Un día del trabajador con poco trabajo.

Tierra del Fuego es una de las provincias con mayor tasa de desempleo por habitante de la república argentina. Hoy con más de 6000 desocupados encabeza un ranking que no es para sentirse orgulloso de nada. La globalizan, mercado interno, economía abierta. Las políticas nacionales.

En una provincia donde casi el 50 % de sus habitantes vive del estado y el resto se las arregla como puedo, la situación es más que complicada. La industria electrónica ha venido cayendo, sin prisa pero sin pausa desde mediados de 2015 o antes, cuando el anterior gobierno decidió implementar el famoso “CEPO AL DÓLAR”, y dejo a las manufactureras sin insumos.

Allí se podría decir que comenzaron los problemas, no había insumos, no había producción, no había producción, no había empleo. Todo el mundo creyó en aquello de que sería “Estacional”, es decir una temporada, pero no, el cepo se siguió ajustando y los empresarios terminaron pidiendo por favor que les dieran un cupo mayor para poder seguir produciendo.

Esa ampliación se dio a fines de 2015 en plena batalla electoral, pero el daño ya estaba hecho y nadie se quejó por eso. Hasta aquí digamos que la preocupación era el tema industrial, pero poco a poco la caída del empleo en la fabricas comenzó a pegar en el comercio, y pasamos del dame dos, al “estoy viendo”, porque si el cepo había complicado la industria, la apertura de importaciones de Macri, no fue menos dañino para con Tierra del Fuego, un número aproximado dice que en pleno auge de la industria, Rio Grande solamente recibía en concepto de salarios unos 191 millones de pesos mensuales incluidos estado, comercio e industria, el derrame era real. La apertura de la economía en un mercado globalizado y dependiente como el actual, donde todo tiene que ver con todo, casi el tiro de gracia para la industria y el empleo.

NO se puede abrir la economía de un día para otro en un país donde lo que primero que hay que hacer es desarrollar la industria instalada, generar procesos productivos y empleo genuino. Si ustedes se fijan, seguimos exportando cereales y carne, básicamente es lo que más ingresos genera. No avanzamos en nuevas tecnologías, seguimos importando lo que deberíamos estar produciendo hace 20 años. Insumos para la industria.

En 2016 eso se redujo a menos de 150 millones y en 2017 está rondando los 120 millones porque tampoco hubo aumentos para la administración pública, ni los habrá según el Ministro Jefe de Gobierno Leonardo Gorbacz, ya que no tienen pensado ni abrir las paritarias.

El panorama complejo se va cerrando cuando comienzan los despidos en el comercio, el cierre de al menos 4 empresas en Rio Grande, suspensiones que se amplían, como en BGH y la falta de ingresos o aumento salarial al sector público. Locales cerrados a lo largo y ancho de toda la ciudad.

Todo es un excelente caldo de cultivo que se está cocinando en una olla a presión de la que nadie parece darse cuenta. Tarifazos, de luz, gas, agua y todo con el mismo salario de hace un año atrás.

Todos miran al sector privado, pero el sector privado no da más, hoy por hoy es el que más impuestos paga, la carga tributaria en Argentina es la más alta de Latinoamérica y está destrozando al pequeño y mediano comerciante, el que alquila y debe pagar dos empleados está condenado a desaparecer.

Este es el real marco de situación, un ajuste generalizado que está expulsando trabajadores, comercios y empresas del sistema y genera un caos social que se ve reflejado todos los días, en los casos policiales que abundan. La gente no tiene para comer, a ver que parte no se entiende?.

Aun así la paciencia o resignación de la gente merece un párrafo aparte, aun cuando la inflación se comió las magras recomposiciones salariales, el consumo sigue siendo lo que sostiene la economía y los últimos fines de semana largos, fueron de mucho consumo pero….., en Punta Arenas, esto se debe a los precios que tenemos aquí y lo bajos que están en Chile comparando un mismo producto.

En definitiva, nadie está dispuesto a ceder nada, la caída de ingresos en los bolsillos de los trabajadores es notable, no hay señales de aumentos y todo el mundo sigue deslizándose por la pendiente sin saber dónde vamos a ir a parar.

Si la política nacional sigue por este rumbo y todos nos quedamos esperando las soluciones mágicas lo vamos a pasar muy mal.

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