Pero el Papa ha politizado la iglesia o intenta hacerlo, poniéndole un color que no me gusta ni a mí ni a muchos que somos católicos aunque no practicantes como en mi caso.
No me gustó y no me gusta que haya esperado a que haya 153 muertos en Venezuela bajo el régimen totalitario y corrupto de Nicolás maduro.
Quizá porque lo de Maduro, era el camino que nos esperaba a nosotros, el sometimiento de un pueblo gobernado por un cuasi delincuente fanático, que ni siquiera los más acérrimos chavistas quieren seguir viendo en el poder.
El Papa demostró con esta actitud que lo suyo son los populismos corruptos y muy lejos esta del Padre Mujica u otros que como el sí defendieron a los pobres y pusieron la iglesia a su disposición, incluso hasta morir por ellos y no de los que mandan, Francisco se ha ganado el rechazo de millones de personas y se lo hicieron saber los medios de comunicación de todo el mundo, incluso en su país, al que no viene porque es un Papa político, un Papa fanático, un Papa que no responde a todos, sino a aquellos que el con su dedo magnánimo señala para otorgarle un crucifijo, su bendición como ya lo hizo con varios procesados y/o detenidos con suficientes pruebas en su contra como para quedar presos de por vida, pero el yendo contra las leyes, la soberanía de un país y de un gobierno democrático eligió la vereda de enfrente, es un Papa opositor a su país, un Papa que no reconoce a más de 6 millones de niños pobres, ni al 33 % de pobres que a quien recibe cada vez que puede, dejaron en este país.
Francisco me ha decepcionado, me ha generado enojo y malestar, me ha dejado una preocupación que es la de muchos, y muchas preguntas, ¿qué intereses defiende?, ¿De qué lado está?, ¿Por qué el silencio ante el régimen de maduro?, ¿Por qué ponerle a la sotana un color político que destruyó este país?, ¿Qué falta probar para que entienda lo que pasa, no solo en Venezuela, sino también acá?.
Quizá el hecho de tratarse de opositores al régimen haga que sean muertos de segunda, como lo fue aquí la desaparición de Julio López o el Fiscal Nisman, y los de primera, que él defiende y recibe serian Milagro Sala, Julio De Vido, Cristóbal López, y toda una pléyade de corruptos que bajo su paraguas siguen en libertad con la más absoluta impunidad.
Nadie es perfecto, todos cometemos errores, pero los suyos Francisco, con el más absoluto respeto y como ciudadano argentino, son imperdonables.
Dios lo perdone.
Armando Cabral