La Municipalidad de Pico Truncado cerró el año 2020 con un anuncio innovador: la posibilidad de reflotar el proyecto de la planta experimental a hidrógeno que desde hace varios años se viene queriendo desarrollar en esa localidad.
Se trata de una iniciativa capaz de generar hidrógeno con la energía eléctrica proveniente del parque eólico Romanutti. Cuenta con equipamiento como para producir 100 metros cúbicos normales de hidrogeno por hora y de 50 de oxígeno. La idea primigenia era que la Estación de Servicio ubicada en las inmediaciones pueda expender una mezcla de 80 por ciento de gas y 20 por ciento de hidrógeno a los vehículos de GNC.
Durante la última semana de diciembre pasado, la Gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, autorizó el avance del estudio de prefactibilidad de la obra que ahora está en manos de la Dirección de Proyectos de Energías Convencionales y Energías Renovables, dirigida por Mabel Herrera.
Según pudo saber surtidores.com.ar, el equipo de ingenieros a cargo de la obra presentará, a finales de este mes, las conclusiones del estudio, con sugerencias sobre qué hacer con el proyecto. Será luego la municipalidad de Pico Truncado quien determine de qué manera y a qué ritmo avanzar.
LAS TRES VARIANTES
Según pudo constatar este medio a través de fuentes conocedoras de la obra, desde el punto de vista técnico la planta experimental de hidrógeno está en buen estado. Hacía 5 años que se habían comprado los equipos pero por falta de fondos todo quedó parada. Por lo tanto, sostienen que podría estar operativa antes del 2022.
Ahora bien, ¿cómo se utilizaría esa producción de hidrógeno? Los técnicos recomiendan tres variantes, todas vinculadas al transporte.
La más viable, por las experiencias que ya se han llevado a cabo, es la mezcla de hidrógeno (20 por ciento) con GNC (80 por ciento). Una de las cosas que se está investigando es si los vehículos deben adaptarse (y, en tal caso, cómo adaptarse) para poder utilizar esta mezcla.
Otra línea tiene que ver con utilizar el hidrógeno en su estado puro, para los automóviles que hoy día están en el mercado. Está quizá sea la línea menos viable por la escasez de vehículos a pila de combustible que hay en el país.
La tercera opción es que el hidrógeno no se utilice directamente en vehículos sino se destine para la producción de otro combustible que pueda ser usado luego en los automóviles, como puede ser el caso del metanol.
En este caso, la idea sería producir el hidrógeno a partir de fuentes de energías renovables y, por síntesis, generar otro combustible líquido que no contenga como materia prima fuentes contaminantes fósiles.
La decisión final, la tendrá la Municipalidad de Pico Truncado. Si bien esta será una prueba piloto, la experiencia se torna interesante teniendo en cuenta que el hidrógeno es el combustible que más se utilizará a partir de los próximos 20 o 30 años.
A partir de esta iniciativa podrían desarrollarse otras que permitan a la Argentina implementar con mayor vigorosidad políticas para el fomento del hidrógeno.
