UNIERON TIERRA DEL FUEGO Y PUNTA ALTA, POR LA MISMA RUTA QUE RECORRIERON LAS TROPAS ARGENTINAS

Dos mil kilómetros a pie por sus compañeros caídos en Malvinas Fue una travesía de ex combatientes como homenaje. Terminó ayer, luego de dos meses. Por: Gabriel Bermúdez Fuente: BAHIA BLANCA. ESPECIAL

La idea nació hace más de un año en la cabeza de Salvador Ojeda, que una noche soñó con homenajear a sus compañeros de la compañía 5 de ingenieros anfibios que no pudieron regresar de Malvinas. «Quería que esas almas descansaran en paz», cuenta, como quien pierde un familiar y busca refugio en la fe, este suboficial retirado de la Infantería de Marina.

Su sueño fue encontrando socios. Abrió un sitio en la web y lo que parecía que iba a ser una solitaria caminata, mochila al hombro, en busca de aquella meta se convirtió en un deseo compartido. El primero en sumarse a la patriada fue Juan Domingo Rufänacht, otro ex infante. Ramiro Romero, que tripuló el portaaviones 25 de Mayo, se enteró por Internet y lo asumió como un desafío personal. Y después se fue agregando el resto hasta completar ocho. Juntos se largaron a la travesía en diciembre desde Ushuaia y después de casi 2.400 kilómetros recorridos llegaron a Punta Alta con el objetivo cumplido.

«No los olvides. Ellos dieron la vida por nosotros». Detrás de una bandera argentina con ese lema impreso en sus colores celeste y blanco y una imagen de la Virgen del Rosario, los caminantes, siete ex combatientes y un acompañante, habían partido en peregrinación hace dos meses desde Tierra del Fuego, para unir a todos los centros de veteranos del litoral marítimo. Avanzaron a razón de cuarenta kilómetros por día por la ruta nacional 3, elegida como trayecto porque a través de ella avanzaron las tropas argentinas destinadas al sur del país durante la guerra. Y también porque por esa vía retornaron muchos sobrevivientes del hundimiento del Crucero Belgrano, como Rodolfo Arjona, otro de los peregrinos.

Los ex combatientes celebraron la Navidad en Jaramillo, en la provincia de Santa Cruz, y el Año Nuevo los sorprendió durmiendo en un camping de Garayalde, en Chubut. «Nos prestaron una cocina en una estación de servicio donde cocinamos arroz con caballa y cebolla. Cenamos y a las 23 del 31 nos fuimos a acostar», cuenta, entre muchas anécdotas, el santafecino Rufänacht, que quedó conmovido por cómo sigue vivo en el sur del país el sentimiento por Malvinas. «Con muchas más intensidad que en el norte», afirma.

Superando vientos, días de intenso calor y unas pocas lluvias, los peregrinos llegaron a destino. Ayer fueron recibidos en la iglesia Nuestra Señora de Luján de Punta Alta, a metros de la base naval Puerto Belgrano, de donde partieron las naves de la Armadas a las islas en 1982.

«Llegamos con el corazón lleno de alegría por lo que fuimos recibiendo a lo largo del trayecto», alcanzó a decirle a Clarín Ojeda, al borde las lágrimas por la emoción. «Familias que nos paraban en la ruta para saludarnos, estancias que nos ofrecían alojamiento, personas que no nos conocían y nos daban apoyo. Fue todo muy gratificante e inolvidable», agrega el suboficial que perdió su pie derecho por la explosión de una mina en pleno conflicto. Ayer, con la tarea cumplida, no podía dejar de agradecer a todos los que colaboraron para que su sueño y el de sus siete compañeros se hiciera realidad.

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