Publicidad oficial y libertad de expresión: una discusión sobre la regulación de la pauta del Estado

Presentación del documento “Principios Básicos para la Regulación de la Publicidad Oficial” elaborado por la ADC. Panelistas: • Ricardo Gil Lavedra, ex ministro de Justicia de la Nación • Alfredo Leuco, periodista • Guillermo Mastrini, director de la carrera de Ciencias de la Comunicación (UBA) • Norma Morandini, periodista y diputada de la Nación • Roberto Saba, director ejecutivo de la ADC Modera: María O’Donnell 14 de noviembre de 2006, Hotel Bel-Air, Arenales 1462, Ciudad de Buenos Aires. Lo que sigue es la desgrabacion de esta mesa redonda sobre la regulacion de la pauta publicitaria del estado.

Alejandro Carrió

Buenos días a todos, mi nombre es Alejandro Carrió y soy el presidente de la Asociación por los Derechos Civiles y en nombre de la ADC quiero agradecerle a los presentes que están acá hoy para hablar de un tema que es muy importante para nosotros y que se vincula con la libertad de expresión.
Tenemos un panel de gente muy valiosa y especialista en estos temas. Creo que la mayoría de ellos no necesita presentación. El periodista Alfredo Leuco, columnista reconocido que en sus últimos artículos, por lo menos en uno que tuve la oportunidad de leer hace cosa de un mes en La Nación, hizo una descripción muy rica y muy vívida acerca de los distintos problemas de la libertad de expresión. Creo que hablaba de una libertad de expresión de baja intensidad y seguramente hoy nos explicará un poco más.
Vamos a las damas, tenemos a la periodista María O´Donnell, para nosotros es un gran gusto que esté. Norma Morandini que también es una periodista que ustedes conocen y que ahora es diputada nacional, también le agradecemos mucho que esté presente. Ricardo Gil Lavedra, viejo conocido o conocido viejo. Ricardo, además, fue uno de los primeros asociados a la Asociación por los Derechos Civiles. También fue Ministro de Justicia y siempre ha sido un gran colaborador y ha estado siempre cerca nuestro. Por último, tenemos al director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Guillermo Mastrini a quien también agradecemos mucho y quien seguramente nos va a beneficiar mucho con sus puntos de vista.
Yo no quiero decir nada más para no sacarle espacio a los que van a hablar, simplemente recordarles todo lo transcendente que es la libertad de expresión como valor. En algunos círculos jurídicos de Estados Unidos a la libertad de expresión se la considera como la más importante de las libertades a partir de la cual otras libertades de reunión, asociación, etc. pueden subsistir. Y tal vez una cosa que no sepan, y les saco dos minutos, es que la libertad de expresión en Argentina, cuando recibió consagración en la constitución, lo que en realidad se tuvo especialmente en cuenta cuando se habló de que el Congreso no dictara leyes que restrinjan la libertad de imprenta o imponga la jurisdicción federal, lo que se tuvo especialmente en cuenta era la posibilidad de libre crítica a los funcionarios públicos. Entonces se había sancionado la Constitución del ‘53, Buenos Aires no era parte del resto de la Confederación, cosa que sí sucedió en 1860, y antes hubo algún debate acerca de cuáles eran los puntos centrales que iban a permitir el ingreso de Buenos Aires al resto de la Confederación. Y los debates del año ‘59, sobre todo las posiciones de Mitre y de Sarmiento, eran clarísimas acerca de lo importante que era para la subsistencia de la libertad de expresión la posibilidad de criticar libremente a los funcionarios del gobierno. En aquel momento había toda una polémica acerca de un decreto de Urquiza que había sido muy duro respecto de un medio que lo estaba criticando.
Entonces, una de las cláusulas constitucionales más trascendentes tiene que ver justamente con la fuerza que la libertad de expresión tiene como manera de chequear o de controlar lo que hacen nuestros funcionarios. Me gustaría que tuvieran esto en la cabeza mientras el resto de los panelistas les refieren acerca de sus manera de ver este tema tan delicado que es el de la publicidad oficial como forma de enderezar el comportamiento de los periodistas. Bueno en mi nombre nada más y les agradezco mucho que estén acá.

Roberto Saba

Muchas gracias Alejandro. Mi nombre es Roberto Saba, soy el director de la Asociación por los Derechos Civiles y voy hacer simplemente una brevísima introducción a esta reunión. Primero les agradezco mucho tanto a nuestros invitados que van comentar sobre este documento o sobre este tema y también a todos ustedes. La idea es presentar un documento que acabamos de publicar en la ADC con algunas ideas acerca de como regular la facultad de distribución de este recurso que está dirigido a la publicidad oficial en la Argentina, con el fin de evitar que este sea una forma de limitar la libertad de expresión, como decía Alejandro.
Para ponerlo en contexto, ustedes saben que en diciembre del año pasado la ADC produjo, luego de un año y medio de investigación, un documento que se llama “Una censura sutil”, donde hicimos un análisis de la situación de la distribución de la publicidad oficial y de sus usos en cuatro provincias argentinas y en el gobierno nacional. Allí observamos que había ciertos patrones de comportamiento que se reproducían en casi todos los casos con más o menos similares causas y consecuencias, aunque por supuesto este problema se intensifica en provincias como por ejemplo Tierra del Fuego en donde, según nuestros números, un 75% de la publicidad que es la fuente de financiamiento de los medios de la provincia proviene del gobierno, lo cual combinado con altísima discrecionalidad en la decisión sobre como alocar esa publicidad, le da al gobierno provincial un poder enorme sobre la expresión de los medios. También ese informe refleja la situación del caso que hoy está en la Corte Suprema esperando decisión, que es el caso del diario El Rio Negro contra la provincia de Neuquén. El reciente dictamen del procurador general si bien no se refiere directamente a una situación de censura, sí deja el camino abierto a la necesidad de regulación y por ese tema es justamente por el cual estamos aquí convocados dado a que es un problema que podemos combatir y que podemos evitar y que está vinculado a la discrecionalidad del gobierno en la toma de estas decisiones. Nuestra propuesta es empezar a discutir una serie de lineamientos regulatorios que permitan poner límites a esa discrecionalidad del poder público en esta materia. Este documento tiene algunos principios que entendemos una regulación debe reflejar. No es una propuesta de ley, justamente lo que intentamos, como dijimos en otro casos tal como el de acceso a la información, es proveer algunos principios mínimos, básicos que una regulación en esta materia creemos debería tener. Esto no es ningún apoyo a ninguna ley en particular ni a ningún proyecto en particular, sino a cualquier proyecto que refleje ciertos principios mínimos. A partir de aquí, a partir de hoy, esperamos que este documento sea un aporte a este debate abierto y público sobre esta materia. No creemos que tenga la verdad revelada, hay muchos puntos abiertos en el documento, pero intenta poner un marco para una discusión que esperamos termine en una regulación a nivel nacional, provincial y municipal ya que este no es un problema de una sola jurisdicción sino es bastante permanente en todas las jurisdicciones.
Un punto final sobre este tema que me parece importante es que también este problema se ve reflejado en otros países de América Latina. Este documento ya está siendo utilizado en el Congreso de la República de Chile para una discusión sobre la regulación de la distribución de la publicidad oficial en ese país. También hemos participado en reuniones con la presidencia de la Nación en Uruguay, porque también es un problema que preocupa al gobierno uruguayo y están apuntando a una regulación. Hoy recibí un mail a las 6 de la mañana donde se decía que en Perú se acaba de sancionar una regulación que limita la distribución de la publicidad oficial y la discrecionalidad. Creo que este es un problema que no nos toca sólo a nosotros sino que afecta a varios países de América Latina y que ahí también podemos empezar un diálogo con la gente que está trabajando en otros países.
Este es un poco el contexto de esta reunión y le paso la posta a María que va a ayudarnos con la mesa. Gracias.

María O’ Donnell

Bueno, en mi rol de moderadora que me han designado, me parece super interesante empezar a debatir este tema que se debate muy poco, se discute muy poco en los medios también porque hay muchos intereses en juego y me parece que es una mesa que tiene muchísimo para aportar. Arrancamos con Norma Morandini, diputada nacional e integrante de la Comisión de Libertad de Expresión de esa cámara, y periodista por supuesto.

Norma Morandini

¡La inexistente comisión! Buenos días, me alegra verlos, aunque a veces me corre un frío. Digo, siempre somos los mismos, pero aunque parezca que seamos los mismos creo que ya es hora de que empecemos a tomar estos temas. Es importante porque estamos construyendo valor y a riesgo de repetirme y, a riesgo de aburrirme de mi misma, yo celebro que pueda ir diciendo más o menos y repitiendo las mismas cosas que vengo repitiendo desde hace muchos años, no por mérito personal sino por el privilegio de haber podido vivir en sociedades desarrolladas, donde aprendí que nada mide mejor el estadio y el desarrollo de una democracia que el nivel de su libertad de prensa. Entonces me parece que lo primero que tiene que hacer un periodista es contextualizar y lo primero que uno tiene que hacer en nuestro país es saber de donde venimos y si ponemos un contexto mayor vamos a ver que el nazismo le dejó al mundo la más bella utopía que es la Declaración Universal de los Derechos del Hombre donde ya desde su artículo primero, lo primero que se habla es del derecho que tienen los ciudadanos a opinar, a informarse y a no ser perseguidos ni molestados por ese derecho. De esos derechos surgió un modelo de democracia de validez universal que yo confieso en mi ingenuidad pensé que alcanzaba con tener libertad para ver en mi país, en nuestro país dinamizado, aquellos fenómenos que nos había dejado la dictadura como naturales.
Va a ser paradójico que una legisladora no hable de la ley y sí hable de la cultura porque me parece que entre nosotros hay una distancia enorme. Muchas veces me pregunto si esa distancia de la ley con el cumplimiento de la ley ya no tiene que ver con su origen de constituciones copiadas de afuera y después instaladas en nuestro país con otra idiosincrasia que ponen esta distancia entre la ley y el cumplimiento de la ley, y esto a fuerza de repetirme, me gustaría compartir algunos descubrimientos viejos que dicen: “desde sus orígenes el periodismos estaba amenazado por cuatro adversarios: la escasez de fuentes, el poder, la censura y el estado de ánimo de la opinión pública”. Esto lo dice Furio Colombo, en quien yo me basé mucho cuando tuve que analizar un poco lo que nos pasaba en nuestro país, sobre todo, en el periodismo en la televisión que es donde menos periodismo hay por esta marca del espectáculo, el entretenimiento, la información. Y Furio Colombo dice algo que me parece importante que lo tengamos en cuenta a la hora de debatir este como cualquier otro tema que tenga que ver con el periodismo, con la libertad de expresión. Dice: “Nadie es más típicamente nacional que un periodista. Nadie más que él está más profundamente ligado a los rasgos formativos de su país. Un poeta o un narrador pueden no haber viajado nunca y estar fuera y aislados respecto del ambiente cultural en el que actúan. El sentirse extraño es un dato del arte pero nunca puede ser un dato de la profesión periodística”. De modo que creo que hay una idiosincrasia argentina que no atenúa, es decir, la responsabilidad en relación a algunas de las distorsiones que tenemos en nuestro país en relación al periodismo, la pauta oficial y entonces me parece importante arrancar en esas distorsiones y saber que esto no es un fatalismo, que en la medida que democraticemos la sociedad, esta naturalización de fenómenos que nos legó el autoritarismo, los vamos a ir resolviendo y creo que estos debates son el primer camino para que empecemos a tomar los temas culturales y que no nos asustemos de algo que yo detecto mucho en los colegas más jóvenes que es ese “y es así”, ese pragmatismo que se le acusa a la política como “y es así”, “somos así”, “los argentinos somos así” como si este fuese un fatalismo y no entender que la democratización es un valor cultural, es orgánico y es una construcción colectiva. En ese sentido, yo creo que en la dictadura, por la distorsión de haber tenido diarios que siguieron apareciendo, hubo un “como si”. Pero si no había libertad podríamos decir que no había periodismo; si lo que es esencial al periodismo es la libertad no puede haber periodismo en períodos en los que no hay libertad. Pero cualquiera de uds. puede decir: “pero los diarios seguían apareciendo, había revistas, había periodistas que se presentaban a la opinión pública como periodistas”. Entonces yo creo que esta distorsión primera que tiene que ver con las dictaduras, con las tiranías que lo primero que hacen es imponer censuras que buscan, limitar, cercenar, maniatar lo que es la dinámica de la libertad. De modo que las tiranías, las dictaduras lo primero que hacen es confundir prensa con propaganda.
Esta distorsión de confundir la prensa con la propaganda hoy en libertad vivimos la paradoja que en nombre de la libertad muchas veces utiliza la información como propaganda y de ahí viene el tema del Estado. Los gobiernos tienen la obligación de dar cuenta de sus actos. Tienen la obligación de decir a los ciudadanos qué hacen con los dineros, cuáles son los actos de gobierno. Para eso tienen estructuras poderosísimas de divulgación. Sucede que de la misma forma que el autoritarismo confundió información con propaganda o que buscó convertir a la prensa en una propaganda de sus actos, en la democracia todavía tenemos ese fantasma donde los gobernantes en lugar de publicitar sus actos de gobierno en realidad hacen propaganda de sus actos de gobierno y lo que es más grave, hacen propaganda personales, propaganda partidarias. Esto yo creo que es importante, vamos a hablar de la pauta oficial, pero creo que es importante que entre los periodistas reconozcamos una distorsión enorme que tenemos en nuestro país que es que dos anunciantes hagan a un periodista. Esto es una distorsión que nos viene desde la época de Neustadt, donde cualquier persona que juntaba dos anunciantes o tres anunciantes pasaba a ser periodista y lo que es mucho más grave es que la opinión pública cree que es periodista cualquier persona con micrófono. Yo creo que estos rasgos culturales han ido cambiando, creo que hoy en la medida en que la sociedad empieza a crecer y comienza a incorporar valores democráticos también comienza a tener discernimiento de quien es un periodista y comienza a distinguir quien es independiente y, sobre todo, advertirle a la opinión pública quien es un lobbista y quien un periodista.
Yo quiero transmitirles y compartir con ustedes algo que aprendí en un seminario de ética que hice con Javier Darío Restrepo que a mí me sirvió muchísimo y ahora lo uso todo el tiempo. Creo que si aprendemos a hablar de los males y evitamos hablar de los malos vamos a poder crecer sobre el debate. Yo recuerdo que desde que comencé a ocuparme de estos temas siempre nos costaba mucho salir porque uno pretende hablar de la electricidad pero siempre a uno se le rompe la plancha. Entonces si nos quedamos hablando de las planchas que se nos rompen nunca vamos a poder tener sobre nosotros un paraguas protector que es el paraguas de los valores aunque inevitablemente tengamos que reconocer el momento histórico en el que vivimos y qué nos pasa hoy y porqué nos estamos ocupando de estos temas.
Entonces, como primera cuestión, ir recuperando o por lo menos no tener miedo al deber ser. Enunciar, como debe ser en una democracia, ¿tenemos libertad en Argentina? Si señores tenemos libertad, ¿para que? Para denunciar que la libertad está amenazada.
Y creo que esto que siempre se ha hecho, el que hoy empecemos a hablar que no se debe hacer, que los gobiernos no están obligados a poner pautas publicitarias, pero si lo hacen sí están obligados a ser equitativos en la distribución de esa pauta. Tenemos que saber también que hay diferentes grados de desarrollo de la libertad. Así como cuando nosotros tuvimos mordaza, la libertad ajena denunció lo que aquí pasaba, nosotros tenemos obligación de los que tenemos libertad, sobre todo cuando se vive en Buenos Aires, donde es mucho más fácil ejercer la libertad o por lo menos denunciar la libertad amenazada, poder mirar las cosas aberrantes que pasan en las provincias, como está pasando en este momento en Salta donde matan a una productora rural porque denuncia a un diputado, lo vincula con el narcotráfico, y todos los periodistas que están sintiendo toda la presión no sólo del diario de la provincia, que como pasa en la mayoría de las provincias tienen vinculación con el gobierno, sino que están siendo amenazados. Y por eso es importante que los que tenemos libertad podamos advertir sobre aquellos que no la tienen. De modo que vivimos estos fenómenos, por un lado entre lo más atávico que puede ser este ejemplo de Salta y lo más sofisticado, para decirlo de alguna manera, que ya estemos en Buenos Aires ocupándonos de cómo debe ser y como debe autorregularse o empezar a debatir para presionar sobre los legisladores la necesidad de establecer leyes no sólo para la pauta publicitaria sino para la postergada ley de radiodifusión. Yo, si tengo que dar cuentas públicas, reconozco mi ingenuidad. Yo entré en una comisión que pensé de derechos, que los derechos no son de izquierda ni de derecha, no son del peronismo ni del radicalismo, la libertad de expresión es un derecho, es decir, los derechos humanos son los derechos a los que nos tenemos que aferrar los argentinos. Así como mencionaba el ejemplo que el nazismo le dio al mundo, la dictadura nos ha regalado unas ideas de derecho que eran ajenas a nuestra cultura política. A veces reducimos la democracia a la eficacia, al mercado y a la libre iniciativa cuando en realidad lo que nos está dando la democracia es esta cultura de los derechos humanos, que un derecho legitima a otro y tomamos un derecho y podemos seguir peleando por otro.
Por eso me parece -yo insisto con esta idea- vamos a tener BBC cuando la sociedad argentina se parezca a la sociedad inglesa. No se puede utilizar la pauta oficial de manera discrecional como forma de censura, pero también tenemos que empezar los periodistas a hablar con honestidad: no es normal, no es normal en una sociedad democrática que los periodistas sean sus propios auspiciantes. En las sociedades democráticas modernas las empresas periodísticas que cumplen con la responsabilidad de darle a la sociedad lo que garantiza la constitución que es el derecho de ser informada, contratan a los mejores periodistas que esa es la obligación. Nosotros hemos visto en nuestro país que por esto de reducirlo todo al número, por decir “la gente no lo quiere”, se sacan los programas periodísticos, se los elige; si en un tiempo hay programa periodístico en otro tiempo no hay, de acuerdo un poco a lo que decía Colombo en relación a cuál es el Estado, la veleidad de la opinión publica cuando en realidad la obligación de las empresas periodísticas es que garanticen a los ciudadano este derecho de estar informados y que contraten a los mejores periodistas, porque la sociedad en la medida en que vaya creciendo va a ir discriminando quien es un periodista y quien es un lobbista.
Hay muchísimas distorsiones, podría contarles miles de anécdotas que he visto en las redacciones que me parecían un escándalo, como pasaba en la época de Menem que las empresas privatizadas utilizaban a los periodistas para entrenar a sus directores para que pudieran enfrentar a las cámaras. Yo recuerdo que decía “esto es un disparate no puede ser, pueden contratar actores pero nosotros no nos podemos prestar a eso” y que jóvenes periodistas me contestaran, “bueno pero lo que me paga Shell es lo que gano en todo el año”. Eso se decía libremente en los años 90, creo que hoy nadie ya podría decir con tanta liviandad, es decir, legitimar por la práctica distorsionada.
Creo que este es el desafío, porque en la medida en que hablemos de la ingerencia de los gobiernos creo que también después vamos a poder hablar de las ingerencias del mercado. Gracias.

Maria O´ Donnell

Muchas gracias Norma. Y es verdad, me parece que ese es el otro debate, me parece que no hay que discutir solo lo que debe hacer el gobierno sino todo aquello que nosotros como periodistas no debemos hacer. Ahora va a hablar Alfredo y nosotros desde el periodismo tenemos que tener reglas, establecer reglas de juego y empezar a plantear también el debate desde el periodismo y desde los medios acerca de lo que se puede y de lo que no se puede y de lo que es esta profesión y lo que ya deja de serlo, como hablaba Norma, y de los distintos grados de libertad. Y Alfredo propuso hace poco, en una editorial de La Nación, una categoría novedosa acerca de una libertad de expresión de baja intensidad, o algo así.

Alfredo Leuco

Muy buenos días, muchas gracias, muy cortito voy a expresar que me siento muy honrado de que me hayan invitado a esta mesa por los que la integran, por la ONG que la esta auspiciando, que por todos los trabajos que he visto son muy dignos, muy independientes y muy útiles. Cuando me invitaron y vi quienes iban a participar dije: “bueno, cada uno tiene su perfil y el lugar de donde hablar”. Me parece a mí que quien está ejerciendo el periodismo ahora en estos instantes, quien trajina las redacciones de diarios, la radio y de los canales soy yo y María O´Donnell que en este caso ha sido castigada como moderadora. Entonces acá todos están vinculados de alguna manera al periodismo, Norma no lo deja de ser obviamente, desde el punto académico, aquí el amigo, pero digo, en estos momentos me parece que me corresponde hablar de ese tema.
Después de leer minuciosamente este trabajo, este documento que han hecho de principios básicos para la regulación de la publicidad oficial no tengo una solo observación para hacerle, me parece buenísimo, lo firmaría ya y estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que dice acá. Es un trabajo sumamente profesional. Soy periodista político desde el ’83, cuando comenzó la democracia. Durante la dictadura hice periodismo deportivo por propia elección porque como bien dijo Norma con libertad es posible hacer un periodismo bueno, malo o regular pero sin libertad sólo es posible hacer propaganda, y en consecuencia me refugié en el fútbol. Desde ese momento, desde el 83´ hasta ahora, he trabajado básicamente en el mundo de la política, en el mundo de los hechos sociales bajo todos los gobiernos, entonces me parecía que ese era mi lugar.
Decir “el tema de la pauta oficial es uno de los problemas” está excelentemente explicado aquí. Le agregaría que nunca como antes la pauta oficial fue tan determinante. sobre todo para algunos medios de comunicación chicos y del interior del país, porque en muchos casos están sumamente endeudados y como ha aumentado la cantidad de pauta, proporcionalmente tiene una importancia mayor en la vida de ese medio de comunicación. Es lo único digamos que reforzaría. Entonces digo, ¿que voy a aportar yo? Voy a tratar de contar desde mi experiencia, un poco lo que comentaban en esa editorial.
La pauta oficial es uno de los mecanismos que a mi criterio le dan a este momento histórico la característica de ser el momento de menor libertad de prensa desde 1983 hasta la fecha. Eso según mi visión. ¿Porque digo esto? ¿Existe libertad de prensa? Por supuesto, recién lo decía Norma Morandini con mucha claridad. Existe la suficiente libertad de prensa para que yo diga que es el menor momento de libertad de prensa desde el 1983. ¿Porque le llamo una libertad de prensa de baja intensidad? En este tipo de charlas que a veces doy en algunos lugares donde se enseña periodismo y en algunas academias en el interior y en distinto lugares en donde siempre hago ese chiste malo, pero que suele dar resultado, cuando siempre preguntan ¿pero ahora hay libertad de prensa? Y yo me fijo la hora y les digo que sí, a esta hora hay libertad de prensa. Pero quiero graficar que la libertad es una lucha permanente que tenemos todos los que trabajamos en el periodismo por descubrir, por mostrar aquello que todos los poderes, absolutamente todos los poderes quieren ocultar, quieren tapar. El trabajo de un gobierno en el punto de vista comunicacional, no porque así deba ser pero así es, es solamente mostrar aquellos aspectos que consideran positivos y ocultar los aspectos que consideran negativos. Es exactamente el trabajo inverso al que debe hacer un periodista. Por eso creo que hay un momento de baja intensidad en la libertad de prensa, creo que es sumamente preocupante y que las dificultades que tenemos yo las dividiría básicamente en dos.
Las primeras yo las llamo antes de la era Kirchner, que no son responsabilidad de Kirchner, tal vez Kirchner haya profundizado algunas, haya mirado para otro lado en otras pero por lo menos quisiera mencionar algunos de los problemas que tiene la libertad de prensa en la Argentina que no tiene responsabilidad directa este gobierno, que son anteriores. El primero tiene que ver con la hiperconcentración de medios de comunicación en la Argentina. ¿Por que? Trato de explicarlo de la forma más sencilla para que lo entienda mi madre que no tiene nada que ver con los medios de comunicación. Si hay grandes grupos de medios de comunicación el periodista pierde por donde se lo mire. Se limita su libertad en todo aspecto. Algunos ejemplos cotidianos con los que se enfrenta un periodista. ¿Tiene un periodista posibilidad, trabajando en un diario que además tiene un canal de televisión, de ser duro, crítico, profundamente critico con un programa de televisión de ese grupo? Desde ese ejemplo pequeño, ni hablemos ahora de una modalidad que comenzó con mucha fuerza en la década menemista en los 90´ que es la incorporación a los grandes grupos económicos de medios en negocios extra periodísticos. Ya no solamente concentran medios de comunicación sino además tienen negocios fuera de lo periodístico, en comunicaciones, en aeropuertos, en distintas actividades; entonces vuelvo a preguntar: ¿Qué libertad tiene el periodista que trabaja en un diario cuyo dueño es además dueño de una concesión de una fábrica, de un peaje, por ejemplo, para hablar sobre esa situación que afectan directamente la vida cotidiana de quienes utilizan ese servicio. O sea el primer tema, el más preocupante diría yo, sobre el que no se ha hecho nada y que tiene que ver con el altísimo nivel de concentración económica que hay en todas las actividades, en los medios de comunicación se refleja con mucha fuerza. Si un periodista por defender su dignidad -recién Norma Morandini decía que los periodistas deben trabajar adentro de las empresas- se niega a escribir sobre determinado tema o no escribe con la línea del diario, no solamente pierde el trabajo en el diario sino pierde la posibilidad de trabajar en la radio de ese grupo, en el canal de televisión de ese grupo, en la agencia noticiosa que también controla ese grupo. En consecuencia, los peligros o las dificultades que ese periodista va a tener son mucho mayores que cuando no hay una concentración de medios tan fuerte. Eso lo excede a Kirchner y tiene que ver con un debate mucho más profundo.
Vamos ahora a algunos de los elementos de la era Kirchner. Yo me había hecho una listita, estos sí son hechos que se pueden facturar a este gobierno. Por supuesto el que estamos tratando aquí que tiene que ver con la pauta publicitaria que se utiliza de una forma descarada, descarada como premio y castigo, como premio a los leales, como castigo a los periodistas críticos pero no hay ninguna duda. Además hay cosas que son escandalosas. El caso más típico que sale a nivel nacional es con la revista Noticias. Cuando es la explicación oficial, porque no tiene explicación desde el sentido común y encima es un elemento que se vuelve contra el gobierno porque todos dicen off the record más estricto: “que tonto es este gobierno, con ponerle un avisito de $2000 a Noticias se evita la crítica que dice que la revista Noticias no tiene publicidad oficial, no tiene ni un aviso”. Pero lo que pasa es que responde a una concepción de concentración del poder y de niveles de autoritarismo tan altos que llevan a decir a los funcionarios, por ejemplo Alberto Fernández, “esa revista es extorsiva”. Bueno muy bien, es tu opinión, o vos sos la justicia, que es quien debería decir que una revista es extorsiva, si hay un medio de comunicación extorsivo existen los mecanismo democráticos para criticar, para castigar a esa revista. Ahora, que un funcionario lo diga, es una opinión como de cualquier otro, como por ejemplo la mía que digo que no es una revista extorsiva, sin embargo se los castiga no dándoles publicidad. Pongo el ejemplo más burdo. Ese era para castigar, para favorecer. En esta mesa, María O´Donnell, ha hecho una de los trabajos más precisos, más minuciosos, acerca de cómo un empresario que primero era chofer de Néstor Kirchner, Rudy Ulloa Igor y luego se metió a empresario de los medios ha multiplicado de manera geométrica su publicidad oficial sin ningún tipo explicación, salvo la arbitrariedad, salvo por ese criterio de premiar a los nuestros para que los nuestros crezcan y de castigar a los que están en la vereda de enfrente para que no crezcan.
Este es uno de los aspectos. Hay otros aspectos que son desde el punto de vista económico y financiero mucho más escandalosos, porque manejan fortunas. La publicidad oficial, aunque a ustedes les parezca mentira, en los grandes medios de comunicación nacionales no tiene mucha incidencia desde lo económico, sí en los medios de comunicación chicos, sí en los medios de comunicación del interior, en las pequeñas radios, en los pequeños diarios pero los grandes medios, a la hora de la verdad económica no acusa demasiado peso en la balanza la publicidad oficial. Hay otros negocios muchos más fuertes que seguramente provocarán otros trabajos como éste, por ejemplo, el que tiene que ver con el otorgamiento de licencias nuevas y de prórrogas de licencias para las radios y para la TV. Aquí, en este país, se prorrogaron las licencias de las radios y televisión entre gallos y medianoche y no hubo absolutamente nada, y estamos hablando de millones y del manejo de los medios de comunicaciones audiovisuales en la Argentina. Segundo tema, entonces, el tema de la prórroga. Hay que estar muy atento porque dicen que próximamente va a haber nuevos otorgamientos de licencias para nuevos canales de cable de televisión y para nuevas radios que van a salir próximamente.
Otro elemento absolutamente novedoso, yo no lo viví en ningún gobierno, a lo mejor alguien lo vivió en otro. Mi experiencia personal es que esto es una creación pura kirchnerista, es la presión sobre las empresas privadas, ya no sólo sobre la publicidad oficial, sino es presionar a una empresa privada que tiene relación con el gobierno y decirle, “no auspicies a ese tipo porque ese tipo me molesta y si vos apoyas a ese tipo estás trabajando en contra mío”. Eso es absolutamente novedoso e insisto: Kirchner lo hizo.
Vamos a lo específicamente periodístico. Existe la arbitrariedad más absoluta en dar, entregar o en negar información a los periodistas, en permitir o no permitir el ingreso en los cuales circula la información, ni hablemos de subir o bajar de los aviones oficiales que son de todos los argentinos, son del Estado, no son de un gobierno. Hay periodistas a quienes no los dejan entrar ni a la sala de prensa ni a la Casa Rosada y no hay escándalo. Nadie dice que hay gente que tiene prohibida la entrada a la Casa Rosada y que son periodistas profesionales, no se, habría que hacer alguna denuncia al INADI por discriminación.
La crítica directa, otro de los elementos. El presidente en el atril habla directamente y nombra con nombre y apellido a periodistas de carne y hueso, o la senadora Cristina Kirchner, cualquier integrante del poder. Lo traslado también a las provincias, pongo el ejemplo nacional pero ocurren en muchísimas provincias con gobiernos radicales, con gobiernos centristas, o vecinalistas o provinciales, como quieran, pero pongo el ejemplo nacional. El presidente tiene todo el derecho de nombrar periodistas y criticar y dar su opinión. Ahora, el presidente debe ser conciente de la absoluta desproporción que existe cuando un presidente habla contra un periodista, por más importante que ese periodista sea, por el nivel de recursos económicos, por el nivel de repercusión pública ,por lo que significa la autoridad presidencial en la Argentina. Un pequeño y cortito detalle personal. Yo participé de un programa que fue levantado en América en épocas de Carlos Menem cuando el dueño del canal era Eurnekian. Se llamaba “Sin Límites”. Se hizo famoso por la denuncia de la pista de Anillaco. Trabajábamos cuatro periodistas. Se levantó ese programa en una censura directa y recuerdo que el presidente Menem, desde una posición oficial, dijo que nosotros los cuatro periodistas a los que nos había levantado el programa éramos ladrones y pagados por la oposición. Yo no me olvidaré jamás, mi madre me llamó llorando, diciendo que estaba toda la familia conmovida, asustada, temerosa, para mi había sido una agresión de las más que hay en un debate público, apasionado, pero, digo, como lo vive una persona cotidiana cuando no está acostumbrada a esta situación, cuando un presidente se refiere a un periodista. La senadora Kirchner ha nombrado críticamente acusando con su dedo a periodistas que ganan $1200, a periodista que se ganan la vida, que viajan todos los días en colectivo y que ganan $1200. Hay una desproporción fenomenal y que no resiste el menor análisis.
Lo último, y que tiene que ver con una preocupación está muy ahora en el debate público en la radio, en la televisión y en los medios que es la violencia en el deporte y en todo el ámbito de la sociedad. En los últimos tres grandes acontecimientos donde hubo escándalo, el 17 de octubre en San Vicente, en el Hospital Francés las patotas y cuando fue la elección en Misiones, nunca antes desde el 83’ se le pegó trompadas, patadas y palazos a tantos periodistas en simultáneo. En los tres lugares. En el Hospital Francés, 12 periodistas. Nunca se robó tantos celulares y grabadores a periodistas y nunca se rompieron tantos equipos de filmación. ¿Ustedes vieron gigantescas denuncias de los organismos de prensa sobre estos temas? E insisto, no hay antecedentes en la democracia de que haya ocurrido una situación semejante. Y esto que ha ocurrido con los periodistas deportivos en la cancha del estadio de La Plata, el tema de Gimnasia, creo que también responde a ciertos clima de época cuando una genera circunstancias violentas mucha gente se prende.
Y lo último y ahora si y juro que es verdad, otra novedad del kirchnerismo es convertir a la SIDE en una productora de contenidos periodísticos. Un hallazgo, un alarde de creatividad que no se conocía pasó por ejemplo con el caso de descubrimiento que Juan José Álvarez había sido agente de la SIDE, pasó en otras circunstancia pero la más fuerte fue esa. Es un tema para otro debate, me está haciendo callar María O´Donnell, ella es la autoridad en la mesa así que muchas gracias y disculpen que me distendí en el tiempo.

María O´Donnell

Bueno una anécdota que voy a colar sobre Noticias y Pepe Albistur que es el secretario de medios que es el que distribuye la pauta. Un día lo entrevistaron, hace muy poquito en Radio Mitre un día que yo no estaba en el programa, a propósito porque no estaba, y le preguntaron porque no le ponía pautas a Noticias y contestó: “porque no tengo ganas”. Me pareció muy revelador de cómo se concibe la pauta en el gobierno nacional. Y hablaba Alfredo el tema de la concentración en los medios y Guillermo Mastrini acaba de presentar un trabajo interesantísimo que se llama “Periodistas y magnates” que es un relevamiento sobre medios en América Latina que hizo el Instituto de Prensa y Sociedad, lo escribió junto a Martín Becerra. Es un trabajo espectacular que les recomiendo y me parece que justo le dio el pie a Guillermo para entrar en su tema.

Guillermo Mastrini

Gracias, buenos días. ¡Justo que no pensaba hablar de concentración hoy! Dije, es mi oportunidad para no hablar de concentración, para hablar de otros temas, pero bueno alguna referencia haremos.
En primer lugar, quiero agradecer a la ADC por invitarme a participar en esta mesa. Quiero felicitar a la ADC por esta iniciativa, creo que desde hace tiempo la ADC viene mostrando un importante interés y una valentía en trabajar un tema que en general no se trabaja que es el tema de la comunicación. Desde mi punto de vista existe un fuerte retraso en la sociedad civil en preocuparse por el problema de la comunicación. El interés de la ADC en estos temas no es nuevo, tenemos un documento sobre la televisión pública, otro documento sobre el acceso a la información y este sobre la publicidad oficial. Así que creo que hay una continuidad en el trabajo que creo que es sumamente interesante, digamos, implica, desde mi punto de vista, para una organización no gubernamental que en la cual es importante salir en los medios, también es importante discutir sobre los medios, lo cual tiene una dosis de valentía interesante y también nos muestra que si bien los medios son poderosos, no es imposible criticar y cuestionar en alguna medida el rol que tienen los medios en la sociedad, esto en una proporción lógica. Pero creo que esto es un punto, el tema de abordar desde la sociedad civil los grandes problemas que tenemos en materia de organización de la comunicación en la sociedad argentina. Muchos ya fueron planteados por Norma y por Alfredo.
Yo, en relación al documento, quería señalar cinco cosas puntuales. En primer lugar, destacar una metodología que ya han repetido que para mí es sumamente importante, que es presentar un diagnóstico y una segunda instancia de propuestas. Creo es interesante en la Argentina trabajar desde esta metodología, es decir, hacer un diagnóstico, un mapa de la situación para después una vez hecho el mapa, pensarlo y ver que se puede proponer concretamente en la línea que expresó Roberto Saba en el inicio, decir esto no es una ley sino un conjunto de propuestas, después los responsables, nosotros no somos los responsables, solamente estamos sugiriendo y presentando algunas líneas de acción.
En segundo lugar, el documento implícitamente hace algo, que para mi es muy interesante que es rescatar la necesidad de regular. Digo esto porque durante muchos años, específicamente diez y más de diez, en la Argentina predominó el discurso de la desregulación, ¿no? Que desde mi punto de vista no es más que una estrategia semántica bastante mítica por otra parte, utilizada como máscara para regular en otro sentido, quiero decir, aquí se habló mucho que se desregulaba cuando en realidad lo que estaba ocurriendo era una nueva regulación que cambiaba la orientación general del estado en otro sentido, pero si nosotros analizamos por ejemplo en materia de comunicación no cabe duda que el que más reguló la comunicación desde el año ‘83 en adelante fue Menem, entonces, bajo el argumento de no que no había que regular, hubo una fuerte re-regulación de la comunicación que traía además que cualquier regulación sobre los medios de comunicación era mala. Estaba esta paradoja, se iba modificando toda la estructura regulatoria bajo el discurso de que cualquier intervención del estado sobre la comunicación era mala. Creo que aquí se plantea que se puede regular sacándole un pequeño discurso que aparece que cualquier intervención regulatoria del Estado es mala porque es autoritaria, porque implica de nuevo el control de Luis XIV sobre la prensa y yo creo que este documento es muy importante porque explica que no toda intervención implica un control autoritario. Se hace, digamos que es normal que en todos los países del mundo los medios informen sobre su situación económica, esto no quiere decir que tengan que dar precisiones que puedan afectar su política competitiva, porque lógicamente cada empresa preserva sus posiciones competitivas, pero una mínima información sobre su situación financiera…de hecho las empresas que cotizan en bolsa están obligadas a presentar sus balances y no por eso dejan de existir. Yo creo que este es un elemento también importante de incluir. Entonces, transparencia, pero transparencia de la comunicación, yo creo, del conjunto de la comunicación.
Y el último punto es que este documento plantea desafíos para adelante. Como decía al principio, yo creo que es importante que la sociedad civil se involucre en los temas de la comunicación. Creo que si tenemos la ley de la radiodifusión de la dictadura todavía es porque también, en alguna medida nadie reclama esto o porque muy poca gente reclama, no voy a decir nadie porque hay gente que está activa en este tema pero convengamos que el costo político de mantener la ley de radiodifusión de la dictadura todavía es notoriamente bajo. Entonces yo creo que aquí hay un desafío planteado por este tipo de documentos que es involucrarnos más en los temas que afectan a la libertad de expresión.
Y yo, finalmente, no puedo evitar cierta polémica sobre qué es defender la libertad de expresión. Yo creo que la verdadera amenaza a los temas de la libertad de expresión está en lo que no se habla mucho más que en lo que habla porque convengamos que, y compartiendo los puntos de que expresó Alfredo recién, de estos al menos algo se habla, con limitaciones pero se habla, con problemas pero se habla, con temores pero se habla, se puede sacar un documento como este. Hay mucho temas de los que en la Argentina no se habla y yo creo que también tenemos que empezar a buscar ahí, en los temas que no se habla y yo creo que es un buen momento y que este documento en ese sentido es provocador de algo que en alguna manera se ha señalado aquí de una gran debate de cómo se ejerce el periodismo hoy, porque me parece que hay muchos temas que este documento nos obliga a pensar en el sentido de porqué no se dicen ciertas cosas. Algunas pueden estar vinculadas a la concentración de la propiedad pero no creo que sea sólo la concentración, creo que es un mercado laboral hoy sumamente complejo y con un fuerte poder de algunos grupos mediáticos que tienen capacidad de establecer una agenda bastante precisa. Entonces, yo quiero decir que… intento buscar un ejemplo… podríamos decir que la amenaza de la libertad de prensa tiene como dos vectores máximos, por un lado Luís XIV y por otro la tiranía del mercado. Bueno no sólo hay que buscar por el lado de Luis XVI me parece, creo que es importante desenmascarar a Luis XIV, no quiero decir que no sea importante desenmascarar a Luis XIV pero no es el único elemento y creo que a veces hablamos menos de lo que pasa en la tiranía del mercado y resulta un poco más fácil hablar de Luis XIV y yo creo que ahí hay todo un debate pendiente sobre qué ocurre con los otros elementos que restringen a la libertad de prensa y que tiene que ver en todo caso con algo que planteaba recién Alfredo: ¿por qué no hay escándalo? ¿Es porque Luis XIV consigue impedir el escándalo o porque acuerda con el otro para que no haya escándalo? No tengo respuesta a eso, lo dejo tal vez para el debate. Gracias.

María O´Donnell

Bueno, finalmente Ricardo ha llegado tu turno.

Ricardo Gil Lavedra

Bueno, muchas gracias. A mi me gustaría comenzar con un triple agradecimiento por haberme invitado en primer lugar y por poder compartir este panel tan prestigioso y también un agradecimiento como ciudadano a la ADC porque en realidad la posibilidad de debatir y discutir estos temas de interés general resulta sumamente relevante en la Argentina de hoy y en cualquier otro país que quiera consolidar sus sistema democrático. El objetivo del encuentro es la presentación del libro acerca de las pautas, de los principios básicos que debe regir la publicidad oficial y tengo para mí, quiero hacer otra aclaración previa, luego de haberlo leído me da la sensación de la obviedad, es decir que todo cuanto diga ya está reflejado de una u otra manera en este documento como en los anteriores de la Asociación por los Derechos Civiles. Por lo cual me gustaría centralizarme en algunos comentarios breves apoyando alguna u otra de las posiciones dentro del marco abierto que deja el documento.
Por supuesto, mis compañeros de panel han hablado de libertad de expresión en general y muchísimos de los peligros que la acechan. Para tratar de circunscribir un poco al tema que nos ocupa, me gustaría enfatizar tres cosas. ¿Por qué esto es importante? ¿Es verdaderamente importante que estemos discutiendo estos temas de libertad de expresión? ¿Cuál es el punto específico que nos convoca hoy? ¿Cuáles podrían ser las vías de solución? Todos dirían que la libertad de expresión es importantísima, insustituible pero en realidad yo creo que pocas veces se pone el suficiente acento en que la libertad de expresión es una precondición de cualquier sistema democrático. Cualquiera sea la idea que uno tenga sobre lo que es la democracia, si es un procedimiento a través de elecciones libres y competitivas para cambiar un gobierno, hace falta libertad de expresión porque hace falta estar informado para votar y para poder elegir. Si uno piensa que la democracia es algo más y se justifica en sí misma, como por ejemplo, quienes piensan que la democracia se justifica por su valor deliberativo, por la discusión pública que la acerca mucho al discurso moral, obviamente no puede haberla sin libertad de expresión. En consecuencia, libertad de expresión y democracia son término indisolubles y esto supone la posibilidad del más amplio flujo de informaciones, ideas y de opiniones. El debate público abierto, desinhibido que es la fórmula tradicional que viene de la jurisprudencia americana porque la libertad de expresión ya no está concebida hoy en día en su sentido clásico como la coraza protectora del individuo que iba a una plaza, se sentaba, armaba una tarima y se ponía a discutir y dar sus opiniones. En consecuencia, se decía, nadie debe interferir con la posibilidad de que se emita esta opinión. Hoy en día, a la libertad de expresión se la entiende también en un sentido colectivo como el derecho a la sociedad para poder autogobernarse. No se podrá autogobernar sin opinión y no se podrá autogobernar sin información y esto hace necesario que, repito, todo lo que ensanche el debate público, todo lo que promueva la mayor cantidad de voces, la mayor cantidad de opiniones sobre la mayor cantidad de los temas será lo que le dé la verdadera fortaleza a un sistema democrático. Esto ha cambiado la concepción del Estado, que era lo que decían mis compañeros de panel. Ya no es el Estado que inhibe la expresión, que la censura, que persigue a los periodistas, los mete presos, clausura los establecimientos. Hoy puede haber formas de ingerencia más larvadas y por otro lado ha cambiado la posición del Estado.
Dicho de otro modo, y acá no lo vamos a tocar sino muy ligeramente, la libertad de expresión tampoco es neutralidad del Estado porque la libertad de expresión tampoco puede llevarse fácilmente con las reglas del mercado. El mercado puede ser un procedimiento, un sistema eficiente de distribución de servicios y de productos pero no así de informaciones e ideas porque hay distorsiones y fallas propios del mercado – la concentración de los medios, poder económico, etc.- que pueden sin duda afectar un funcionamiento de lo que hace este mercado de ideas, y en este sentido se dice que le corresponde al Estado la posibilidad de corregir estas fallas de mercado dando la posibilidad de que tengan más voz a aquellos que no la tienen, amplificando también los canales de expresión de la sociedad.
Pero tampoco el Estado puede influir en los contenidos de la expresión y a esto apunta lo que nos encuentra. Es decir, a través de sus medios, la concesión de las licencias, impuestos, reglamentaciones y sin duda la publicidad oficial, el Estado puede influir en el contenido y aquí me quiero detener porque este es el punto. Cuando se dice que la publicidad oficial puede funcionar como censura indirecta es cuando la publicidad oficial puede determinar contenidos, cuando la publicidad oficial puede establecer premios o castigos que puedan modificar los contenidos de las expresiones de prensa en su más amplia especie. Y en ese aspecto, no cabe duda de que cuando el Estado maneja enormes fondos para difundir su actividad, estas cosas pueden suceder. La investigación que hizo la ADC en varias provincias argentinas, la práctica, la realidad que vemos también en el medio nacional, nos indica que la utilización de los fondos públicos para la publicidad oficial puede determinar contenidos y de esa manera pueda condicionar o distorsionar las voces en el mercado de ideas.
¿Cuáles son los caminos que nos propone la Asociación para tratar de solucionar esta cuestión? Presenta este documento que trae una serie de principios básicos. Que haya una ley. ¿Cuál es el contenido de la publicidad oficial? Que esta no sea discrecional, que haya pautas, la descentralización en la toma de decisiones, la transparencia y el control externo. Y estoy de acuerdo en todas ellas. Me gustaría hacer acento en dos puntos en particular. Hay que recalcar que cuando se habla de publicidad oficial no es propaganda oficial. Publicidad oficial responde al principio de la publicidad de los actos de gobierno de cualquier sistema republicano, es decir, la difusión de las políticas, programas, promoción de derechos, campañas etc. que es necesario que hagan los gobiernos democráticos. En consecuencia es la publicidad de cuestiones de interés general, repito, no es propaganda. La ley, la necesidad de que haya una ley que regule esto y que la ley también establezca ¿qué es la publicidad?, esto me parece que es un avance importante. Cuando el documento habla de la descentralización en la toma de decisiones, esta es una pauta que me parece un poco nebulosa. ¿Qué quiere decir descentralización? Me parece que cuando se habla de descentralización lo que se quiere apuntar es que no se concentre en una persona tres elementos claves, la campaña, los fondos y la asignación de la pauta. Así que más que descentralización yo diría división de las funciones y cuanto más haya profesionalización y que estos ingredientes, campaña, fondos y asignación de pautas esté a cargo de entidades independientes o entidades con responsabilidad independiente mejor aún.
Un tema muy difícil, todo el tema dice, bueno pautas objetivas, pautas objetivas de distribución de la publicidad oficial ¿Y que significa pautas objetivas? Y acá hay que distinguir, y el documento lo hace, es deseable que se distinga claramente lo que es publicidad oficial de lo que es subsidio. Digo lo que es subsidio porque el Estado puede querer y probablemente tenga también el deber de subsidiar determinadas expresiones que de otra manera no podrían tener cabida y esto también es un remedio para la concentración de los medios etc., pero no es bueno que esté mezclado el subsidio con la publicidad porque responden a propósitos y objetivos diferentes. La publicidad es la difusión de actos de gobierno, el subsidio es apoyo a determinados objetivos para ampliar el marco del debate. En lo que hace estrictamente a la cuestión de la publicidad o de la difusión, hay muchos mecanismos en lo que tienen que hacerse en función de la eficacia, del impacto, los que tengan mayor tiraje, bueno yo creo que pueden haber métodos combinados. Hay legislaciones comparadas donde tal vez el sistema es combinado. Un porcentaje que se reparte igualitariamente y un porcentaje que en función de la eficacia también de la difusión que se mide tal vez por tiraje, por la medición también que tengan los programas, por visitas en el caso de Internet, etc.
Pero acá hay otro punto. Decimos que la publicidad del Estado muchas veces tiene una influencia notable en los medios. Si queremos evitar que la publicidad influya en el contenido tiene que haber un tope, la publicidad oficial no puede exceder un determinado límite porque cuando importa la subsistencia del medio, ese medio no es independiente, y un medio que no es independiente no es un medio, el periodismo que no es independiente no es periodismo. En consecuencia, creo que es importante que exista un tope máximo en función de la cantidad de ingresos de publicidad del medio de que se trate. Bueno ustedes dirán transparencia, control, estamos de acuerdo.
Ahora, se decía acá en la mesa, todo esto me parece fantástico me parece de actualidad, es una cruzada noble pero ustedes dirán, en que contexto esto sucede. Yo creo que la Argentina ha avanzado mucho en materia de libertad de expresión y es muchísimo mas lo que le falta por desarrollarse. Estamos hablando de regular las pautas de publicidad oficial en un país donde todavía se compran los votos. Estamos hablando de establecer una ley que regule cuales serian los porcentajes en un país donde la opacidad y la discrecionalidad en los manejos de los fondos públicos es la regla. En un país en el cual los gobernantes entienden que el manejo de los fondos del Estado son fondos propios y que los pueden utilizar a su antojo y que este manejo de los fondos no está sujeto a controles. Bastan poquísimos ejemplos, lo que pasa con los superpoderes para la asignación de la ley de presupuesto y que la soberanía popular se ve burlada para ver donde asigna los gastos. La aparición de los fideicomisos que cuando se comience a revelar lo que ocurre va a ser un escándalo extraordinario. Fideicomisos que adjudican obras sin licitación, fideicomisos con licitaciones con empresas que no están constituidas, porque por supuesto en toda esta gama de fideicomisos donde se está canalizando casi veinte mil millones de dólares, en este presupuesto que va a salir en el 2006, están excluidos los controles presupuestarios. En fin, ustedes dirán publicidad oficial, más en la campaña porque no es propaganda. Hay una regla expresa en el código electoral en el que dice que durante la campaña electoral ningún funcionario puede realizar actos que establezcan orientación de sufragio. Esto es ridículo, cuando la campaña electoral del año pasado, no solamente se hacían actos todos los días y el gobierno decía hago propaganda ¿y qué? con manejo de fondos públicos.. Todas estas cuestiones sin dudas pueden crear un clima de escepticismo. Un país que no ha conseguido sancionar la ley de acceso a la información, que no es del Estado ni de los funcionarios, la información es información de los ciudadanos y los ciudadanos no han conseguido que se sancione una ley que les permita acceder a la información que está en poder del Estado que es propia.
De todas maneras, es necesario seguir luchando en este camino, tengo la sensación que la cuestión va a cobrar mucha actualidad en los próximos tiempos, está por salir un fallo de la Corte Suprema sumamente trascendente en el caso de el diario El Río Negro contra la provincia de Neuquén, en el cual a raíz de publicaciones en el diario, la provincia le cortó de cuajo todo tipo de publicidad oficial. Está por expedirse la corte y creo que con la sanción de la ley que todos saludamos de la reducción del número de miembros de la Corte el caso este puede salir rápidamente porque rápidamente se va poder formar mayoría, esto va a impactar sin duda en el ámbito nacional. Se han dado acá ejemplos del ámbito nacional, el ejemplo de Perfil seguramente es el caso extremo, se dio el ejemplo de Rudy Ulloa. Sin ir más lejos también la asignación caprichosa a Página/12 que es medio gráfico que recibe en segundo lugar después de Clarín sin justificación ninguna ni por tiraje ni por nada. Pero bueno, es importante continuar luchando en estos temas porque en la medida en que se pueda crear conciencia ciudadana acerca de que los gobernantes restringen o distorsionan los derechos que son nuestros, que nos pertenecen a todos, va a ser el único camino para algún día poder establecer una democracia con otras reglas y funcionamientos. Muchas gracias.

María O´Donnell

Muchísimas gracias y tenemos todavía como una media hora para poder establecer el debate así que, ¿alguien quiere hacer una pregunta?

Audiencia

Me voy contento por que me vine de José C. Paz, a 35 kilómetros, quince estaciones de ferrocarril para poder hablar dos minutos y un poquito más. Creo que estamos equivocando un poco la cosa: a grandes males grandes remedios. Acá se ha expuesto acotadamente todas las falencias, toda la podredumbre de este gobierno y de otros también. Acá el problema es mucho más amplio, es mucho más profundo, de mucha más responsabilidad. Es un problema ecológico, es el país, son los representantes; digo los “representantes” por que me cuesta mucho decir “dirigentes del país” por que si digo “dirigentes” tengo que asimilar que yo estoy dirigido y al contrario somos nosotros los del plenario los que les damos las indicaciones a los de arriba. Hace poco me tuvieron dos horas en el Anses. Fui a todos los diarios y Perfil fue el único que me publicó una carta de ciento veinte renglones con una angosta desde luego. He tenido mis padecimientos, he pasado información respecto del periodismo a muchos entes, a Carrió, a la diputada Norma Morandini; en fin, a otros sectores más. ¿Por qué no pedimos la autonomía para establecer las pautas? ¿Qué hacemos con la ley de educación que damos el seis por ciento del producto bruto? ¿Por qué no dijeron el sesenta? Total dentro de cincuenta años recién se va a completar. Entonces, muchas gracias a todos. He venido convocado aquí por un avisito de Clarín y me vuelvo a Jose C. Paz muy reconfortado. Muchas gracias.

Marta Morandini

Yo le agradezco muchísimo. Su necesidad de expresión es la necesidad de todos los seres humanos y yo quiero compartir con ustedes una anécdota para ver como podemos crecer de esa anécdota. Está Cristina Mucci aquí, que realizó un documento semejante al que estamos tratando que fue el de los canales públicos- no el del gobierno- para el cual trabajamos muchísimo de la misma forma que fue trabajado este documento. Llegamos con ese documento y yo tuve que llevárselo a Alberto Fernández. Cuando se hizo la presentación del documento en la Feria del Libro estaba Cristina Mucci, el país vivía un idilio con Kirchner, y yo había escrito en la Revista Veintitrés una columna en la que hacía una carta abierta al presidente de como quiero que sea ATC con todo lo de siempre, que no sea de gobierno etc., etc., etc. Lo que más me impresionó en la audiencia fue que la gente estaba enojada conmigo, es decir, yo estaba poniendo palos en la rueda a este presidente que empezaba con tanta ilusión. Entonces, yo insisto en que lo que tiene que venir es al revés: en la medida en que la ciudadanía no tome consciencia y cuando digo ciudadanía digo los periodistas. A mí me entusiasma ver que cada generación va incorporando nuevos luchadores. De otra manera no se va a poder hacer. Por eso insisto tanto en que, en la medida que no democraticemos a la sociedad va a ser muy difícil que pueda tener un efectivo, es decir, que estos documentos influyan. Tenemos que ser creativos, tenemos que presionar a los legisladores. Parece natural que se haga presión a escondidas de los grandes intereses y sin embargo tenemos que aprender a presionar de manera creativa, sumarnos y que las organizaciones no gubernamentales rompan un poco un prejuicio que sigue existiendo en relación al estado. Nada más.

Marcela Valente

Mi nombre es Marcela Valente, de Interpress Service. Yo quería preguntar a la diputada y también a Roberto Saba como representante de la ONG que presenta la propuesta: ¿qué posibilidades de consenso ven que pueda tener esto en el Parlamento, es decir, está dando vueltas en la Cámara baja por lo menos o es un tema totalmente de la sociedad civil que no ha llegado a debatirse a nivel político

Marta Morandini

Yo creo que de alguna manera es lo que contesté antes. Creo que no hay ninguna posibilidad. Si piensas que la Comisión de Libertad de Expresión es una Comisión que primero no se reunió porque no tenia quórum, después no se reunió porque su presidenta renunció y fue al Gobierno de la Ciudad…. Sin embargo, para que no nos vayamos con desazón, yo creo que en la medida que se presione… te voy a dar ejemplos de cosas que se pueden hacer. Cuando fue la denuncia de que interferían en los e-mails o lo que pasó claramente en el caso de Santero… Yo soy vocal en la Comisión de Libertad de Expresión, o sea, no tengo autoridad (a no ser la autoridad de poder convocar a mis colegas y decirle “hablemos de estos temas”). Se convocó una reunión extraparlamentaria dentro del Congreso, pero fuera de la Comisión y gracias al impacto que tuvo, que el tema se puso a la opinión pública. Casi los ocho proyectos que había sobre delitos informáticos, pudo salir la ley. Entonces, yo no creo que no se pueda presionar, pero ahora como está este Congreso, reducido el número y que el número se hace sentir en la prepotencia de las mayorías, no ninguna posibilidad. Sí estoy segura de que si aparece en los medios, en la medida que podamos debatir, aumentar, magnificar y ampliar estos debates vamos a poder influir en el Congreso.

Roberto Saba

Gracias Norma. Voy a ser muy breve porque hay varias personas que quieren hablar. Les pido que levanten la mano así los podemos identificar para alcanzarles el micrófono. Sólo para darles el micrófono es la identificación.
Nosotros, por supuesto, somos optimistas, quizás patológicamente optimistas. Por eso estamos haciendo este trabajo. No estamos mirando sólo al Congreso Nacional en este momento; lo mismo nos pasa con otras leyes e iniciativas como la de acceso a la información. No somos optimistas en el corto plazo de que estas iniciativas avancen a nivel nacional pero no estamos mirando sólo a nivel nacional. Esta propuesta, es una propuesta como bien dijimos al principio, de contenidos mínimos, de una regulación que puede ser tomada a nivel provincial, municipal o nacional. Por ejemplo, una experiencia similar que hemos hecho con respecto al acceso de la información está dando sus frutos en muchas legislaciones más locales, municipales y provinciales en donde se está avanzando.
Por lo tanto, no vemos esto como situación de fotografía de qué pasará a nivel nacional mañana, sino como en un proceso en donde se está instalando una discusión que nos parece necesaria y estamos haciendo los deberes para el momento de la oportunidad. Como dice Norma, hay momentos en los que se da una oportunidad política de regular estas cuestiones que son resistidas en general por los gobiernos, pero si en ese momento no están hechos los deberes es muy difícil decir que podamos contar con la decisión. Yo creo que generar un debate público, estructurar la discusión en un sentido muy concreto que no sea sólo una queja por la situación, sino que haya datos, que haya números y que haya propuestas nos coloca en una situación ideal para el momento en que haya una oportunidad, que la va a haber. ¿Alguien pensaba que iba a haber una propuesta de reducir la corte a cinco hace dos semanas? No, pero ese es un trabajo que hace mucho tiempo, varias organizaciones estamos proponiendo que se lleve adelante. Creo que hacer los deberes, creo que hay una frase de Picasso que decía, “las musas existen pero te tienen que sorprender trabajando” así que si en algún momento llegan, nos tienen que sorprender trabajando.

Gustavo López

Una pequeña reflexión aprovechando algo de experiencia por la que he pasado. En principio me presento. Mi nombre es Gustavo López yo fui interventor del COMFER en el gobierno de la Alianza y Secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad hasta marzo de este año. Además, soy docente, periodista y abogado: todos los defectos juntos. Creo que la regulación de la pauta publicitaria oficial hace a la calidad institucional, claramente, como también hacen a la mala calidad institucional, las reelecciones indefinidas, la renovación indefinida de licencias de radio y televisión, entre otras cosas. Todo eso hace a mala calidad institucional, pero me quedo con algo que dijo Mastrini y que es: Luis XIV, pero también los poderes. Así como los grandes medios enfocaron una parte la mala calidad institucional, que era el tema de la reelección en Misiones, obviamente nada se dijo porque eran beneficiarios directos de la prórroga por diez años de todas las licencias de radio y televisión. Entonces simplemente dar tres pequeños ejemplos de cosas que me han pasado, lamentablemente. Roberto Saba fue un gran defensor de los artistas cuando fue el conflicto con León Ferrari, presionaron a todas las empresas que publicitaban en el Centro Cultural Recoleta para que levanten la publicidad y esto no fue una presión del gobierno sino que fue una presión concretamente de la Iglesia, entonces uno a veces no cree que la presión deje de existir pero sí que existan mecanismos regulatorios para que esa presión que siempre, lamentablemente, va existir incida lo menos posib

loading...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *