El primer día que Perón llenó la Plaza, contado por un testigo privilegiado

Testigo y protagonista privilegiado del 17 de octubre de 1945, Rodolfo Decker exhibe dos sobrias fotografías en su estudio de abogado de la calle Uruguay. En una, aparece con Juan Domingo Perón y, en la otra, con Eva Perón, por la que en 1947 en un mismo día se jugó el pellejo en duelos a pistola con dos diputados radicales.

Testigo y protagonista privilegiado del 17 de octubre de 1945, Rodolfo Decker exhibe dos sobrias fotografías en su estudio de abogado de la calle Uruguay. En una, aparece con Juan Domingo Perón y, en la otra, con Eva Perón, por la que en 1947 en un mismo día se jugó el pellejo en duelos a pistola con dos diputados radicales.

En ambas imágenes tiene bigotes que, según le recuerda el propio cronista, en los años setenta, cuando era interventor del PJ bonaerense, no usaba. «Es que en 1946 me los tuve que dejar para aparentar ser mayor, ya que de entrada me eligieron presidente de la bancada peronista de Diputados», aclara Decker, que hoy preside el llamado Club del 45.

El 4 de junio de ese año, tras haber vencido a la Unión Democrática en las elecciones del 24 de febrero, Perón juró ante la Asamblea Legislativa para iniciar su primer mandato de gobierno. Pese a que la historia institucional comenzaba ese día, el bloque radical estuvo ausente.

En ese período de durísimas fricciones entre oficialistas y opositores, el conductor de los 114 diputados peronistas de aquel momento bien podía ser el hijo de buena parte de sus compañeros de bancada.

Si a ese joven Rodolfo Decker le concedieron tan altas responsabilidades, pese a que enfrente tenía adversarios del porte de Ricardo Balbín y Arturo Frondizi, fue porque Perón y Eva lo conocían muy bien.

Todo para él comenzó con su paso por la Secretaría de Trabajo y Previsión, donde fue secretario del entonces coronel Domingo Mercante, cuya lealtad pondera citando palabras de Perón. Luego fue un activo constructor de la estructura política del peronismo.

«Poco después del 17 de octubre, el coronel Perón, que no contaba con ningún partido, me preguntó si me animaba a organizar la personería jurídica del partido Laborista en toda la República». Fue su apoderado.

Recuerda que días antes, el 9 de octubre, bajo coacción de algunos jefes militares, Perón había solicitado su baja al entonces ministro de Guerra Eduardo Avalos para dedicarse por entero a la causa de los trabajadores.

Perón renunció a todos sus cargos en el gobierno (vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión Social) y el 10 se despidió con un discurso que el presidente Eduardo Farrell autorizó fuera transmitido por radio a todo el país.

«En su magnífico mensaje —señala Decker— Perón instó a los trabajadores a defender sus conquistas porque se venían días en que podían perderlas. Eso inflamó a los trabajadores que el 17 salieron espontáneamente a la calle».

Decker asegura que «Mercante fue el factótum, a punto tal que el propio Perón dijo después que había sido el hombre más leal».

Aclara que Mercante no lo fue a buscar a Perón a la isla del Delta donde se encontraba con Eva sino que estaba con él en el departamento de la calle Posadas cuando fue a detenerlo el subjefe de policía, mayor D’Andrea, por orden de Farrell. Evita no quería que fuera, pero Perón le había dado su palabra a Farrell, quien en un primer momento quiso traerlo detenido desde la casa del arroyo Tres Bocas, operación que iba a estar a cargo de la Marina.

«Perón le pidió que le permitieran entregarse al Ejército y cumplió», señala Decker. Mercante lo acompañó hasta el barco que lo llevó a la isla Martín García.

—¿Cuál fue el factor desencadenante de la detención de Perón?

—El problema fue el radical Amadeo Sabattini. Según las versiones que tengo, Perón dijo que por sus aspiraciones políticas «este tanito lo está convenciendo a Avalos y a algunos jefes militares en mi contra».

—¿Eso fue luego de la falta de acuerdo en una fórmula compartida?

—Sí. Perón ofrecía todo a partir de la vicepresidencia para abajo.

Mientras tanto avanzaba una coalición radical, conservadora, comunista y socialista (Unión Democrática) que con el apoyo del embajador norteamericano Sprouille Braden, el 19 de setiembre de 1945 realizó la marcha por la Constitución y la Libertad.

—Se sentían fuertes por el triunfo de la guerra de los aliados. Perón no estaba ni con unos ni con otros: quería que el país no dependiera de ninguna potencia extranjera.

Decker cuenta que Farrell, coaccionado por Avalos y por el almirante Vernengo Lima, pensó en un gabinete al servicio de la Unión Democrática.

—Para que la Argentina quedase del lado de los aliados…

— Y para que siguiera el fraude y la costumbre de elegir presidentes argentinos en el directorio de las empresas inglesas. Por eso presionaban para que se designara al procurador de la Corte, Juan Alvarez, a quien Farrell le pidió una nómina de probables ministros, en la que el propio Alvarez sería ministro del Interior.

Pero el 17 de octubre se interpuso en los planes. Cuatro meses después Perón ganaba las elecciones y el mismo año, con un proyecto de Decker, el peronismo acusaba en juicio político a tres de los cinco jueces de la Corte. Al año siguiente, el Senado los destituyó.

loading...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *