Respecto del resultado de las elecciones en la provincia litoraleña, el edil manifestó: “Creo que es un golpe de aire fresco a la democracia argentina. Me parece que el símbolo del hartazgo se expresó en misiones como nunca, y a partir de misiones hay un día después para la argentina, y fundamentalmente para la dirigencia que sigue sin entender que la concentración de poder, que la reelección indefinida y que la búsqueda del poder a través de cualquier herramienta y mecanismo perverso se están agotando. Vimos una muestra clara de la ciudadanía y de una dirigencia multisectorial que arranca sintetizando el obispo Piña con una posición de no apetencia electoral, de no tener intenciones de pegar el salto a lo político. A través de esa intención de sumar esfuerzo, las diferentes organizaciones sindicales, políticas y sociales se han movilizado y encontraron una esperanza”.
Longhi también consideró los alcances Nacionales y Locales de la situación ocurrida el fin de semana, y expresó: “Me parece que Misiones tiene su correlato en las demás provincias, donde la dirigencia tradicional de los partidos mayoritarios en muchos casos busca perpetuarse en el poder. Bien se parece Martín a Carlos Rovira, el Gobernador de Misiones. Se dio esta rara coincidencia en la cual el Intendente Martín, al igual que sucedió en Misiones, promovió la redacción de la Carta Orgánica cuando lleva su séptimo año de mandato como Intendente, para garantizarse la posibilidad de re-reelección. Para muchos de nosotros la Convención era necesaria para actualizar y modernizar la ciudad, pero para Martín es la herramienta perfecta para poner en la Carta Orgánica la posibilidad de un nuevo mandato.
Me parece que el mensaje de lo que pasó en Misiones es más que contundente. Es un hecho para felicitar a la comunidad de Misiones que nos ha dado una esperanza a todos los argentinos, que nos ha enseñado que es posible, si los que nos consideramos militantes o dirigentes de un espacio político tenemos la madurez de poder acordar con otras organizaciones puntos de encuentro, empezar a dar una pelea franca contra la corrupción, la concentración de poder y el autoritarismo. El desafío está ahí, en poder hacer este paralelo entre Misiones y Río Grande, justo en esta semana que nuestra ciudad esta transitando un momento histórico para sus destinos. Este mensaje contundente del pueblo Misionero, que tranquilamente puede ser el pueblo riograndense, tiene que hacer desistir a Martín de sus intenciones re-reeleccionistas. Sino, la comunidad se va a expresar mas tarde o mas temprano y no solo en las urnas, sino en todos los lugares donde tenga la posibilidad de hacerlo.
Longhi continuó: “Si la comunidad de Río Grande todavía no se ha expresado claramente, tiene que ver con esta imposibilidad que tenemos a veces de sentarnos a coincidir y decirle basta a esta dirigencia obsoleta que lo único que quiere es perpetuarse en el poder a cualquier precio y con las herramientas que tenga a la mano. Para mi ayer fue un día de festejo. Anoche hablamos con mi familia de este tema y les pude decir a mis hijas que es posible este cambio, que es posible que una ciudadanía apueste a la dignidad contra la compra de voluntades. Por otro lado, me parece que ese mensaje tenemos que trasladarlo a la ciudad; tenemos que abrir el debate de que es lo que queremos. Independientemente de las calidades personales de quienes nos gobiernan hoy tenemos que poder quitarle el nombre y apellido a las normas que nos regirán las próximas décadas, y trabajar en función de esa democracia incipiente para reforzarla. La única herramienta que tenemos para mejorar la calidad de las instituciones es que la comunidad se involucre como lo ha hecho en Misiones, y que le pierda el miedo a la extorsión y a la compra, que prevalezca la dignidad, porque cuando llega el momento de poner el voto en la urna es la conciencia y uno, no está el puntero, el gobernador, el patovica, el intendente que va a estar controlando la bolsa de comida, los doscientos pesos, la combi que esta esperando afuera o la promesa de un trabajo y una mejor calidad de vida que nunca llega. En realidad, ese momento histórico donde la dignidad se encuentra con uno mismo frente a la decisión es el momento del cambio. Y Misiones nos dio la lección, nos dio una alegría muy grande y la esperanza de que es posible en Río Grande avanzar sobre cualquier tipo de acuerdo, avanzar sobre cualquier tipo de estafa a la comunidad y poder plantear en la Carta Orgánica una apuesta fuerte a la alternancia en el poder, que es un mecanismo que permite mejorar la calidad de la democracia que tenemos. Yo lamento muchísimo que nuestra dirigencia mayoritaria sea tan poco autocrítica, tan poco dispuesta al cambio, y que tenga tan poca oreja puesta en el pueblo que es el soberano y que nos va a poder permitir corregir permanentemente nuestros errores. Ojalá este día nos llegue también a nosotros, pero hay que ayudar a este proceso, y en ese proceso de ayuda vamos a estar desde el lugar que nos toque, intentando que no tengamos un Rovira en Río Grande. Ya hemos tenido varios Rovira en nuestra provincia, y no podemos permitir que haya uno en nuestra ciudad. La forma de hacerlo es que prevalezca la dignidad como ha sucedido con el pueblo Misionero, que prevalezca el coraje para comenzar a producir un cambio profundo que todos reclamamos en cada esquina, en cada escuela, en cada cola se supermercado. Pero para que este hecho se produzca hay que dar ese paso de dignidad, y ese paso de dignidad es movilizarnos y comprometernos, es hacerle saber a los 14 convencionales que este pueblo no esta dispuesto a permitir la concentración del poder independientemente de la calidad personal de quienes nos gobiernan hoy, independientemente de si esa persona quiere continuar trabajando por la ciudad. Debemos entender que hay un mecanismo natural que es la alternancia en el poder, que esto fortalece, que esto mejora la calidad de las instituciones democráticas y la calidad de vida concreta de cada uno de los habitantes de Río Grande. Finalmente, Longhi expresó que “este también es un llamado de atención al Gobierno Nacional, que brindó todo el apoyo al Gobernador Rovira y se encontró con un pueblo que le dijo basta, que K no es sinónimo de omnipotencia, y que la última palabra la tiene siempre la gente.”
