Suben desde hoy los pasajes aéreos

Aumentan ahora un 10% y otro 10% dentro de 30 días; se subsidian rutas poco rentables y hay exenciones impositivas El Gobierno dispuso ayer un aumento en los pasajes aéreos para los vuelos de cabotaje de un 20%, al modificar las bandas regulatorias de las tarifas, y resolvió darles a las aerolíneas subsidios en rutas poco rentables. La frase de un directivo de la industria, que recurrió a términos de latín deformados mientras conversaba con LA NACION, expresa, casi a la perfección, la urgencia con que todo el sector aeronáutico esperaba el decreto 1012, publicado en el Boletín Oficial, que dispuso las referidas medidas: «¡Habemus decretus!».

El presidente Néstor Kirchner analizaba el alza desde diciembre. Pero ya su antecesor Eduardo Duhalde había firmado un decreto similar, nunca concretado, a fines de 2002.

El aumento tarifario, que se suma al dispuesto anteayer en los ómnibus de larga distancia, se aplicará, desde hoy, a la 0 hora, en un 10%, y se completará con otro 10% en 30 días. El decreto declara al sector en estado de emergencia, por lo que autoriza a la Secretaría de Transporte a decidir qué rutas deberán recibir subsidios. Hoy, no más de seis o siete destinos son considerados rentables por las líneas aéreas. Entre ellos, Córdoba, Mendoza, Iguazú y Bariloche.

Entre las medidas se incluyen exenciones en el IVA para el combustible en el mercado local, que hoy paga un 10,5 por ciento por ese tributo; al alquiler de aviones, y la contratación de seguros. Otros beneficios son la utilización de saldos técnicos de IVA para el pago de otros tributos y la eliminación de la norma que obliga a las empresas a contratar seguros en el país.

Costo para el fisco

El decreto contempla también algunos cambios, no especificados, en el Código Aeronáutico. Al respecto, una de las demandas de las empresas es la reglamentación que indica que los propietarios de las compañías tienen que ser argentinos.

¿Cuánto le costará la iniciativa al Estado? Algunos cálculos privados ubican las erogaciones en 500 millones de pesos por año. Sin embargo, a las aerolíneas les parece apresurado adelantar números. Anoche, en el Palacio de Hacienda no tenían aún precisiones.

En el sector valoraron, sin excepciones, la publicación del decreto. «Es un paso muy importante. Va a permitir levantar el mercado aerocomercial en la Argentina», se entusiasmaban anoche en Aerolíneas Argentinas, que tiene un 85% del mercado de cabotaje.

Carlos Asencio, presidente de Jurca, la entidad que agrupa a las aerolíneas internacionales que operan en el país, se sumó a los elogios: «Es una ayuda. Es algo que se recibe después de cuatro años». Y en LAN Argentina coincidían: «El decreto es un paliativo fuerte, aunque no sea la solución definitiva. La situación va a ser tremendamente más competitiva a partir de ahora».

La euforia alcanzó a los sindicalistas. Por ejemplo, Ariel Basteiro, de la Asociación del Personal Aeronáutico, manifestó que «hasta hoy, la tarifa para residentes, entre Bariloche y Buenos Aires, estaba en 180 pesos, más barata que el pasaje en coche cama, que cuesta 220 pesos. El nuevo esquema me parece lógico desde el punto de vista de lo que son las tarifas aéreas y sus costos. El anterior era absurdo».

El Gobierno tomó la decisión después de haberla analizado durante al menos nueve meses. Y siempre se dijo que el aumento estaba aprobado por Kirchner, pero que sólo el Presidente elegiría el momento de anunciarlo. Y el momento elegido fue uno bastante particular para el sector, mientras que el Gobierno intenta recuperar una parte en el capital accionario de Aerolíneas Argentinas y acaba de firmar una carta de intención, en Madrid, con la empresa, que pertenece al grupo Marsans.

Por otra parte, Antonio Mata, el socio que estorbaba en la relación de la compañía con la Casa Rosada por tener una mala relación con Néstor Kirchner, vendió ya su parte del paquete accionario.

La especulación en la industria es ahora que quizás el Gobierno, y más aún si otorga subsidios, tenga una mayor injerencia en Aerolíneas Argentinas.

«Eso no sería malo -contestaron en la compañía-. Es lógico, por ejemplo, que un gobernador que quiera tener más vuelos hacia su provincia pida un incremento en las frecuencias. A partir de ahora, si el Gobierno tiene dos directores en la empresa, va a ser más cómodo para nosotros, porque no vamos a tener que informarle sobre lo que pasa adentro: ellos tendrán información de primera mano, porque podrán meterse también en los costos. Hay que tener en cuenta que éste es un mercado regulado.»

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