De hecho, si consideramos el crecimiento poblacional, la producción Industrial per cápita desciende casi 5% respecto a 2015 y más de 12% respecto de 2011.
Para este año prevemos una expansión moderada de la industria impulsada por el mayor dinamismo de Brasil y la pujante demanda de insumos para la construcción. Si nuestras proyecciones se cumplen, la producción fabril crecerá por segundo año consecutivo, algo que no ocurría desde el período 2010/11,
Recién en 2018 la industria alcanzará el nivel de actividad que supo tener en 2015. Vale destacar igualmente, que al interior del sector esperamos que sólo algunas ramas fabriles superen los niveles productivos de hace tras años (ganadoras) mientras que otras quedarán rezagadas (perdedoras). Estas últimas, se ven afectadas negativamente por la competencia externa.
No esperamos que la recuperación de la industria derrame hacia el mercado de trabajo, aunque se detendría la perdida de empleo fabril. Asimismo, la actividad continuaría dinamizada por los sectores no transables (inversión en obra pública, construcción privada, etc.), por lo que es probable que el rojo comercial del sector aumente.
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