El INDEC informó una elevada tasa de desempleo, confirmando la manipulación previa: Preocupante situación del mercado de trabajo

Juev 25/08/16 .-Seis días antes del ballotage presidencial, el gobierno anterior difundió el último informe de mercado laboral de su gestión. En él se especificaba que la tasa de desempleo había alcanzado el mínimo de los últimos 29 años: 5,9%, mismo porcentaje que la subocupación demandante. Los datos que se desprendieron de este informe estuvieron cubiertos por el mismo manto de duda que el resto de la información suministrada por el organismo.

En primer lugar, porque el INDEC había mostrado durante años anteriores un nivel de creación/destrucción de empleo que no tenía concordancia con el momento del ciclo económico. Por caso, durante la intervención del INDEC, los informes daban cuenta que 2009 no sólo no fue un año recesivo, sino que tampoco mostró ningún tipo de destrucción relevante de puestos de trabajo.

Pero además, a partir de 2011 la manipulación de las estadísticas laborales tomó una nueva forma. Desde ese momento el INDEC comenzó a reducir artificialmente la tasa de actividad al registrar a individuos que buscaban trabajo (desempleados) como inactivos. De esta manera, se informó que, durante el tercer trimestre de 2015, sólo el 44,8% de la población era o quería ser parte del mercado laboral, un porcentaje bajo (el mínimo de la serie) que no encontraba justificación en el nivel de ingreso de la población ni en su estructura demográfica.

Los recientes datos publicados por el INDEC dan cuenta de las manipulaciones comentadas ya que se registran aumentos significativos tanto en la población económicamente activa como en la de desempleo. Durante el segundo trimestre de 2016 la desocupación real alcanzó al 9,3%, al mismo tiempo que la subocupación demandante fue un problema para 7,7% de una población económicamente activa que creció hasta alcanzar el46,0% de la población total.

Lamentablemente, con los datos presentados no nos es posible discernir entre el aumento de la desocupación generado por el set de políticas impulsadas por el gobierno y la real herencia recibida. Es por esto que intentaremos dar una aproximación al real nivel de desocupación del 2015 con el fin diferenciar ambos efectos.

No hay certezas sobre la evolución pasada del mercado laboral

El INDEC dio a conocer las estadísticas del mercado laboral para el segundo trimestre del año. Lamentablemente, la información que surge de este informe lejos está de caracterizar un mercado laboral dinámico. La desocupación llega a 9,3% y, peor aún, roza el 20% para la población menor de 29 años. A su vez, el subempleo demandante (aquellos que trabajan menos de 35 horas por semana y quieren trabajar más) alcanza al 7,7% de la población económicamente activa. De esta manera, entre desocupados y subocupados demandantes suman2,5 millones de personas con problemas de empleo dentro del universo de 27 millones relevado por la Encuesta Permanente de Hogares.

Ahora bien, ¿es este nivel de desocupación una consecuencia del set de políticas llevado adelante por el actual gobierno? ¿o es simplemente un sinceramiento estadístico imposible de comparar con la información brindada por la gestión anterior? Es poco probable que algún día sepamos efectivamente qué nivel de desempleo heredó a ciencia cierta el actual gobierno, pero podemos intentar corregir aquella información con el objetivo de hacerla, al menos parcialmente, comparable con la actual.

Como marcamos previamente, la anterior gestión del INDEC manipuló la tasa de actividad, la cual pasó inexplicablemente de un estable 46% entre 2003 y 2010 a niveles cercanos al 44,5% en 2015. Si fijamos la tasa de actividad en 46%, aceptamos la tasa de empleo proporcionada por la anterior gestión y dejamos que los desempleados se ajusten a la nueva población activa, entonces nos encontraríamos con una tasa de desocupación que roza los dos dígitos desde 2014.

Bajo este supuesto, el desempleo habría llegado a 9,6% durante el segundo trimestre de 2015, dato consistente tanto con la información que surge de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, como con el relevamiento de la UCA o, incluso, con los datos que la anterior gestión del Ministerio de Trabajo realizó durante 2015.

El instituto de estadísticas porteño elabora sus propios indicadores laborales, estos marcaban para el segundo trimestre de 2015 una desocupación significativamente mayor a la relevada por INDEC. Mientras que este último informaba que en la Ciudad de Buenos Aires el desempleo llegaba a 5,1%, el instituto de estadísticas de CABA mostraba un desempleo de 8,6%. Esto es consistente con una tasa de desempleo cercana a los dos dígitos para el total del país dada la histórica diferencia entre zonas.

A su vez, la UCA no sólo informó tasas de pobreza e indigencia elevadas, sino que también trabajó sobre su propia caracterización del mercado laboral, concluyendo que a fines de 2015 la desocupación alcanzaba al 9,4% de la población económicamente activa. Por su parte, el Ministerio de Trabajo realizó a lo largo de 2015 una serie de relevamientos focalizados en siete provincias. De este se desprende que la desocupación en el Conurbano Bonaerense alcanzó 9,5% en el periodo (vs 6,7% informado por INDEC) y 6,7% en CABA, en línea con lo publicado por el centro de estadísticas de la ciudad (vs 3,9% del INDEC).

Si bien no es posible recuperar una tasa de desocupación estadísticamente confiable para 2007-2015, los distintos acercamientos marcan que, lo más probable, es que esta se haya mantenido en valores cercanos a los dos dígitos en 2015. Según estos cálculos, el nivel de desocupación observado durante el segundo trimestre de 2016 sería similar al aproximado durante dicho periodo de 2015. Esto tiene sentido, dado el aumento en la tasa de empleo y se muestra en línea con lo informado para el primer trimestre del año por el centro de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires en la que se establece una desocupación estable para CABA, en consonancia con un crecimiento en la tasa de empleo de 1,5 p.p.

Pero según esta metodología el empleo habría crecido 1,8% i.a. en el segundo trimestre de 2016. En contraposición, los datos publicados por el Ministerio de Trabajo indican que el empleo privado formal (que representa el 35% del empleo total) no varió. Si se supone que el empleo total tampoco creció y que la población se incrementa 1% anual, el desempleo se habría elevado en dicha cifra. El aumento de la desocupación podría ser incluso mayor si se supone que  durante un contexto recesivo, más miembros familiares demandan activamente empleo. Aún más, datos del SIPA (Sistema Integrado Provisional Argentino) indican que en el bimestre abril mayo la caída del empleo privado formal fue de 0,8% i.a.

El largo camino al pleno empleo

Actualmente se estima que la población del país se ubica en torno a 43,5 millones de personas y crece a un ritmo de 1% anual. Si asumimos que la tasa de actividad se mantendrá estable en 46%, entonces Argentina deberá crear más de 200 mil puestos por año solo para mantener constante su tasa de desempleo y, si espera reducir ese ratio a un ritmo de 1 p.p. por año y llegar a 2019 exhibiendo una tasa de desempleo cercana al 6%, la creación anual de empleo deberá estar en torno a 400 mil puestos.

Que el mercado laboral muestre ese dinamismo será difícil si la economía no crece, al menos, 4% por año de forma sostenida a partir de 2017, lo cual a la luz de nuestra historia, no es un ritmo fácil de alcanzar.

Conseguir este objetivo, al igual que reducir la inflación (bajarla a un dígito), sería un logro importante para un gobierno que necesita imperiosamente que la economía repunte para consolidar políticamente la administración de Macri.

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