Construir política a partir de los errores del otro.

La construcción política no es una acción digamos, habitual en Tierra del Fuego, para ser honesto, aquí solo se ha amontonado gente para ver si se ganan las elecciones, poniendo en actualidad un libro que Carlos Matus publicó en 1973, es decir una receta mal aplicada por quienes no entienden esto de las estrategias, el dialogo y demás cuestiones relacionadas a lo político como una forma de armado.

En medio de ese fragor de los últimos meses, alguien entendió, aunque después de un duro golpe, que no siempre quien parece el mejor socio, en realidad lo es.

Gustavo Melella, fue lisa y llanamente percutado por el kircherismo residual fueguino, o al menos eso creyeron muchos, cuando en realidad se trató de un alejamiento progresivo, estilo Melella, sin recurrir a lo mediático, pero dando mensajes tan claros como no volver a aparecer en ningún acto, como no compartir reuniones, no estar de acuerdo con medidas que invaden la autonomía municipal, marcar postura a través de quienes en realidad lo acompañan y no dejarse marcar el territorio por aquellos que actuaron como voceros de lo que nadie les mandaba a decir.

Melella no se va a pelear con la gobernadora de Tierra del Fuego, ni con sus funcionarios o los otros dos intendentes, porque es lo suficientemente inteligente como para saber que tiene que convivir 4 años con este estilo de gobernar que ya conocemos y que ni él ni el 49 % de los habitantes de esta provincia eligió, un dato no menor.

Con el 53% de los votos, su mandato está más que legitimado y parado sobre ese andamiaje, va a llevar adelante la gestión que más le convenga a los riograndenses, Melella sabe perfectamente cuales son las medidas anti populares de las que no debe participar y si esas medidas incluyen recortarle ingresos, las cosas se pondrán aún más difíciles, ya le impidieron acceder al Fondo para desarrollo de los  Municipios, 130 millones menos al año, después le pararon una actualización de impuestos y la frutilla de la torta es la intención de sacarle el impuesto inmobiliario, otros 40 millones menos para obras y servicios que deberían volver a los vecinos, a quienes lo votaron y  a quienes no.

De todo esto hay algo que es más que claro, nadie soporta más ajuste, ni atropellos, ni cosas impuestas unilateralmente, inconsultas o confiscatorias y el intendente de Rio Grande, fue el primero en entender cuál era la idea del nuevo gobernó provincial, institucionalmente todo esta como debe estar, pero puertas adentro cada uno intentara llevar su gestión de la mejor manera aunque esas maneras sean absolutamente diferentes.

Conclusión, de toda esta más que dinámica política del amontonamiento, Melella ha sabido mantenerse al margen, ni siquiera utilizando su partido político FORJA por razones obvias, era una parte del FPV que ya no está, sin discutir, ni enfrentarse con nadie,  lejos de los medios y ocupado en impedir que le quiten más ingresos a la ciudad más importante de la provincia en cantidad de habitantes, producción y desarrollo. Una ciudad a la que aún le falta mucho por solucionar, agua, colectivos, estacionamiento y residuos, entre los prioritario, pero a la vez cuenta con 300 cuadras más de pavimento, centros de salud en todos los barrios, plazas integradoras y gimnasios, entre otras cosas.

Vienen cuatro años de trabajo, pero quienes estamos un poco al tanto de lo que pasa, sabemos, porque ya lo vivimos, que lo prioritario es defender los intereses de la ciudad, porque los gobernadores que ganan acá y después traicionan no vuelven a repetir, eso también forma parte de una realidad que ustedes y yo sabemos, y en el fondo todos tenemos la camiseta de Rio Grande, al menos yo sí y siempre defenderé lo que me pertenece porque está en la naturaleza de cualquier ciudadano.

Armando Cabral

 

loading...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *