incremento en el precio de frutas y verduras pese a la lista de precios sugerida por el Gobierno

Durante febrero, el aumento rozó el 17%. El caso más llamativo es el de la lechuga, que incrementó su valor un 71%, mientras que la naranja llegó casi a duplicar su precio. B uscan alternativas al Mercado Central. Verduras y frutas prohibitivas. La lechuga es el caso extremo: aumentó un 71 por ciento. A pesar de la nueva lista de precios sugeridos para a compraventa mayorista de frutas y verduras, la suba de precios que se sintió en febrero en las verdulerías rozó el 17%.

Con la lechuga como caso extremo, ya que su precio subió un 71%, entre fines de enero y fines de febrero, el alza de los precios de las verduras fue de un 17,38%. Las frutas también tuvieron un sentido aumento, que rondó el 7,5%, con el 37% de la naranja a la cabeza.

En pocos meses, los ingresos de mercancía al Mercado Central mermaron más de un 10%, a la par de los que sucede en el Mercado de Liniers, que también bajó la cantidad de vacunos que ingresan por día. Además, el precio de las frutas y las verduras suele estar condicionado por el clima. Así, son varios los factores que condicionan, pese a las sugerencias del gobierno, el precio de estos productos.

Los datos, que se desprenden de una medición de la consultora Tomadato consignada por e diario Clarín, no coinciden con los precios mayoristas acordados nuevamente esta semana por la secretaría de Comercio que dirige Guillermo Moreno.

Según el matutino, los ingresos al Mercado Central cayeron 11% en 2006 respecto del año anterior, mientras que un 85% del descenso se produjo en el último trimestre del año, en coincidencia con el inicio de los controles. Con estos datos, crece la versión que indica que los comerciantes buscan otros canales de venta.

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«Frente a la imposición de precios que a veces son absurdos, el productor busca otros canales de venta», explicó un funcionario a Clarín, y explicó que el vendedor termina mandando su cosecha directo a los supermercados, a otros mercados del conurbano o derivar los productos hacia una extensa red de galpones clandestinos.

La determinación de esquivar el mercado y el acuerdo de precios significa para el comerciante no perder en ganancia ni correr el riesgo de que la venta le de pérdidas. «Nos quieren imponen un precio máximo de $0,39 por kilo, cuando el INTA calculó el costo de producción entre $0,55 y 0,60. Uno está dispuesto a ayudar con inflación, pero lo que no podemos es perder plata», ejemplificó Marcelo Espinoza, de la Federación de Productores.

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