Con este gesto, que se definió en un acuerdo entre Alberto Fernández y Máximo Kirchner (luego de un pedido de Bali Bucca y Graciela Camaño al diputado), el Frente de Todos aspira a descomprimir la tensión generada con Juntos por el Cambio por su decisión de no facilitar el quórum para el debate previsto para el jueves en el recinto de la Cámara Baja. Esta mañana, el kirchnerismo planteó que en caso de ser necesario convocará a los diputados que juraron como funcionarios y cuyas renuncias aún no fueron aceptadas.
El artículo de la polémica es el último del proyecto girado ayer y preveía: “Facúltase al PODER EJECUTIVO NACIONAL a efectuar el rediseño organizacional de la Administración Pública Nacional descentralizada mediante la modificación, creación, fusión y supresión total o parcial de organismos descentralizados, así como modificación de sus autoridades superiores, objetivos,funciones, atributos y competencias”.