Autorizaron una suba en pasajes de larga distancia

Desde hoy podrán incrementarse un 10% y en septiembre otro 15% El Gobierno se apartó ayer de la receta que aplica casi sin condicionamientos desde que asumió el presidente Néstor Kirchner: mantener congeladas las tarifas de servicios públicos, aunque eso signifique subsidiar una actividad.

Los beneficiados fueron los propietarios de las empresas de larga distancia de pasajeros, a quienes el Gobierno les autorizó a subir sus tarifas desde un 10% para las categorías más económicas hasta un 25% en los servicios más caros.

La medida, publicada ayer en el Boletín Oficial y dispuesta por la Secretaría de Transporte, se aplicará en dos tramos. A partir de hoy, a la 0 hora, los ómnibus de larga distancia podrán aumentar sus tarifas en un 10%, mientras que la segunda parte, que las incrementará un 25% en algunos servicios, entrará en vigor dentro de 30 días.

El transporte de pasajeros de larga distancia se rige, al igual que las tarifas de aviones, por bandas. Es decir que la Secretaría de Transporte autoriza a las empresas a que cobren el valor que quieran siempre que se mantengan entre el mínimo y el máximo fijado. Por lo tanto, y según conjeturan los empresarios del sector, las autorizaciones podrían no hacer efectivos los incrementos inmediatamente, sino que se aplicarían en épocas de temporada alta.

Las empresas de transporte de pasajeros de larga distancia, al igual que los colectivos urbanos, gozan de un régimen de subsidios al combustible. Las primeros pagan por litro de gasoil -para los usuarios particulares está alrededor de $ 1,45- 64 centavos, mientras que los dueños de los segundos abonan $ 0,44. A cambio, las tarifas permanecen congeladas desde 2002.

Una fuente de la Secretaría de Transporte consultada ayer por LA NACION dijo que «el Gobierno se cuidó de no tocar las tarifas de los servicios más económicos, es decir, aquellos que no tienen aire acondicionado». Sin embargo, en la práctica esta diferenciación no tendrá mayores efectos. Sucede que las líneas de ómnibus pueden cobrar diferentes tarifas según se trate de servicio común, común con aire, semicama, cama ejecutivo y cama suite, pero en la práctica ya casi no existen coches que no tengan aire acondicionado. Por lo tanto, la medida sobre los servicios comunes se torna poco efectiva. «El servicio base con el que se compite actualmente es el semicama. No hay ómnibus sin aire acondicionado y prácticamente tampoco quedan los que no son semicama», dijo un hombre del sector.

A principios del mes próximo, cuando entren en vigor los dos tramos de aumento, los servicios comunes tendrán autorizado un aumento de un 10%, mientras que el común con aire podría trepar un 15 por ciento. Los servicios semicama y ejecutivo podrán encarecerse hasta un 20%, mientras que el servicio suite -que tiene asientos que se reclinan 180 grados- podrá subir un 25 por ciento.

En los considerandos de la medida se recordó que, en noviembre de 2002, el Poder Ejecutivo declaró la emergencia de esta modalidad de transporte de larga distancia en el contexto de la crisis económica. «Si bien las medidas adoptadas por medio del decreto 2407 [con el cual se dictó la emergencia] contribuyeron a morigerar los devastadores efectos derivados de las causas precedentemente enunciadas, actualmente las empresas del sector deben afrontar un significativo y creciente aumento de los costos salariales», dice uno de los considerandos de la norma.

Algunos empresarios del sector consideran que la presión salarial ha sido creciente. Por caso, según un directivo de una empresa de transporte de larga distancia, «históricamente el peso de los salarios en las compañías de ómnibus estuvo entre un 35 y un 40%, mientras que ahora ese porcentaje está en un 55 por ciento».

Según esa fuente, si no se computaran los subsidios el peso de los salarios dentro de la ecuación de ingresos de las empresas rondaría el 85 por ciento.

Entre los empresarios hay quienes pretenden que se modifique el actual sistema de bandas. «Lo que pasa es que la banda es tan amplia que la tarifa es impuesta por el que utiliza el precio más bajo», agregó otro directivo. Pese a la inquietud de las cámaras empresariales -que ayer permanecieron en silencio al ser consultadas por LA NACION-, la resolución consideró que «dentro de la actual coyuntura resulta aconsejable mantener el sistema de bandas tarifarias que fijen límites mínimos y máximos para cada categoría de servicio».

Por Diego Cabot
De la Redacción de LA NACION

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