Así lo destaca un informe de SEL Consultores, comandada por Ernesto Kritz. “La diferencia de empleo entre uno y otro sector es fenomenal: mientras que en el formal (incluyendo los asalariados estables no registrados) la cesantía es de 2,7 por ciento, en la periferia informal llega al 21 por ciento”, señaló el especialista. Según el trabajo, esto revela que, “aunque el desempleo agregado sigue siendo elevado, el sector formal está prácticamente en una situación de pleno empleo” y la pregunta que se hacen los analistas es si los desocupados de la periferia informal constituyen o no una reserva de oferta para el sector moderno. Kritz sostiene que no conforman una reserva, afirma que más del 80 por ciento de los desocupados provienen de la informalidad, son ingresantes sin experiencia laboral o están regresando al mercado después de más de 4 años de inactividad, y concluye entonces que se generarán “tensiones” que pueden presionar sobre los salarios.
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Hay trabajo para algunos
El empleo registrado alcanzó en diciembre un nivel histórico, con 600.000 puestos de trabajo más que durante el pico de la convertibilidad de 1998, en un contexto en el que el sector formal está a las puertas del pleno empleo, con una desocupación de sólo 2,7 por ciento, lo que acrecienta la presión por la discusión salarial en ese segmento
