaluación de enero de 1999 y, según el Índice Bic Mac , la sobrevaluación de la moneda brasileña es de 30% respecto de la norteamericana.
Este atraso cambiario es objetado por la pérdida de competitividad externa que conlleva y por su efecto ralentizador sobre el ritmo de crecimiento. Sin embargo, existen diversos factores que disipan una devaluación y sostienen a la economía por encima de la tasa de crecimiento de largo plazo.
Para 2011 se proyecta que el tipo de cambio nominal se mantenga estable (1,80 R$/USD) con una leve apreciación real por el efecto de la inflación. El aún elevado superávit comercial y el extraordinario ingreso de capitales mantendrán el valor de la moneda en los niveles actuales, al tiempo que el encendido mercado interno y la inversión continuarán siendo los principales motores del crecimiento.
Considerando que la mitad de las exportaciones argentinas a Brasil se concentran en manufacturas industriales, la fortaleza del Real y la demanda de ese mercado serán clave para la performance de la industria local el próximo año.
CHINA
El ritmo de crecimiento de la economía china sigue en niveles elevados: en el segundo trimestre la actividad avanzó 10,3% contra el mismo período del año anterior. Cabe señalar que este aumento se logra pese al fuerte recorte en los estímulos fiscales. De hecho, el gasto público no está siendo un factor expansivo.
Sin embargo, la política monetaria sigue explicando gran parte del incremento. En 2009 el crédito aumentó 30% en términos del PBI y este año se agrega una suba adicional de 8% del PBI a la economía. Estos fondos se movilizan fundamentalmente para apuntalar la demanda interna vía inversión y consumo .
Pero actualmente la demanda externa de productos chinos también se ve revitalizada. Según cifras del Banco Mundial, el volumen exportado en la primera mitad del año es 10% superior al similar de 2008, o sea, incluso superior al nivel pre crisis. Por la importancia de este país en el comercio mundial (10% del total) este hecho también da cuenta de la recuperación global.
La discusión en China es importada desde los países avanzados y gira en torno al nivel adecuado del tipo de cambio. Según el Índice Bic Mac el Yuan se encuentra 50% devaluado artificialmente por las autoridades, con el fin de mantener la competitividad cambiaria y la acumulación de reservas.
Desde 2006 el gobierno central administra una suave apreciación de la moneda que luego dejó constante durante la crisis internacional. Si el Yuan vuelve a fortalecerse contra el Dólar (continuando con la tendencia del último mes), la Argentina recibirá un plus de competitividad y demanda de parte de la potencia asiática, que es uno de sus mayores socios comerciales.
Fuente:Ecolatina.
