El ministro de Educación Juan Carlos Tedesco renunció hoy a su cargo acuciado por internas y víctima del reclamo de sectores sociales vinculados al kirchnerismo que exigían oxigenación en algunas áreas y participación en otras. Sin embargo, el gobierno, de la mano del flamante jefe de Gabinete Aníbal Fernández, intentó maquillar la renuncia, casi, como una premiación al funcionario.
En las últimas horas el propio Aníbal había desestimado los rumores de renuncia de Tedesco aduciendo a una reunión que tuvo lugar el pasado viernes entre el ministro y la presidenta, Cristina Kirchner.
Allí mismo se habría decidido, para amortiguar el golpe político, designar a Tedesco –una de las caras nuevas de Cristina cuando asumió en diciembre de 2007- en una secretaría que dependerá directamente de Presidencia de la Nación, la cual elaborará políticas educativas de Estado.
En ese marco, Aníbal Fernández señaló sugestivamente que el flamante ex ministro fue, en realidad, «jerarquizado» ya que encabezará la futura Unidad de Planeamiento y Evaluación de la Educación, una oficina que «diseñará políticas de Estado para pensar la educación para los próximos diez años», dijo.
«Tedesco se queda con una jerarquía, en un ámbito donde sin burocracia se va a dedicar a pensar la educación para nuestros hijos para el 2010 y el 2021, en esta tormenta de ideas», exageró sin dudarlo Fernández.
En sintonía, el ministro saliente afirmó esta noche sentirse «muy honrado» con la nueva función que le dio el gobierno.»Me siento muy honrado por la nueva designación… Es importante porque la Argentina nunca se había puesto a pensar la educación en función de Estado», dijo Tedesco, tras el anuncio del jefe de Gabinete.
En su lugar asumirá Alberto Sileoni, su número dos y hombre de Daniel Filmus, ex ministro de Educación porteño, quien renunció cuando se confirmó la ruptura política entre el entonces jefe de Gobierno, Jorge Telerman, y el kirchnerismo.
Sileoni, abogado y profesor de Historia de la UBA que secundó a Mario Oporto en la cartera educativa bonaerense durante la gestión de Felipe Solá, asumirá formalmente la cartera educativa en los próximos días en un acto en Casa de Gobierno.
Internas y tironeos
Pese a la lectura de “premiación” que promueve Fernández con el la bajada de rango de Tedesco de ministro a secretario de Estado, las versiones en Educación hablan de un completo hartazgo del hoy ya ex ministro por los tironeos e internas de la Casa Rosada. Hay quienes dicen que ha dejado su cargo en el Palacio Sarmiento agotado por las “serruchadas de piso de la interna del poder”.
Otros, de hecho, no dudan en comparar el esmerilamiento que suelen sufrir los funcionarios K por las presiones y la escasa libertad de acción que permite Néstor Kirchner, con lo que hoy vive Amado Boudou, a pocos días de ser nombrado ministro de Economía. La imposición de Guillermo Moreno y el veto a los funcionarios que buscó nombrar –incluso vetados por Máximo Kirchner- dan muestra de la situación.
En el desgaste a Tudesco, habrían tenido mucha influencia ciertos sectores del peronismo, otros sectores populares atados al kirchnerismo y hasta los intelectuales de Carta Abierta, quienes habrían solicitado alguien “con menos pergaminos pero más popular”. No resulta extraño ahora que, en la previa, los rumores hablaban de alguien vinculado a Carta Abierta para sucederlo.
En ese caso Tedesco tuvo todas las de perder, ya que el ex director del área de Planeamiento Educativo de UNESCO, autor de libros y estudios sobre política de enseñanza y pensador en diversos foros, maestro de Filmus, no tenía entre su vasto curriculum la función pública.
