Las especulaciones que hacen en el mercado se basan en la experiencia y las estadísticas. Según los datos históricos, enero representa el 12,4% de las operaciones anuales, tomando el promedio de la última década. Con las 45.000 unidades comercializadas el mes pasado –de cumplirse esa proyección– el año cerraría en unos 360.000 vehículos en total. En tanto, febrero equivale al 7,3% de las ventas lo que supondría que al final de este mes, los registros rondarían los 27.000 vehículos, un nivel similar al 2004. También basados en la serie histórica, el bimestre suma entre un 20% y 22% de los patentamientos globales. De confirmarse ese número para febrero, se refuerza la idea de un mercado de algo más de 350.000 vehículos en el año.
Es cierto que faltan muchos meses y la situación puede revertirse. Eso esperan en el sector a partir de medidas que pueda implementar el Gobierno para estimular el consumo. Desde el lado de las empresas, aseguran, que ya es poco lo que pueden hacer porque están sosteniendo la floja demanda a base de fuertes bonificaciones que, en algunos casos, llegan al 30% del precio de lista de los 0km que, además, siguen en aumento. Esto, obviamente, pulverizó la rentabilidad.
Es por eso que la expectativa está centrada en lo que puede llegar desde los despachos oficiales. El problema es que, hasta el momento, todas las medidas fueron en sentido contrario. El ajuste lanzado por la actual gestión golpea directamente el poder adquisitivo de los integrantes de clase media y superiores que son los principales clientes de los 0km. Es por eso que, en estas condiciones, más que una recuperación de la demanda se podría aventurar una profundización de la caída. A esto se suma los incrementos en todos los costos de mantenimiento y patentamiento de un vehículo que está haciendo cada vez más difícil soñar con un auto nuevo.