El abogado Raúl Paderne, representante legal de la empresa Sueño Fueguino, advirtió en diálogo con el medio fueguino Provincia 23 que “la industria textil fueguina está en riesgo de cierre” si no se revierten decisiones recientes que limitan los beneficios de la Ley 19.640, la norma que sustenta el régimen de promoción industrial en Tierra del Fuego. Según explicó, la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia revocó una medida cautelar que protegía a fábricas de Río Grande, lo que agudiza la incertidumbre y deja a las textiles expuestas a un escenario de inviabilidad.
Paderne remarcó que Sueño Fueguino emplea a más de 170 personas y que el desmantelamiento de los incentivos fiscales vuelve imposible sostener la actividad. “Imaginate a valores históricos… No es posible la actividad textil en Tierra del Fuego sin los beneficios de la ley”, señaló. Y agregó que esta situación “genera perjuicios enormes, pérdida de puestos de trabajo y pone en riesgo a toda la industria”.
El abogado también cuestionó lo que definió como un “ensañamiento” de ciertos funcionarios nacionales contra el sector, mencionando directamente al subsecretario de Gestión Productiva, Javier Ignacio Cardini. En su visión, se trata de una política deliberada de hostigamiento que, de no corregirse, terminará con el cierre de plantas que durante años sostuvieron producción y empleo en la isla.
Frente a este escenario, la empresa presentó una nota formal ante la Comisión del Área Aduanera Especial (CAAE) para exigir que se respete la medida cautelar y se autorice la salida de camiones con producción -si bien fue revocada, la cautelar estaría aún vigente, porque fue apelada mediante un recurso extraordinario y un recurso in extremis, ambos en trámite-. De no concretarse, la compañía advierte que podría interrumpirse la actividad de manera indefinida.
Desafíos estructurales
Por un lado, el régimen promocional, diseñado para compensar los altos costos logísticos y energéticos de producir en la isla, se ve debilitado por resoluciones que calculan beneficios en base a valores de hace décadas. Por otro, los industriales señalan que la inflación, el encarecimiento de insumos importados y la caída del consumo interno erosionan aún más la competitividad.
A ello se suma la incertidumbre macroeconómica nacional, con un mercado textil que enfrenta una caída en las ventas a nivel país y una competencia creciente de productos importados. En ese contexto, las fábricas instaladas en Tierra del Fuego requieren reglas claras y estabilidad normativa para sostener inversiones.
Fuente: La Nación