Trágicos disturbios en Bariloche

Tras un presunto caso de gatillo fácil, vecinos atacaron una comisaría; la policía reprimió y habría otra víctima SAN CARLOS DE BARILOCHE.- La muerte de un chico de 15 años por un disparo en la cabeza realizado por un cabo de la policía de Río Negro, en medio del forcejeo posterior a una persecución policial, derivó en un violento enfrentamiento entre vecinos y policías. En esas refriegas, que continuaban anoche, habría resultado muerto otro hombre, de 29 años, y una decena de personas fueron heridas durante el ataque a una comisaría y el saqueo en un supermercado.

Los fuertes incidentes y el aumento en la cantidad de heridos llevaron al intendente Marcelo Cascón a afirmar que «la situación en la zona alta de ciudad está desbordada». Anoche, las autoridades provinciales solicitaron la asistencia de Gendarmería para poner orden a la anormal situación. El gobierno nacional enviará en las próximas horas unidades de esa fuerza a esta ciudad.

Mientras los enfrentamientos se mantenían, fuentes judiciales afirmaron que estaba detenido el agente policial que habría matado al adolescente, para determinar si se trató de un caso de gatillo fácil.

La muerte de Diego Bonefoi, de 15 años, se produjo en la madrugada de ayer mientras escapaba de la policía junto con otros dos jóvenes sospechosos de haber perpetrado un robo. El menor fue alcanzado por un cabo, y en medio de un forcejeo, recibió un disparo en la cabeza. Su fallecimiento provocó la ira del barrio Boris Furman, que se movilizó pocas horas después rumbo a la comisaría 28a., situada a 50 metros de la vivienda del menor. Los manifestantes atacaron con piedras la sede policial y, de inmediato, los choques comenzaron en las calles.

Por la tarde, un hombre de 29 años falleció en el hospital zonal Ramón Carrillo, como consecuencia de una herida de bala que las autoridades del centro de salud atribuyeron a los enfrentamientos, mientras que otra persona permanecía internada con graves heridas de bala y una decena de jóvenes y policías tenían lesiones de diversa consideración.

Sin embargo, la policía negó que la segunda persona fallecida tuviera vinculación con los incidentes, y atribuyó su muerte a un posible ajuste de cuentas.

La reyerta principal se inició en horas del mediodía, cuando efectivos policiales reprimieron la manifestación de los vecinos con postas de goma y gases lacrimógenos, acción que justificó ante LA NACION el ministro de Gobierno, Diego Larreguy, quien afirmó: «Si los policías son agredidos, se tienen que defender».

El titular de la Unidad Regional III de la policía, Argentino Hermosa, precisó que durante la jornada se apostó un operativo alrededor de la comisaría apedreada, con 80 efectivos de la policía de Río Negro y agentes del grupo especial Bora, mientras se aguardaba que por la noche llegasen refuerzos de las ciudades de Viedma y General Roca.

Durante la violenta protesta, los vecinos, cargados con piedras y armas caseras, atacaron y provocaron destrozos en la comisaría, unidades policiales, una ambulancia, vehículos particulares, comercios y, al caer la noche, un grupo de jóvenes saqueó un supermercado.

También el intendente Cascón recibió agresiones con piedras y sufrió destrozos el vehículo oficial en que se trasladó junto a funcionarios de su gabinete para ofrecer contención a la familia de la víctima.

«Cuando fuimos al lugar, lo hicimos desprovistos de acompañamiento. Pedimos a las fuerzas de seguridad que se replegaran, pero lamentablemente la gestión no tuvo buen resultado», comentó Cascón en declaraciones periodísticas.
Peritajes

El juez de instrucción Martín Lozada informó que, en el marco de la investigación por la muerte del menor, además de disponer la detención del agente policial que habría efectuado el disparo, ordenó el secuestro del arma reglamentaria de todos los efectivos que participaron de ese operativo, la extracción de pruebas de parafina de todos los intervinientes y dispuso la realización de la autopsia del joven fallecido.

En tanto, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos reclamó una «urgente toma de posición de las autoridades responsables para terminar con estos hechos de violencia institucional propios de gobiernos dictatoriales».

El padre del chico muerto, Sandro Bonefoi, dijo a Télam que se enteró de la muerte de su hijo durante el partido de la Argentina, cuando comenzaron los incidentes frente a la comisaría 28a, situada frente a su vivienda. «Yo no sé si ese policía tiene hijos, pero a mí me quitaron un hijo», expresó el hombre, quien agregó que «siempre la policía anda molestando a los chicos».

Soledad Maradona
Para LA NACION

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