Un relato fatalmente insuficiente

Argentina 18/02/2025.- Tres días después del estallido del Libragate, Javier Milei abordó el momento más delicado de su gobierno en diálogo con el especialista en comunicación de crisis más destacado de su corte. En la charla –una ficción vergonzosa, como se verá un poco más adelante– ensayó una explicación –algún nombre hay que darle– sobre su rol en la trama, algo que era ineludible y que resultó previsiblemente decepcionante. 

Tres días después del estallido del LibragateJavier Milei abordó el momento más delicado de su gobierno en diálogo con el especialista en comunicación de crisis más destacado de su corte. En la charla –una ficción vergonzosa, como se verá un poco más adelante– ensayó una explicación –algún nombre hay que darle– sobre su rol en la trama, algo que era ineludible y que resultó previsiblemente decepcionante.

Aunque moleste analizar lo que se vio por ser una manipulación comprobada, descarada y grosera de Presidencia, del «comunicador» y de TN, no queda otra; aun si se lo toma en serio, resulta sumamente lesivo para la legitimidad de Milei. En la tertulia, este consolidó la imagen de un presidente al que una tarde de particular omnipotencia le trastocó todos los cálculos políticos y, quién dice, tal vez económicos. Su proyecto político ha quedado, al menos por ahora, bajo un régimen de libertad vigilada, dependiente como nunca de personajes y organismos que creía tener en un puño. ¿Encontrará la salida del laberinto que se construyó?

En su aparición en TNMilei se declaró inocente y defraudado. Por momentos desencajado, dijo:

  • «Yo no tengo nada que ocultar y no tengo problema en dar la cara».
  • enDavis (custodio de $LIBRA), a quien conocí en la Fintech (en ealidad, l Tech Forum) de octubre, y me propuso armar una estructura para nanciar a emprendedores y generar crecimiento económico. Me pareció una erramienta teresante».
  • Por qué tuiteó apenas tres minutos después del lanzamiento de $LIBRA?, lo nterrogó el coach. «Porque era una información que apareció y mi fanatismo or la cuestión tecnológica me dio para difundir. Dije: ‘Apareció, vamo«.
  • «Fijé el tuit para demostrar que había sido yo» quien lo había escrito.
  • uando aparecieron comentarios negativos, «ante la duda me corrí; por eso ité el tuit».
  • Es falso que haya 44.000 personas (damnificadas). Había muchísimos bots. En el peor de los casos fueron cinco mil personas, hiperspecializadas en este tipo de instrumento, y la chance de que haya argentinos es muy remota. La mayoría son estadounidenses y chinos. Los que entraro ahí de anera voluntaria sabían muy bien lo que hacían, que operaban con la volatilidad y el riesgo». Dos traducciones: si había bots, era estafa; y, de última, que se jodan.
  • Al proyecto, «yo no lo promocioné, lo difundí. No es lo mismo».

La ley de Ética Pública no diría exactamente eso…

Milei siguió:

  • «Ex ante no siento que haya cometido un error porque obré de buena fe. Ex postsi miro las repercusiones políticas y la miserabilidad política, puedo decir ‘OK, tengo algo que aprender’«.
  • «Cuando asumí la presidencia, seguí siendo el mismo Javier Milei de siempre y se accedía a mí de la misma manera. La lección más interesante que tengo que aprender es que, lamentablemente, tengo que levantar los filtros y que no sea tan fácil llegar a mí«.
  • «Me comí un cachetazo».
  • «¿Davis estafó a la gente?», le preguntó el experto en comunicación de crisis. «Quien va a decir eso es la Justicia». «¿Pero vos viste la curva que hizo?», insistió el primero. «Este tipo de mercado suele tener ese tipo de comportamiento», replicó Milei. «¿Sentís que a esta gente te la mandaron para que entres como un campeón?». «No lo sé, las investigaciones dirán qué pasó».
  • «El propio Davis dice que yo no sé nada de criptomonedas. Yo soy especialista en crecimiento económico con y sin dinero, y en bajar la inflación, cosas que estoy logrando», se absolvió.
  • Curioso… En sus tiempos de diputado, Milei recomendaba, a cambio dinero por sus «opinions«, comprar otra cripto –coinX– en la que él mismo no invertía y que terminó en un colapso. El video en el que responde por ese emprendimiento, en el que se presentaba como un experto, resulta revelador.

Después de la tormenta

Mucho se ha dicho y escrito sobre el criptoescándalo y la cobertura de Letra P ha sido exhaustiva. Los hechos; la reveladora cronología del atraco; su monto de 286 millones de dólares, mucho mayor que el estimado inicialmente; la desnudez del «mejor gobierno de la historia»; la madre de todos los dilemas –¿estafador o analfabeto financiero?promesas de investigación para la tribunapersonajes oscurosreuniones inconfesablesíntimos sospechados y entornistas fantasmalesavisos de coimas y millones «evaporados» –ironía: la plata nunca se evapora–; denuncias políticas y judiciales; repercusiones financieras e internacionalesla derrota de la trolera facha donde juega de local; mártires que se arrojan sobre la granada… Mucho, como se dijo. Detrás de todo eso, una primera certeza: sin tuit no habría habido estafaFin.

Las formas del futuro

Es necesario pensar el futuro que puede abrir el escándalo, tarea difícil porque el drama está en pleno e imprevisible desarrollo.

La foto invita a pensar en un trámite interminable en una Justicia federal diseñada más para melonear y ocultar que para esclarecer, en un juicio político inviable, en una comisión investigadora gritona e ignorada por el jefe de Estado sospechado, y en una agenda que mutará hacia la enésima guarrada que el «triángulo de hierro» ya elucubra para zafar. ¿Nada, entonces? No hay que apresurarse.


El juicio del mercado

El caso constituye un hito costoso para un presidente que hasta el viernes a las 17:00 proclamaba su infalibilidad y se autopostulaba al premio Nobel.

No se trata de seguir analizando la foto, sino de imaginar cómo puede seguir la película, la de un presidente con libertad vigilada.

El mercado financiero dio ayer una primera demostración de su reacción al golpazo que sufrió la credibilidad de Milei. Las acciones y los títulos públicos se estrolaron.

Fuente: Rava Bursátil.

En tanto, los tipos de cambio paralelos saltaron con fuerza.

Fuente: Rava Bursátil.

Si el mal clima ya tenía algunas semanas –natural toma de ganancias tras la exuberancia desmesurada de 2024–, será difícil que se revierta en lo inmediato mientras cortes de la Argentina y de Estados Unidos dirimen si el Presidente es o no un estafador.

  • Lo ocurrido ayer en el mercado local fue apenas un indicio de lo que verdaderamente interesa: lo que ocurrirá a partir de hoy cuando vuelva a operar Wall Street tras el fin de semana y el feriado del Día de los Presidentes.

Ante esto, ¿qué se puede esperar de Donald Trump y del Fondo Monetario Internacional, de los que depende la soga financiera que le permitiría a Milei y a Toto Caputo llegar a las elecciones legislativas sin tener que tragarse antes el sapo piantavotos de una devaluación y un rebrote inflacionario?


El juicio de Trump

Más allá de su esfuerzo retórico, Milei ya no será el mismo, al menos por un tiempo. Como te vente tratan.

Trump ha dado algunas pistas de que no le soltará la mano. La dedicatoria de un posteo en su red Truth Social tiene ese valor en la abstrusa iconografía de la ultraderecha.

Sin embargo, un malpensado podría interpretar al revés el gesto magnánimo del rey de los Estados Unidos. Milei tiene diplomas…

Con todo, esas señales –públicas y privadas– le permitieron al promotor argentino de $LIBRA confirmar, después de algunas dudas, su viaje de este jueves a Estados Unidos.

Lo espera un clima espeso. Un «reporte de operaciones criminales» de empresas que no están ni siquiera registradas en ese país –las avaladas por Milei en el proyecto $LIBRA– ya llegó al Departamento de Justicia y al FBI, mientras que estudios jurídicos han pedido que se indague en el rol de Milei en la trama. Eso le da más destaque internacional al escándalo –fenómeno barrial, cabría ironizar–, pero hay que evaluar este punto con cuidado.

Ambos organismos –procuración general y policía federal– se encuentran, bajo la autoridad de Donald I, en vías de purga acelerada y de pérdida total de la autonomía que les otorga la ley. Serán, desde ahora, brazos del jefe de la Casa Blanca para limpiar sus fechorías pasadas y perseguir a sus enemigos políticos e investigativos, cosa que no es imaginería, sino promesa de los nuevos encargados de ambas instituciones.

¿Abandonaría Trump a su crédito del Cono Sur? O al revés, ¿se ensuciará –aun más– por él?

Por otro lado, hay que ponderar el inicio de demandas de particulares damnificados en tribunales estadounidenses, esos sí independientes de Trump. ¿Irán sólo contra el presidente argentino o contra el Estado que este representa?


El juicio del Fondo

La apuesta geopolítica de Trump podría sostenerse, pero, como bien suele decir el propio Milei, «no existe un almuerzo gratis». Así, el presidente que viene de aspirar sus flemas tras la imposición de aranceles al acero y el aluminio nacionales –¿se mantendrán o los gestos de Washington incluirán un alivio que mostrar?– podría encontrar en el FMI posturas todavía menos contemplativas en la materia que demora la firma de un nuevo acuerdo: la salida del cepo y el nivel de un nuevo tipo de cambio unificado y libre. Se reitera lo dicho: el momento es extremadamente fluido y apenas se trata de establecer escenarios posibles.

¿La devaluación de la figura de Milei, principal sostén del rally financiero de 2024, se traducirá –como prescribe el Fondo– en una devaluación del peso? Hasta ahora se podía esperar –y desPertar hizo punta al respecto– un acuerdo en dos etapas: uno de refinanciación de vencimientos sin mayores exigencias antes de las elecciones y otro, de sinceramiento cambiario y acumulación de reservas, después de las mismas. ¿Ese borrador, un cazabobos y una defraudación político-electoral para la ciudadanía, podría mutar frente a la presencia de un presidente dependiente como nunca del visto bueno de actores diversos?


¿Regreso a la escena del crimen?

Todo quedó patas para arriba en Mandrilandia, al punto que el hombre que se deleitaba mirando culos rojos fue puesto de espaldas y debió tomar una decisión dolorosa: responder la madre de todos los dilemas –¿estafador o analfabeto financiero?– con el segundo de sus términos.

La estulticia es un mal recurrente.

La decisión del mandatario de repostear un mensaje de su exasesor Darío Epstein, explicativo sobre el modo de comprar $LIBRA, generó un nuevo y fugaz impulso especulativo en torno a esa shitcoin. Luego, claro, volvió a desplomarse cuando el financista aclaró –nuevamente con reposteo de Milei– que «el único propósito de este tweet es mostrar que no era fácil para una persona común comprar este instrumento o memecoin«.

Asombroso: Milei lo hizo de nuevo. ¿Habrá pretendido mostrar que la estafa no fue estafa y que el memecoin nacido y asesinado el viernes en un par de horas todavía podía recibir RCP? No se sabe, pero es claro que así ratificó que $LIBRA sólo tenía sentido como negocio o negociado con su aval personal.

Silencios lábiles

Milei fue engañado y estafado por un grupo criptoladrones, afirma su entorno en off, argumento lapidario para la reputación del economista de nota que se promocionaba. Él, sin embargo, se cuidó de ir tan lejos en sus declaraciones, tal vez para no despertar iras de riesgo.

Ojo: hay que ver si el entornista Mauricio Novelli, para cuya academia –NW Professional Traders– Milei había trabajado antes de su llegada al poder, se banca ser el pato de esta boda. Tras la entrevista, este emitió un comunicado en el que negó toda responsabilidad.

Más aun: ¿personajes como Hayden Davis aceptarían dicho destino?

Javier Milei y Hayden Davis, custodio de la memecoin $LIBRA.

Este, vale recordar, se presentó en un video como «asesor» de Milei, emplazó al Gobierno a dar una solución al tema y podría ser junto a Novelli, el singapurense Julian Peh –uno de los propietarios del «proyecto»– y otros personajes dueño de chats y secretos.

Javier Milei y Julian Peh, ceo de KIP Protocol, responsable del proyecto $LIBRA.

Fuente: Letra P

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