Creer que el problema mayor del Banco Central de la República Argentina es el decreto mediante el cual la presidente de la Nación decidió echar a Martín Redrado es un error. El problema mayor es en primer lugar la violación de la institucionalidad, ignorar la Carta Orgánica del Organismo, la inseguridad jurídica que genera hacia adentro y fuera del país y lo peor tomar reservas del tesoro nacional para pagar deudas.
Esto demuestra en primer lugar que como dijo Alberto Fernández en este medio, el país tiene déficit fiscal y ahora lo va a profundizar, pero además generar inflación ya que como también quedo demostrado los bancos privados fueron los primeros en apoyar la decisión del gobierno para que Redrado se vaya.
El gobierno tiene graves problemas, primero se quedó con 100 mil millones de las AFJP con el pretexto de mejorar las jubilaciones, pero aquí en buenos aires esas jubilaciones no superan los 900 pesos, en algunos casos son de 837 pesos para gente que trabajo no 25 inviernos, sino 40 años.
Después de las AFJP y como el gasto seguía aumentando, se quedó con los fondos de ANSES, otros 100 mil millones que se utilizaron para cuestiones tan absurdas como el famoso crédito para el 0 km, que fue un fracaso, apenas se vendieron 15.000 autos en todo el país, lo mismo ocurrió con los electrodomésticos y ahora con los camiones.
En definitiva con ayuda de quienes le son funcionales el gobierno nacional vuelve a tomar dinero para solventar gastos del estado, pero el paso que dio al expulsar a Martín Redrado del Banco Central es el mal menor. La imagen hacia fuera a partir de este escándalo es de una gravedad, que si bien tiene antecedentes, no los tiene por las razones expuestas en este caso, sino por cambios o alejamientos que decidieron los ahora ex presidentes como fue el caso de Prat Gay.
Parafraseando a Alberto Fernández, los economistas que habitualmente colaboran con este portal, señalaron anoche que “la película termina mal, porque hoy el aun presidente del BCRA, presentará un amparo ante la justicia y convocara a la comisión bicameral del Congreso Nacional que debe decidir su suerte, pero además todo el arco opositor acompaña esta decisión. Desde el poder ejecutivo se sostiene que esto es un contubernio entre la Justicia y la UCR, pero en realidad y después de leer la carta orgánica del BCRA, queda claro que el decreto de la presidente es inconstitucional, violatorio de la independencia de poderes, la institucionalidad y la autarquía del Banco Central. Quien no quiera entender esto, no tiene real dimensión del problema en que se ha metido, no Redrado, sino el país a partir de dejar claro que el gobierno cuando va por fondos no mide consecuencias, no respeta independencia o autonomía alguna y quizá lo mas grave de todo es que aun no pueden explicar donde están los casi 200 mil millones de pesos de los argentinos que le sacaron a las AFJP y ANSES.
La política acumulativa comenzó con las retenciones, luego el quite de coparticipación otra denuncia que termino en la corte suprema y esta que no es menor ya que también tiene destino de judicialización pero los perjuicios que puede ocasionar aun no han sido evaluados en toda su dimensión. Argentina ha ingresado en una etapa de imprevisibilidad que no registra antecedentes, porque insistimos esta será la primera vez que se toman fondos de las reservas del tesoro nacional para pagar deudas corrientes del estado nacional.
La era del gobierno fenicio ha comenzado, cuando salgamos de la niebla sabe Dios con que nos vamos a encontrar.
Como datos adjuntos valga destacar el rojo de 20 provincias que sumado alcanza a los 10 mil millones de pesos, 53.000 millones de deuda social, 220 mil millones de deuda externa, 31% de la población bajo la linea de pobreza.
Retenciones del impuesto al cheque por mas de 22 mil millones de pesos, incumplimiento de la Ley de Coparticipación Federal en la Suprema Corte de Justicia, todo esto y aun quedan dos años de gestion, ¿alguien puede creer que todo esto solo perjudica a CFK y que los gobiernos provinciales saldrán indemnes de todo esto?.
Armando Cabral.
