La nota firmada por el residente de la mencionada entidad, Dr. De Martino, es lisa y llanamente un bozal jurídico a un funcionario votado democráticamente por el 54% de la ciudad de Rio Grande y tiene todo el derecho por mandato constitucional de decir lo que crea conveniente en defensa de la sociedad y las instituciones que la conforman, para eso es el representante de más alto rango de la ciudad y su representante ante la provincia y la nación en cada acto que le compete.
De Martino es apenas el presidente de una corporación que indudablemente ha sido mandado a hacer un operativo mediático por aquellos a los que no les conviene que se los ponga en tela de juicio ante una connivencia manifiesta con el poder de turno y la confirmación de esto es que después de 21 años de gestiones, municipales está es la primera vez que antes de notificar a quien se le va a enviar una nota en esos términos, se la envía a los medios, y como si esto no fuera suficiente, redoblan la apuesta y también después de 25 años de provincia por primera vez se ordena un allanamiento que primero aparece en la tapa de los medios y se realiza 3 hs después.
Coincido con que es una vergüenza el accionar de determinado sector de la justicia y mucho peor el de los que se prestan a generar más desconfianza y dudas sobre su accionar, pero lo que más me preocupa como trabajador de los medios de comunicación es la violación a la libertad de expresión, porque si mandan a un intendente a callarse la boca después vendrán por nosotros y tengo todo el derecho a sospechar que así será.
La colaboración desembozada de un sector de la justicia con el brutal, y hasta ahora, injustificado ajuste en la provincia me evita mayores comentarios, nadie ha podido comprobar los beneficios del mismo y la justicia ni siquiera se lo cuestiona.
Es una etapa de oscurantismo a la que no estamos acostumbrados pero que debe ponernos en alerta a los ciudadanos comunes, porque para algunos funcionarios denunciar ya se sabe cómo termina.
Habrá que estar atentos o nos pondrán un bozal a nosotros también?
Armando Cabral