El Club de París, a pesar de ser un grupo informal, tiene los siguientes principios y reglas. Entre estas se destaca la exigencia de requerir la aprobación del FMI antes de acordar con el Club de Paris un préstamo o un programa de reprogramación de deuda.
Actualmente la deuda con el Club de París totaliza entre 6.700 millones y 7.600 millones de dólares, dependiendo de los intereses que se contabilicen desde que nuestro país cayó en incumplimiento. Alemania y Japón son los países que concentran el grueso de la deuda de Argentina con el foro de acreedores. Holanda, Italia y Estados Unidos también tienen
acreencias, pero en porcentajes menores.
Si Argentina tuviera firmado un préstamo o programa de reprogramación previamente aprobado por el FMI, la reestructuración de deuda con el Club de París podría decirse que sería “casi un hecho”. No obstante hay que considerar que no tener acuerdo con el FMI es una “política de Estado” de la actual administración, por lo que acordar con el Club de París exige
un arreglo heterodoxo con nuestros acreedores, pero no imposible. En este sentido, está el antecedente de Angola, que puede llegar a jugar a favor.
En diciembre 2007 Angola llegó a un acuerdo con el Club de París sin acuerdo con el FMI. Sin embargo, el acuerdo del Club de París con Angola fue posible porque el país africano aceptó el Artículo 4. Además, el acuerdo fue posible porque Angola se comprometió a dos cosas no
menores. Primero, a pagar el 100% de todas sus deudas de capital más intereses en sólo tres cuotas y en menos de dos años. Segundo, Angola se comprometía a hacer un esfuerzo por reforzar la calidad, la cobertura y las fechas de sus estadísticas”.
De acuerdo con nuestro punto de vista no se puede decir que no haya posibilidades ciertas de arribar a un acuerdo en el corto plazo. Superada la crisis financiera global, existe un replanteo (aún no concluido), sobre el rol del FMI y del Banco Mundial y las rigideces que plantean estos
organismos multilaterales, que juega a favor de la chances locales. Por otra parte, el reciente acercamiento al Fondo por parte del Ministro de Economia y del Canciller, con la excusa formal de aceptar el asesoramiento de ese Organismo para la reelaboración del discontinuado Índice de Precios Nacional (los únicos datos que sigue mostrando el INDEC son los del IPC metropolitano) también contribuiría a apurar un acuerdo con el club de Paris. Cuanto menor sea el horizonte temporal de cancelación de deuda que acepte Argentina, mayor será la posibilidad de acuerdo con el Club de París.
– G20 Y LA GUERRA DE LOS TIPOS DE CAMBIO.
El tipo de cambio ha sido siempre utilizado como instrumento de política económica. En algunas ocasiones se lo utiliza como ancla anti inflacionaria y en otras como herramienta para estimular las exportaciones y desincentivar las importaciones, impulsando el crecimiento económico.
No se puede tener un tipo de cambio que actúe de ancla anti inflacionaria y al mismo tiempo estimule las exportaciones y proteja la industria, generando puestos de trabajo y nivel de actividad; Ambos objetivos son contrapuestos.
En nuestro país, el tipo de cambio real depreciado no estimula las exportaciones pero sí protege las actividades mercados internistas, por lo que contribuye a mantener el saldo comercial positivo vía contención de las importaciones.
Hoy en día, la paridad entre el peso argentino y el dólar es cuasi fija, y el tipo de cambio nominal funciona como ancla anti inflacionaria, y es la única herramienta que le queda a nuestra economía para contener la inflación y sostener la demanda de dinero.
Producto de la aceleración de la inflación, el tipo de cambio real entre el peso y el dólar se ha apreciado significativamente, haciendo que en la actualidad se ubique tan sólo un 25% – 30% por encima de los valores de diciembre 2001. Luego, con una fuerte apreciación del tipo de
cambio real, como en 2010, las importaciones crecen fuertemente (las exportaciones no necesariamente caen) y se deteriora el saldo comercial positivo.
La inelasticidad de las exportaciones argentinas frente al tipo de cambio real se entiende al considerar que la Argentina es un país exportador de commodities y bienes derivados, que tienen un precio internacional y, por ende, no se ven influenciados por los vaivenes del tipo de cambio local. Y las exportaciones industriales, se venden básicamente a Brasil, tratándose de un comercio administrado entre empresas; con lo cual la apreciación del tipo de cambio real tampoco tiene demasiada influencia.
– LA IMPORTANCIA DEL CRECIMIENTO DE BRASIL.
Existe un estrecho vínculo entre el crecimiento económico brasilero y el argentino: en efecto, cuanto mayor sea la tasa de expansión del PBI del mayor socio del Mercosur, más altas serán las exportaciones argentinas hacia ese país; y por ende, más fuerte crecerá el PBI argentino.
Según nuestras estimaciones, en el período 2003 / 2010 la elasticidad de las exportaciones argentinas hacia Brasil con respecto al nivel de actividad -en ese país- asciende a 1.33; lo cual indica que por cada punto porcentual que crece el producto brasilero, nuestras exportaciones
(hacia ese destino) crecen un 1.33% en promedio.
Entre 2003 y 2010 la elasticidad del nivel de actividad económico de Argentina con respecto a las exportaciones hacia Brasil asciende a 0.34. Es decir, por cada punto porcentual que aumentan nuestras ventas a Brasil, el nivel de actividad económica en Argentina se acrecienta
0.34 puntos porcentuales.
El sector industrial argentino es uno de los sectores económicos domésticos que más se beneficia con el crecimiento de Brasil. A mayor nivel de actividad económica en Brasil, mayores exportaciones industriales (desde Argentina hacia Brasil) y por ende, mayor dinamismo en el
sector industrial argentino. Para E&R, el nivel de actividad económica del sector industrial argentino presenta una elasticidad de 0.85 y de 0.33 con respecto a la evolución del producto en Brasil y de las exportaciones argentinas hacia el socio mayor del Mercosur,
respectivamente.
Los sectores industriales nacionales que más crecen son los que exportan gran parte de su producción a Brasil. En efecto, se observa que la industria automotriz (+48%) y la siderurgia (+30%), que son sectores exportadores a Brasil, han quintuplicado y triplicado la tasa de
crecimiento promedio de todo el sector industrial respectivamente, en los primeros nueve meses de este año.
I- LA NEGOCIACIÓN SOBRE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA CON EL CLUB DE PARÍS. LAS POSIBILIDADES DE ACUERDO CRECEN SI SE CANCELA LA DEUDA EN MENOS DE TRES AÑOS.
En el marco de la reunión del G20 se reflotó la negociación de la reestructuración de la deuda de Argentina con el Club de París. El Club de París es un foro informal de acreedores oficiales y países deudores. Su función es coordinar formas de pago y renegociación de deudas externas de los países e instituciones de préstamo. Su creación data de la primera reunión informal que tuvo lugar en 1956, justamente cuando once países acreedores resolvieron refinanciar, precisamente, la deuda de la
Argentina de aquel entonces.
El Club de París, a pesar de ser un grupo informal, tiene los siguientes principios: i) las decisiones se toman caso a caso, de acuerdo a la situación del país deudor en cuestión;ii) las decisiones son tomadas por consenso entre los países acreedores; iii) todos los acreedores deben estar de acuerdo en implementar los términos del contrato; iv) debe
haber igualdad entre los acreedores, por lo que ningún país deudor puede dar un tratamiento desfavorable a otro acreedor que forma parte del Club de París; v) las tratativas se realizan sólo con países que necesitan reestructurar su deuda e implementan reformas para resolver problemas de pago. En la práctica, estos principios se materializan en la exigencia de requerir la aprobación del FMI antes de acordar con el Club de Paris un préstamo o un programa de reprogramación de deuda. La historia de la relación entre Argentina y el Club de París tiene varios capítulos y reestructuraciones. De hecho, la última reestructuración data de 1992.
Posteriormente, se volvió a entrar en default luego de la salida de la Convertibilidad.
En la primera mitad de 2008 la presidenta Cristina Fernández había anunciado el pago de la deuda con el Club de París de unos 6.700 millones de dólares, que se iba a cancelar con reservas. Sin embargo, el estallido de la crisis internacional con la caída de Lehman Brothers y su impacto negativo sobre nuestra economía llevaron a que el Poder Ejecutivo se retractara y esa deuda continuara en default. En este marco, el
taxímetro siguió corriendo. De esta manera, actualmente la deuda con el Club de París totaliza entre 6.700 millones y 7.600 millones de dólares, dependiendo de los intereses
que se contabilicen desde que nuestro país cayó en incumplimiento.
Alemania y Japón son los países que concentran el grueso de la deuda de Argentina con el foro de acreedores. Holanda, Italia y Estados Unidos también tienen acreencias, pero en porcentajes menores.
Si Argentina tuviera firmado un préstamo o programa de reprogramación
previamente aprobado por el FMI, la reestructuración de deuda con el Club de París podría decirse que sería “casi un hecho”.
No obstante hay que considerar que no tener acuerdo con el FMI es una “política de Estado” de la actual administración, por lo que acordar con el Club de París exige un arreglo heterodoxo con nuestros acreedores, pero no imposible. En este sentido, está el antecedente de Angola, que puede llegar a jugar a favor. En 2007, el país africano firmó una reestructuración de deuda con el Club de París sin tener acuerdo con el FMI.
Sin embargo, la situación no es tan clara.
En diciembre 2007 Angola llegó a un acuerdo con el Club de París sin acuerdo con el FMI, pero habiendo aceptado dos meses a ntes que el Fondo procediera a revisar su situación económica en el marco del llamado Artículo 4.
El acuerdo del Club de París con Angola fue posible porque el país africano aceptó el Artículo 4, pero fue informal porque el país no había firmado un programa con el FMI; un requisito tradicional para lograr una refinanciación formal. Además, el acuerdo fue posible porque Angola se comprometió a dos cosas no menores. Primero, a pagar el 100% de todas sus deudas de capital más intereses en sólo tres cuotas y en
menos de dos años. Segundo, Angola se comprometía a hacer un esfuerzo por reforzar la calidad, la cobertura y las fechas de sus estadísticas”,
Justamente, en estos últimos tres puntos surgen importantes diferencias entre lo que pretende Argentina y las condiciones bajo las cuales logró Angola firmar la restructuración con el Club de París sin tener acuerdo con el FMI. Primero, de lo que se deduce de las declaraciones del ministro Boudou, Argentina parecería querer alcanzar una reestructuración de deuda con un horizonte temporal más largo que dos años, lo
cual no “juega a favor” de las probabilidades de arribar a un acuerdo. Segundo, la intervención del INDEC juega en contra de la calidad y la cobertura de las estadísticas nacionales. Tercero y a diferencia de Angola, el gobierno de Cristina Kirchner no admite la revisión del Artículo 4 desde 20061.
1 La Carta Orgánica del FMI dice que los miembros tienen derecho a no firmar un programa para obtener créditos, pero sí están obligados a la revisión anual.
De acuerdo con nuestro punto de vista, si bien Argentina no cumple con varias exigencias formales planteadas tanto en el marco del FMI como del Club de París, no se puede decir que no haya posibilidades ciertas de arribar a un acuerdo en el corto plazo. Superada la crisis financiera global, existe un replanteo (aún no concluido), sobre el rol del FMI y del Banco Mundial y las rigideces que plantean estos organismos multilaterales, que juega a favor de la chances locales.
Por otra parte, el reciente acercamiento al Fondo por parte del Ministro de Economia y del Canciller, con la excusa formal de aceptar el asesoramiento de ese Organismo para la reelaboración del discontinuado Índice de Precios Nacional (los únicos datos que sigue mostrando el INDEC son los del IPC metropolitano) también contribuiría a apurar un acuerdo con el club de Paris.
Cuanto menor sea el horizonte temporal de cancelación de deuda que acepte Argentina, mayor será la posibilidad de acuerdo con el Club de París. En el extremo, pensamos que si Argentina ofreciera cancelar su deuda en un sólo pago (como con el FMI), la probabilidad de no acordar sería nula. Sin embargo, esta última posibilidad sería una opción que no está en la agenda del Gobierno. De acuerdo con palabras de la
presidenta “la forma de pago no debe generar restricciones al modelo de crecimiento con inclusión social”. En este sentido, pensamos que el Ministerio de Economía deberá avanzar en una propuesta concreta de pago que permita saldar toda la deuda en un plazo no mayor a tres años. Otra opción más larga tendría muy bajas posibilidades de
llegar a un acuerdo.
El acuerdo tendría básicamente dos aspectos positivos. En primer lugar permitiría regularizar el último tramo de la deuda oficial que permanece aún en default. De esta manera, luego de la cesación de pagos de 2001, se habría reestructurado y estaría regularizada aproximadamente el 93% de la deuda pública total federal. El restante 7% serían sólo los papeles de deuda en posesión de los llamados “fondos buitres”. Este aspecto sería un ítem a favor para que los mercados financieros internacionales
vuelvan a re abrirse y Gobierno Nacional y los estados sub nacionales puedan colocar deuda a un costo de un dígito anual en dólares. Segundo, las agencias de crédito podrán de nuevo ofrecer nuevamente préstamos a empresas argentinas.
II – G20 Y LA GUERRA DE LOS TIPOS DE CAMBIO; UNA DISCUSIÓN NO TAN
RELEVANTE PARA ARGENTINA ACTUAL Y SUS EXPORTACIONES.
En la actualidad, con la reunión del G-20, el manejo de la política cambiaria vuelve a estar en el centro de la escena en lo que se refiere a la agenda macroeconómica de los países. El tipo de cambio ha sido siempre utilizado como instrumento de política
económica, tanto en los países desarrollados como en los emergentes. En algunas ocasiones se lo utiliza como ancla anti inflacionaria y en otras como herramienta para estimular las exportaciones y desincentivar las importaciones, impulsando el crecimiento económico y la mejora de los resultados de balanza comercial (y de cuenta corriente).
Sin embargo, hay que destacar que el manejo del tipo de cambio como ancla anti inflacionaria es un objetivo opuesto al de estimular las exportaciones y el crecimiento económico. Generalmente, una política cambiaria cuyo objetivo es bajar la inflación requiere un tipo de cambio real bajo (apreciado). Por el contrario, cuando se pretende
estimular las ventas al extranjero, la generación de empleo y el dinamismo económico, se necesita un tipo de cambio real alto (depreciado).
En pocas palabras, no se puede tener un tipo de cambio que actúe de ancla anti inflacionaria y al mismo tiempo estimule las exportaciones y proteja la industria, generando puestos de trabajo y nivel de actividad. Ambos objetivos son contrapuestos.
Esta discusión sobre el tipo de cambio no escapa a la coyuntura económica
argentina. De acuerdo con la teoría económica, en el período 2003 / 2005 el tipo de cambio depreciado debería haber estimulado las exportaciones y protegido a la industria nacional sustituidora de importaciones, generando puestos de trabajo, incrementando la masa salarial, estimulando el consumo, la demanda agregada, la recaudación (el gasto) y el nivel de actividad doméstico. En este marco de tipo de cambio real depreciado, el saldo comercial argentino debería haber sido “estructuralmente” positivo.
El tipo de cambio real depreciado como estimulador de las exportaciones y protector de la sustitución de importaciones es una verdad a medias en el caso argentino. En nuestro país, el tipo de cambio real depreciado no estimula las exportaciones pero sí protege las actividades mercados internistas, por lo que contribuye al saldo comercial positivo vía contención de las importaciones. En pocas palabras, las exportaciones son mayormente independientes pero las importaciones son
inversamente dependientes del tipo de cambio real El concepto anterior es fácilmente entendible con el ejemplo de la soja, que es nuestra
principal exportación. La soja se exporta toda, independientemente del tipo de cambio. Su precio es fijado por el mercado internacional y su cantidad “es determinada por el clima”. Es decir, el volumen de las exportaciones aumenta cuando la cosecha crece y los precios internacionales suben.
Por el contrario, el tipo de cambio depreciado es relevante para contener las importaciones. Ante un tipo de cambio depreciado, los productos importados son caros y por ende las importaciones son bajas y crecen a un ritmo menor. Del otro lado,con un tipo de cambio apreciado y salarios incrementándose en dólares, las importaciones se abaratan y su tasa de crecimiento aumenta, deteriorándose el superávit comercial
Hoy en día, la paridad entre el peso argentino y el dólar es cuasi fija, y el tipo de cambio nominal funciona como ancla anti inflacionaria, y es la única herramienta que le queda a nuestra economía para contener la inflación y sostener la demanda de dinero. No obstante, las políticas (fiscal y monetaria) expansivas, en un marco de inversión insuficiente, presionan sobre el nivel de precios haciendo que la inflación minorista se ubique en torno al 25% anual.
Como consecuencia de lo anterior, el tipo de cambio real entre el peso y el dólar se ha apreciado significativamente, haciendo que en la actualidad se ubique tan sólo un 25% – 30% por encima de los valores de diciembre 2001 (salida de la Convertibilidad).
Luego, con una fuerte apreciación del tipo de cambio real, como en 2010, las importaciones crecen fuertemente (las exportaciones no necesariamente caen) y se deteriora el saldo comercial positivo (ver gráfico 3).
Las exportaciones argentinas no caen cuando se aprecia el tipo de cambio porque nuestras ventas al exterior son muchos más sensibles a otros variables (precios internacionales, clima, volumen de cosecha, nivel de actividad de Brasil, etc) que al tipo de cambio. En pocas palabras, la mayor parte de las exportaciones argentina son inelásticas al tipo de cambio real.
La inelasticidad de las exportaciones argentinas frente al tipo de cambio real se entiende fácilmente al analizar la composición de las exportaciones argentinas.
Básicamente, la Argentina es un país exportador de commodities y bienes derivados,que tienen un precio internacional y, por ende, no se ven influenciados por los vaivenes del tipo de cambio local. A modo de ejemplo, en promedio, entre el 2008 y la actualidad, el 56% de los bienes vendidos al exterior fueron commodities y derivados (bienes primarios y MOA); mientras que la manufacturas industriales (MOI) y los
combustibles alcanzaron un promedio de sólo el 33% y el 11% respectivamente entre en 2008 y la actualidad. (Ver Gráfico 4).
Gráfico 4: Las exportaciones argentinas son básicamente commodities con precio internacional e inelásticas ante las variaciones del tipo de cambio.
Ahora bien, hasta aquí hemos mencionado que, en términos agregados, las
exportaciones argentinas son inelásticas al tipo de cambio. Por el contrario, algunos sectores exportadores -como las MOI- sí deberían presentar una mayor sensibilidad al tipo de cambio (real), dado que se trata de bienes en donde la argentina tiene cierta capacidad de fijar el precio; y por lo tanto, una depreciación real del tipo de cambio
debería abaratar estos bienes, haciendo que el sector aumente el volumen exportado.
No obstante, si se analiza la composición de las exportaciones industriales, se observa que el grueso de las ventas se destina a Brasil: Más de un tercio de las MOI se venden a al país vecino, tratándose básicamente de un comercio administrado entre empresas. Con lo cual, la dinámica de las ventas -de bienes industriales- hacia Brasil (que representan más de un tercio de todas las MOI) tampoco depende
directamente del tipo de cambio real; en efecto, el comercio exterior entre Argentina y Brasil se mantiene en torno al 25% durante los últimos 15 años, mientras que el tipo de cambio real presenta una variabilidad de +-40%.
Gráfico 5: El tipo de cambio real entre el peso y el real no es un factor determinante del intercambio comercial entre Argentina y Brasil
Fuente: E&R.
Por ende y a modo de síntesis, cabe resaltar la poca sensibilidad existente entre las exportaciones argentinas (tanto de commodities y derivados como de bienes industriales) y el tipo de cambio real. La discusión en torno a la devaluación de la moneda como política de incentivo a las exportaciones, no es relevante actualmente para nuestro país, dada las características presentes de nuestras exportaciones.
Contrariamente, el tipo de cambio real depreciado sí le brinda protección a los sectores productores locales que compiten directamente con las importaciones. De este modo, el tipo de cambio depreciado no estimula a las exportaciones pero desincentiva el aumento de las importaciones (que se sustituyen por bienes locales).
Por lo tanto, como muestra el gráfico siguiente, a medida que el tipo de cambio real se
aprecia, las importaciones se abaratan, se incrementan y la producción nacional pierde protección.
III – LA IMPORTANCIA DEL CRECIMIENTO DE BRASIL EN LAS EXPORTACIONES ARGENTINAS, EN EL NIVEL DE ACTIVIDAD DOMÉSTICO Y EN EL DINAMISMO DE LA INDUSTRIAL LOCAL.
En 2009 el nivel de actividad de la economía brasileña (-0.2%) se contrajo menos que el producto de la economía argentina (-3.4%). Paralelamente, en 2010 la tasa de expansión del PBI de Brasil (+7.5%), superaría al crecimiento estimado para Argentina (+6.9%), en 0.6 puntos porcentuales.
Si se realiza un análisis retrospectivo, se observa que en los últimos doce años ha habido un cambio estructural en el ritmo de crecimiento de la economía brasilera, que en promedio crece a un ritmo cada vez más acelerado. Entre 1998 y 2002 la tasa de crecimiento de su PBI ascendió a un promedio de 1.7%. Más tarde, entre 2003 y 2009 el crecimiento alcanzó un 4.2% promedio anual. Paralelamente, se espera que la tasa
promedio de expansión del PBI se eleve, en promedio, a +5.9% en 2010 / 2014 (ver
Existe un estrecho vínculo entre el crecimiento económico brasilero y el argentino:en efecto, cuanto mayor sea la tasa de expansión del PBI del mayor socio del Mercosur, más altas serán las exportaciones argentinas hacia ese país; y por ende,más fuerte crecerá el PBI argentino.
Según nuestras estimaciones, en el período 2003 / 2010 la elasticidad de las exportaciones argentinas hacia Brasil con respecto al nivel de actividad -en ese paísasciende a 1.33; lo cual indica que por cada punto porcentual que crece el producto brasilero, nuestras exportaciones (hacia ese destino) crecen un 1.33% en promedio.
Paralelamente, el coeficiente de correlación lineal entre ambas variables asciende a 0.962 (ver gráfico 2).
Gráfico 2: las exportaciones argentinas hacia Brasil y el nivel de actividad económica en el socio mayor del Mercosur.
Fuente: E&R.
En pocas palabras, el nivel de actividad económica de nuestro país es función positiva de las exportaciones a Brasil. De acuerdo con nuestras estimaciones, entre 2003 y 2010 la elasticidad del nivel de actividad económico de Argentina con respecto a las
exportaciones hacia Brasil asciende a 0.34. Es decir, por cada punto porcentual que aumentan nuestras ventas a Brasil, el nivel de actividad económica en Argentina se acrecienta 0.34 puntos porcentuales.
De esta manera, dado que las exportaciones argentinas a Brasil son una función del PBI brasilero e impactan positivamente en el nivel de actividad económico doméstico, entonces la tasa de crecimiento del PBI de nuestro país depende positivamente del dinamismo económico brasilero. En este sentido, nuestros cálculos econométricos muestran que la elasticidad del nivel de actividad económico en 2 El coeficiente de correlación lineal puede adoptar valores entre -1 y 1 y muestra la relación entre dos
variables: Un coeficiente de correlación cercano a 1 ó -1 implica que las dos variables en cuestión están linealmente relacionadas y se mueven en forma conjunta. Por el contrario, un coeficiente de correlación
lineal cercano a 0 implica que no hay asociación lineal entre las variables y que por ende, sus comportamientos no se encuentran relacionados. El coeficiente de correlación lineal entre el nivel de actividad en Argentina y las exportaciones hacia Brasil asciende a 0.90. Paralelamente, el coeficiente de correlación lineal entre el nivel de actividad de Argentina y Brasil asciende a 0.95.
En este marco, hay que tener en cuenta que el sector industrial argentino es uno de los sectores económicos domésticos que más se beneficia con el crecimiento de Brasil. A mayor nivel de actividad económica en Brasil, mayores exportaciones industriales (desde Argentina hacia Brasil) y por en e, mayor dinamismo en el sector industrial argentino3. Para E&R, el nivel de actividad económica del sector industrial argentino
presenta una elasticidad de 0.85 y de 0.33 con respecto a la evolución del producto en Brasil y de las exportaciones argentinas hacia el socio mayor del Mercosur, respectivamente. Es más, la importancia que el dinamismo económico de Brasil tiene sobre el comportamiento de la industria local se esclarece cuando se analiza cada una de las ramas de la industria manufacturera nacional. En este sentido, se observa que los sectores industriales nacionales que más crecen son los que exportan gran parte
de su producción a Brasil. En efecto, se observa que la industria automotriz (+48%) y la siderurgia (+30%), que son sectores exportadores a Brasil, han quintuplicado y triplicado la tasa de crecimiento promedio de todo el sector industrial respectivamente, en los primeros nueve meses de este año. Es más, como resultado 3 El coeficiente de correlación lineal entre el nivel de actividad en la industria de Argentina y la dinámica
del PBI en Brasil asciende a 0.94. Al mismo tiempo, el coeficiente de correlación entre el nivel de actividad en la industria y las exportaciones argentinas hacia Brasil es 0.92. de este dinamismo del sector automotriz y de la siderurgia (que exportan a Brasil), el sector industrial creció un 9% interanual en los primeros nueve meses de 2010. Sin el aporte excepcional de estos dos sectores la tasa de expansión interanual de la
industria habría sido menos de la mitad de la efectivamente observada en el mismo período (ver gráfico 5).
Gráfico 4: el nivel de actividad en la industria argentina, su relación con la dinámica del producto en Brasil y la importancia de los sectores industriales que exportan a Brasil.
Fue
Actividad Económica Dato Var (m/m) Var (a/a) Dato Var (m/m) Var (a/a) Dato Var (m/m) Var (a/a) Dato Var (m/m) Var (a/a)
EMAE Base ’93=100 178.5 -1.5% 8.1% 180.6 1.2% 8.5% 178.1 -1.4% 7.7% *
Indicadores de Oferta
Industria (EMI) Base ’97=100 120.6 -0.58% 0.1% 128.8 6.8% 10.1% 133.0 3.3% 10.1% 131.4 -1.2% 8.2%
UCI en la Industria (var en puntos porcentuales) Prom. Mens. (en %) 75.2 0.2 4.7 79.1 5.2% 7.5% 82.3 4.0% 5.8% 79.2 -3.8% 4.6%
Construcción (ISAC) Base ’97=100 161.0 0.2 9.6 170.8 6.1% 8.0% 176.9 3.6% 8.3% *
Indicadores de Demanda
Ventas en Supermercados A precios const. abril’ 08=100 145.50 5.7% 18.4% 142.10 -2.3% 14.7% 135.50 -4.6% 18.4% *
Ventas en Shoppings Centers A precios const. abril’ 08=100 164.00 5.9% 45.6% 143.20 -12.7% 20.3% 127.80 -10.8% 19.9% *
Servicios Públicos (ISSP) Base 2004=100 194.10 7.2% 14.6% 194.30 0.1% 13.3% 192.70 -0.8% 11.9% *
Indicadores de Confianza
Confianza del Consumidor (UTDT) ICC Nacional 48.17 1.1% 13.7% 49.34 2.4% 21.3% 50.16 1.7% 25.3% 50.96 1.6% 29.7%
Confianza en el Sistema Financiero (UB) ICSF Base ’96=100 28.10 -0.8% -8.0% 28.56 1.6% -7.5% *
Confianza en el Gobierno (UTDT) ICG (mín=0 y máx=5) 1.69 5.0% 37.4% 1.80 6.5% 62.2% 1.77 -1.7% 45.1% *
Sector Externo
Tipo de Cambio Nominal ($/USD) Fin de Período 3.94 0.2% 2.8% 3.95 0.3% 3.4% 3.96 0.3% 3.1% 3.96
Promedio del Período 3.93 0.2% 3.3% 3.94 0.1%
Tipo de Cambio Nominal ($/Euro) Fin de Período 5.14 7.3% -4.6% 5.01 -2.6% -9.3%
Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) Base 2001=1 2.78 1.7% -2.1% 2.79 0.3% -1.8% 2.83 1.5% -2.5% *
Exportaciones de bienes MM de USD 6,004 -5.5% 22.1% 6,369 6.1% 46.5% 6,401 0.5% 41.1% *
Importaciones de bienes MM de USD 5,121 1.2% 42.8% 5,315 3.8% 63.3% 5,334 0.4% 45.5% *
Balance Comercial MM de USD 883 -31.6% -33.8% 1,054 19.4% -3.6% 1,067 1.2% 22.8% *
Finanzas Públicas
Recursos Tributarios Nacionales en MM de $ 37,375 0.2% 38.4% 34,555 -7.5% 36.7% 35,649 3.2% 35.9% 36,077 1.2% 36.6%
Resultado Financiero Nacional en MM de $ 2,675 -1011.6% -569.0% 2,275 -14.9% -1032.1% -72 -103.2% -96.7% *
Resultado Primario Nacional en MM de $ 3,913 44.1% 410.6% 2,722 -30.4% 403.8% 3,229 18.6% 1340.8% *
Precios
Consumidor (IPC GBA) Base abril’ 08=100 119.2 0.8% 11.5% 120.08 0.7% 11.5% 120.95 0.7% 11.1% 121.97 0.8% 11.1%
Mayoristas (IPIM) Base ’93=100 428.0 1.0% 15.2% 432.3 1.0% 15.2% 436.3 0.9% 15.1% 440.4 0.9% 15.1%
Costos de la Construcción (ICC) Base ’93=100 403.7 0.8% 15.9% 412.4 2.2% 17.7% 415.1 0.7% 17.9% 420.2 1.2% 16.0%
Materias Primas (IPMP) Base Dic ’95=100 (en U$S) 145.7 5.0% -2.0% 156.9 7.7% 2.3% 162.6 3.6% 11.0% 172.7 6.2% 15.3%
Salarios del S. Privado Registrado Base IV T ’01=100 441.49 4.0% 25.7% 454.84 3.0% 27.4% 464.83 2.2% 28.3% *
Salarios del S. Público Base IV T ’01=100 286.66 0.6% 20.1% 293.32 2.3% 21.5% 297.47 1.4% 21.8% *
Agregados Financieros
Reservas Internacionales En MM de USD fin Período 51,073 3.7% 10.9% 50,348 -1.4% 11.8% 51,125 1.5% 12.7% 51,918 1.6% 12.2%
Base Monetaria Amplia En MM de $ fin Período 134,066 5.4% 32.1% 136,232 1.6% 30.3% 139,804 2.6% 34.6% 140,516 0.5% 30.2%
M2 (Bill. y Mon. + Cajas de Ahorro en $) En MM de $ Prom. Mens. 217,796 5.6% 23.8% 217,345 -0.2% 24.2% 221,229 1.8% 23.8% 229,461 3.7% 28.1%
M3 (M2 + Plazos Fijos en $) En MM de $ Prom. Mens. 350,750 4.5% 29.1% 358,561 2.2% 30.6% 368,598 2.8% 31.8% 380,679 3.3% 34.7%
Depositos Totales del S. Privado En MM de $ Prom. Mens. 218,307 3.1% 24.6% 224,113 2.7% 25.6% 229,522 2.4% 26.4% 235,226 2.5% 27.9%
Préstamos Totales al S. Privado En MM de $ Prom. Mens. 160,280 2.4% 19.3% 164,475 2.6% 23.0% 169,120 2.8% 26.8% 176,309 4.3% 31.1%
Tasa Plazo Fijo en $ a 30-44 días TNA en % al fin Período 9.45 3.2% -24.7% 9.36 -1.0% -23.8% 9.30 -0.6% -19.6% 9.74 4.7% -14.2%
Tasa Lebac en $ a 12 M (9M en 02) TNA en % al fin Período 14.00 0.5% -13.8% 13.84 -1.1% -14.8% 13.81 -0.2% -11.5% 13.0 -5.9% -15.2%
Var (m/m): se refiere a las variaciones de las series desestacionalizadas.
M: miles – MM:millones
jul-10 ago-10 sep-10 oct-10
Fuente:Economía y Regiones
Director:Economista Rogelio Frigerio.
