Deshumanización y falta de trabajo, ¿es todo culpa de las computadoras?

Según un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba, la mayoría de la gente cree que las computadoras son grandes responsables de los males de nuestros tiempos. Al mismo tiempo, crece su venta y las conexiones de banda ancha casi se duplican. Las mujeres presentan las posturas más hostiles

Universia. Universidad Nacional de Córdoba.
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Pese a que en el último año crecieron un 97,5 por ciento los accesos a Internet por banda ancha y fue un récord la venta de computadoras personales en la Argentina, tras registrarse un alza del 50 por ciento en la comercialización de equipos, aún persiste la sensación de fobia hacia esta máquina por sus consecuencias en la sociedad. Al menos eso dejó de manifiesto un nuevo estudio realizado a unas 300 personas de 17 a 70 que realizan carreras de grado, posgrado y cursos de extensión en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), donde el 85 por ciento considera que las computadoras generan un impacto social negativo.

Sin embargo, tal como informaron los autores del estudio, un 73 por ciento de la población considera que el impacto personal y laboral ha sido positivo. Al parecer, el rechazo aparece ligado en torno a la falta de socialización que trajo aparejado el uso del mail, entre otros servicios. «Estudiantes, comerciantes y empleados administrativos evalúan más negativamente el impacto de las nuevas tecnologías sobre la sociedad argentina, que el resto de los sujetos», señala la psicóloga Leticia Luque, quien desarrolla su tesis doctoral en Ciencias de la Salud en torno a los comportamientos de aversión y rechazo que las tecnologías digitales generan en los cordobeses.

Según la especialista, este grupo de personas adjudica el incremento de los índices de desempleo y la deshumanización de las relaciones sociales a la revolución informática. Los profesionales, en tanto, consideran negativa su influencia a nivel personal y respecto de su desarrollo profesional, mientras que las amas de casa y los obreros afirman que el avance tecnológico ha sido perjudicial en todos los ámbitos.

Por otra parte, el estudio detectó que el 15 por ciento de los encuestados presenta altos niveles de ansiedad ante las herramientas tecnológicas, pero sólo el 5 por ciento siente aversión y rechazo. En cuanto a la influencia del sexo en la aparición de esta fobia, la investigación determinó que no hay diferencias significativas entre hombres y mujeres. Para Luque, este dato echa por tierra la afirmación de que las mujeres son más fóbicas que los hombres.

Sin embargo, al combinar las variables sexo y edad, la tesista comprobó que las mujeres mayores de 31 años «tienen actitudes negativas o de indiferencia hacia las computadoras y niveles de eficacia más bajos que las mujeres más jóvenes y los varones». En este sentido, explica que la actitud hacia la tecnología está relacionada con la posesión de computadoras en el hogar (56,6 por ciento cuenta con máquinas en su casa) y no con la cantidad de horas que se utilizan (el 65, 8 por ciento usa la PC menos de una hora diaria).

El estudio reveló que el porcentaje de sujetos que presenta altos niveles de ansiedad, baja eficacia y elevada actitud negativa supera el promedio internacional. Estos tres aspectos conjugados arrojan un 15 por ciento poblacional que no se condice con los estándares mundiales (entre el 4 y el 10 por ciento) para las fobias específicas. «En Argentina este porcentaje debería ser menor, porque no se trata de un país donde la tecnología tardó en incorporarse, de hecho cada vez hay más cibercafés y las computadoras están presentes en la mayoría de los ámbitos laborales», grafica la psicóloga.

En este sentido, el trabajo realizado en la UNC desmitifica la creencia de que las personas mayores no saben o no pueden manejar esta tecnología porque no aprendieron de niños. «Si esto fuera cierto, con el recambio generacional la fobia a las computadoras debería desaparecer. Pero no es así y, contrariamente a lo que se piensa, la fobia también se presenta en niños y jóvenes, y hay adultos que incorporan la tecnología sin dificultades», dice la tesista. Para ella, la edad no es un factor determinante para desarrollar resistencia al uso de las tecnologías, ya que esta actitud está más relacionada con disposiciones internas (psicológicas y sociales) de la persona.

Fuentes:
UNC
INDEC

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