Noticia aparecida en ecoportal Net en el año 2004

Ojo por ojo, y nos quedamos ciegos. Una revancha inmoral Las dos caras de la moneda, pero sólo una identifica la barbarie del hombre. La venganza contra los perros sueltos no conoce límites. Atados y expuestos en los alambrados por manos anónimas pero humanas, fue encontrado un grupo de canes en el camino a la estancia José Menéndez. Se desconoce si los responsables tuvieron piedad como para matarlos primero, o los dejaron morir de este modo.

Río Grande.- Qué hacer con los perros que atacan a los animales sueltos por el campo en busca de comida es una pregunta que encontró una respuesta macabra este fin de semana.
Mentes anónimas pero humanas -más oscuras que iluminadas- habrán pensado que una masacre puede justificar otra, y decidieron deshacerse de un grupo de perros atándolos de los alambrados en el camino que conduce a la estancia José Menéndez, a unos 200 metros de la entrada, dejándolos morir.
Las imágenes de los canes fueron registradas por el periodista Armando Cabral alrededor de las 17 horas del sábado -a quien le agradecemos por haberlas facilitado a este medio- durante un paseo circunstancial con la familia, tal como es costumbre en los vecinos de la ciudad.
El espectáculo -más que intimidar a otros perros, como pretendían los señores feudales al empalar seres humanos y exponerlos como trofeo de sus conquistas- llena de estupor e impotencia a los niños y adultos forzados a presenciarlo.
Paradójicamente, ganado y perros, se unen en el mismo escenario, víctimas de la desidia y la crueldad de la única especie capaz de matar por placer y no por supervivencia.
Río Grande.- Qué hacer con los perros que atacan a los animales sueltos por el campo en busca de comida es una pregunta que encontró una respuesta macabra este fin de semana.
Mentes anónimas pero humanas -más oscuras que iluminadas- habrán pensado que una masacre puede justificar otra, y decidieron deshacerse de un grupo de perros atándolos de los alambrados en el camino que conduce a la estancia José Menéndez, a unos 200 metros de la entrada, dejándolos morir.
Las imágenes de los canes fueron registradas por el periodista Armando Cabral alrededor de las 17 horas del sábado -a quien le agradecemos por haberlas facilitado a este medio- durante un paseo circunstancial con la familia, tal como es costumbre en los vecinos de la ciudad.
El espectáculo -más que intimidar a otros perros, como pretendían los señores feudales al empalar seres humanos y exponerlos como trofeo de sus conquistas- llena de estupor e impotencia a los niños y adultos forzados a presenciarlo.
Paradójicamente, ganado y perros, se unen en el mismo escenario, víctimas de la desidia y la crueldad de la única especie capaz de matar por placer y no por supervivencia.-EcoPortal.net

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