LA INFLACIÓN CUESTA 12 MIL MILLONES

Excelente nota de El Cronista que desnuda los 12 mil millones de pesos que el gobierno de Néstor Kirchner se ahorra en gastos por el pago de bonos indexados por el índice de inflación minorista, manipulado por la intervención del oficialismo en el Indec

Cuando el 10 de diciembre Néstor Kirchner traspase el bastón de mando a su sucesor/a le entregará algo más que los atributos presidenciales. Uno de estos «adicionales» será un ahorro de casi $ 12.000 millones que el Gobierno logró mediante la manipulación del índice de precios a lo largo de todo el presente año.

En los primeros nueve meses de 2007 la inflación oficial llegó a 5,8%. Y los analistas privados estiman que el índice que elabora el Indec cerrará 2007 con un alza de entre 8 y 8,5%.

Sin embargo, el aumento de precios verdadero se ubica en torno a 15% para todo el año, según revelan los estudios privados y algunos indicadores indirectos divulgados por el propio Gobierno.

Esos siete puntos porcentuales de inflación que la administración Kirchner logrará ocultar durante el actual año representan un ahorro de $ 11.986 millones para el Gobierno. Sucede que cerca del 41% de la deuda argentina –alrededor de u$s 56.452 millones según las últimas cifras divulgadas por la Secretaría de Finanzas del Ministerio de Economía– son bonos indexados por la inflación minorista. Entonces, un menor incremento de precios significa menores gastos.

En más de una oportunidad, tanto Néstor Kirchner como su esposa y candidata presidencial, Cristina Fernández de Kirchner, denunciaron que detrás de los incrementos de la inflación se esconden presiones de grandes grupos inversores con tenencias de bonos indexados.

La tesis oficial es que existen fuertes intereses ocultos (tanto políticos como económicos) para alentar la inflación en la Argentina.

Por supuesto que el ahorro que logrará este año el Gobierno por manipular la inflación no se traduce a menores pagos en lo inmediato. Sino de un flujo de desembolsos a largo plazo que ahora crece a un ritmo inferior al previsto.

El ex ministro de Economía Roberto Lavagna fue el principal impulsor de la pesificación e indexación de la deuda. Tras el canje de los títulos públicos en default, concretado en marzo de 2005, los bonos en pesos atados a la inflación pasaron de representar 3% de los pasivos del Estado a ser el 47%. La medida se tomó para no volver a cometer los errores del pasado, cuando la dolarización de la deuda puso en jaque a las finanzas públicas vía el descalce cambiario.

A diferencia de lo que ocurrió en los ‘90, en la actualidad el Estado recauda en la misma moneda en que tiene nominados gran parte de sus pasivos. Lo paradójico es que una medida sana desde el punto de vista macroeconómico, como fue la pesificación, puede generar un dolor de cabeza en la medida que no se modere la inflación.

Sin indexación

A tal punto desvela al Gobierno el incremento de los precios, que la última emisión de bonos que realizó fue en pesos sin indexación. Por supuesto, fue una colocación acotada y a nivel local. Porque en el plano internacional aun es difícil pensar que los inversores estén dispuestos a tomar deuda argentina en moneda local y sin ningún tipo de reaseguro adicional.

Un informe de la consultora Economía & Regiones destaca que el Índice de Precios Implícitos del PIB –un indicador más global de la inflación en toda la economía que IPC– «registró una variación interanual del 13,3% durante el segundo trimestre de 2007, siendo uno de los mayores incrementos de los últimos cuatro años, luego de los registros del primer y segundo trimestre del año pasado».

El informe agrega que «así, en el segundo trimestre del año, el incremento del Índice de Precios Implícitos del PIB supera por 4,5 puntos porcentuales al crecimiento que muestra el índice de inflación minorista oficial en igual período de tiempo».

Por Juan Cerruti lapoliticaonline.com

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