Después de terminar con todas las actualizaciones, un día más, mañana a disfrutar del cumpleaños de mi ciudad, la que elegí hace 35 años y no reniego de ella, al contrario, le agradezco, por lo que me ha dado y no me arrepiento de lo que le di, Rio Grande es mi lugar en el mundo y hace mucho que desarmé la valija porque decidí quedarme aquí y ponerme la camiseta de este pueblo, de días cortos en invierno y eternos en verano, de hielos y escarchas, de horizontes infinitos, de calles anchas y playas interminables, de vientos helados y brisas abrazadoras, de gente amable y de la otra.


Rio Grande, ciudad con alma de pueblo, de estepas interminables, de guanacos, ovejas y ríos que serpentean la zona norte.
Rio Grande la ciudad de mi familia, donde nacieron mis hijos, donde nació mi nieto, la de los amigos de mateadas, asados, charlas interminables, regadas con buen vino y música.
Rio grande, la que nos cambia la vida, la que no nos deja ir, la que te ofrece dulces de calafate y ruibarbo, la de los viejos pobladores y de los recién llegados. Ciudad de tradiciones ancestrales, y de nuevas tribus urbanas, de las grandes estancias, piños y ovejeros y murales de Hi hop.



La ciudad de los sueños por cumplir y de algunos cumplidos, Rio Grande la ciudad de las flores en verano, la del viejo muelle del CAP, la que añora un puerto y es mimada por un rio.
Rio Grande, la ciudad industrial, la de los ciclos migratorios, la de un lugar para todos.
Rio Grande, ciudad de jóvenes y no tanto, la de las truchas mas grandes del mundo y los mejores corderos de la Patagonia.



Rio Grande, la que nos dio historias para contar, la que nos hizo aprender a conducir de nuevo, aprender a caminar con hielo, a limpiar las veredas después de las nevadas, a salir al campo los fines de semana.
La de los lugares históricos como La Misión Salesiana, el viejo frigorífico, el Roca, el viejo puente colgante, que, aunque destruido nos invita sacarnos una foto y pasar a tomar unos mates los domingos a la tarde. El ancho rio colmado de gaviotas, cauquenes o castores que cada vez se acercan más a la ciudad.
Rio Grande la ciudad del Gran Premio de la Hermandad y la Vuelta a la Tierra del Fuego en Moto, carreras únicas en todo el país, aventuras épicas de hombres y mujeres que dieron el puntapié inicial hace mas de 40 años.
La extensa costanera que nos pone de cara al mar y es un paseo para todos, grandes y chicos.
Rio Grande la ciudad que cambia constantemente y nos cambia a nosotros también.
Rio Grande la capital nacional de la vigilia por Malvinas, de la carpa de la dignidad, de los ex combatientes y de los atardeceres únicos e irrepetibles, la ciudad embanderada, el pueblo que creció alrededor de un frigorífico, la que fue colonia agrícola, la del nombre del rio, la de los que se van y los que se quedan, pero siempre está.




Rio Grande Felices 102 años y que siga siendo nuestro lugar por mucho tiempo más.