Tres expertos explican la crisis en Brasil y sus consecuencias en la Argentina

Viern 19/05/17 .- Tres expertos consultados por ámbito.com analizan la delicada situación política y el complicado panorama económico en Brasil. ¿Qué va a pasar? ¿Qué hará Michel Temer? ¿Quién gobernará el país vecino? ¿Qué soluciones se plantean? ¿Cómo puede impactar todo esto en la Argentina?

El sociólogo de la UBA y coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas (LPP), Gabriel Puricelli, aseguró que la acusación de corrupción contra Temer tiene un fuerte impacto, pero aclaró que no se puede hablar de sorpresas. «Es impactante por la escala que tiene, pero poco sorprendente porque prácticamente todo elenco que promovió el juicio político a Dilma Rousseff y que integró el Gobierno de Temer ya tenía causas judiciales«, evaluó.

Para Eduardo Crespo, politólogo y docente de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), la salida de Temer del poder es inminente. «Esto es una bomba sobre lo que queda del sistema político brasileño. Sea destitución o renuncia, lo que debe estar negociando es no ir presos directamente, porque se pueda dar la situación de que el hombre que era presidente hace unas horas salga esposado frente a las cámaras de televisión», indicó.

Puricelli coincidió que no es posible recuperar la estabilidad política sin la renuncia del Presidente y un posterior llamado a elecciones. «La resolución por el momento es incierta. Es difícil imaginar cómo se puede mantener muchas horas más en el Gobierno cuando minuto a minuto aparecen deserciones de diputados o partidos enteros que lo apoyan. Tampoco es claro si el mecanismo que prevé la Constitución (para reemplazarlo) vaya a permitir recuperar la estabilidad política. Los dos primeros de la línea sucesoria podrían terminar antes sus períodos de interinato de 30 días. Y si se resuelve con una elección indirecta va a haber un presidente con legitimidad de origen muy débil, incluso más débil que la de Temer, y con una base potencial de apoyo parlamentario más fragmentado», expresó el observador internacional.

En la misma línea, el profesor de la UFRJ aseguró que la democracia en Brasil está muy debilitada. «No hay figuras políticas que no estén involucradas en esto. El sector político que forzó la destitución de Dilma, el PMDB de Temer y el PSDB de Aécio Neves y Enrique Cardozo quedaron acéfalos, desaparecieron como opción. La única opción es la cárcel», señaló Crespo. Y continuó: «Según la Constitución tendría que haber alguien surgido del Parlamento, que es el peor de toda la historia de Brasil, para que termine el mandato de Dilma. Otra opción es que haya elecciones ya. Si la salida es la parlamentaria puede elegir a figuras que también están muy comprometidas. Si lo eligen al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, no sería sorprendente que en 15 días aparezca una grabación que lo involucre, porque forma parte del grupo de gente acusada de todos tipos de delitos».

El sociólogo del LPP se percató de los cacerolazos que se escucharon el miércoles por la noche en las principales ciudades del país vecino, aunque no vislumbra mareas humanas en las calles en los próximos días. «Hubo manifestaciones que no alcanzaron la dimensión de las del impeachment, pero fueron un indicador de una reacción inmediata. En Brasil hay una empatía por los resultados decepcionantes de las movilizaciones de 2015 y 2016 que probablemente las reservas de indignación estén agotadas. Si no vemos reacciones de gran envergadura tal vez de un pretexto para demorar la renuncia. Pero todas las encuestas indican que con los índices de popularidad que tiene y la posibilidad de que le inicien un juicio político para despojarlo del cargo, tiene las horas contadas».

Desestabilidad

Crespo cree que la pax política y social podría llegar con un freno a la causa «Lava Jato», tras un gran acuerdo de las elites políticas y empresariales. «Si hay una salida parlamentaria es más de lo mismo. Son los aliados de Temer y dependerá de que las investigaciones no sigan. Podría haber un intento de frenar a los jueces y a la policía federal, aunque habría mucha presión en el sentido contrario. Con la delación premiada cualquiera prende el ventilador, le bajan la pena, desparrama por todos lados y no queda nadie», advirtió.

En cambio, si se decide convocar a las urnas surgen tres escenarios complicados. «Si hay elecciones directas puede volver Lula, pero la sociedad está muy fracturada. Hay porciones de la sociedad como la clase media, los empresarios y los banqueros que no lo aceptarían. El intendente de San Pablo (João Dória) aparece (como presidenciable), pero es una figura muy débil. Tampoco descarto la posibilidad de una intervención militar o un acuerdo cívico militar», sostuvo el especialista radicado en Rio. «Suena muy catastrófico, pero no sería tan sorprendente. En la Argentina a nadie se lo ocurre que podría ocurrir, pero acá no es una posibilidad totalmente excluida, ni tampoco es inminente», aclaró.

Para Puricelli todavía no se dio ninguna situación de conmoción que amerite el uso de la fuerza. «Pero en el campo hipotético el Congreso puede elegir de Presidente a quien se le ocurra, incluso un militar. Solo tiene que ser ciudadano brasileño y tener más de 35 años. La Constitución no prevé otras restricciones en la elección indirecta», afirmó.

Nocivo

Como si fuera poco, Crespo recordó que la crisis también es económica. «El clima es catastrófico. Brasil está en recesión y es probable que con estas noticias se profundice. Hubo una recesión de casi 4% en 2014, y otra de 3,6% en 2016. Este año estaba empatado. Se encaminaron reformas muy ortodoxas, como el techo al gasto público por 20 años y las reformas laborales y jubilatorias», enumeró el académico argentino-carioca.

«La economía brasileña difícilmente vaya a salir del pozo si no hay un cambio de orientación. Se paralizó el consumo, hay muchas familias endeudadas, caen los salarios, las exportaciones crecen muy poco, el gasto público está congelado. No hay efectos de impulsar la economía por ningún lado», analizó el especialista desde Río, quien luego destacó que lo más grave de la crisis es que provoca una fractura del Estado. «Aumentó la criminalidad, los homicidios, el narcotráfico volvió a tomar las periferias de las ciudades», dijo.

Crespo consideró que único punto a favor de vivir en un país con depresión, fractura del Estado y vacío político es que Brasil no tiene problemas en el frente externo. «Si bien hoy devaluó el real, no hay riesgo grave de una situación de descontrol del tipo de cambio. Hay muchas reservas. No se prevé un descontrol del dólar. Lo que si hay es una parálisis de las principales empresas de Brasil y la obra pública-privada, porque todas investigadas por corrupción. Hay grandes empresarios presos», remarcó el analista internacional.

Para el exdirector del Banco Central Arnaldo Bocco, el panorama es mucho más desalentador. «La crisis en Brasil va a concluir con un cambio drástico de las posiciones económicas. Si devalúa la Argentina va a tener un efecto de presión similar al de 1999: tipo de cambio atrasado y apertura económica implica que parte del excedente va a ampliar el déficit comercial que tenemos con Brasil, más allá de que si la crisis es profunda en el terreno financiero, también va a tener impacto en los países emergentes», sostuvo el jefe del Departamento de Economía de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).

«Una parte de la Argentina va a querer que el tipo de cambio bilateral no sea más nocivo del que tenemos hoy. Esto es como en 1999: Brasil devaluó y la Argentina se puso muy firme y no devaluó. En el interior del gobierno de la Alianza se discutió si se devaluaba o no y (José Luis) Machinea no quiso y decidió continuar con el plan de convertibilidad», recodó el economista experto en temas de la deuda externa.

La conclusión suena previsible: este escenario es muy malo para la economía argentina. «Si seguís con este programa de metas de inflación, con una economía que funciona financiada por el endeudamiento externo, en un contexto de volatilidad internacional, con tasas de interés que van subir y la situación compleja en los Estados Unidos, a la Argentina la perjudica», alertó Bocco.

Además, el economista prevé que se resentirá el comercio bilateral en detrimento de la Argentina. «Brasil está estancado, tiene una caída de casi 10% del PBI en tres años. Hoy no es un mercado, su recuperación es muy limitada. Le estamos comprando productos que se consiguen en la Argentina, es una competencia muy fuerte. Macri y Temer ablandaron los términos del Mercosur y no hay respeto por las economías. Nosotros dejamos de venderle a Brasil. El saldo de la balanza comercial es muy negativo. Cualquier excedente de stock lo colocan en los países limítrofes. Lo que no consumen al mercado interno lo colocan en la Argentina, sean autos o manzanas», enfatizó.

Para Puricelli esto recién comienza. «Un país sin gobierno no puede ayudar a que una recuperación anémica pueda tomar impulso. La Argentina se va afectar en el medio plazo. Ya se ve como hubo devaluaciones complementarias en los dos países. Mientras no haya un gobierno efectivo es difícil esperar que la recuperación de aquí y allá».

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